El 'palo' (involuntario) del enterrador de Franco al juez que bloqueó la retirada de la lápida del dictador
“Yo no creo que..."
“La exhumación no es nada difícil y solo hay un procedimiento”. Gabino Abánades, la persona que dirigió la inhumación del dictador Francisco Franco en la basílica del Valle de los Caídos el 23 de noviembre de 1975, tres días después de su fallecimiento, ha echado por tierra los argumentos esgrimidos por el juez José Yusty Basterreche, quien bloqueó provisionalmente la licencia de obras -que, según el Supremo, no es necesaria- para actuar en la basílica de Cuelgamuros argumentando que levantar las losas de mármol de la tumba del dictador podría poner en peligro el Valle de los Caídos.
Aunque se definió como “un profano en la materia”, el juez, a quien la Abogacía del Estado trató de recusar sin éxito, dijo que “no hace falta ser arquitecto, ni ingeniero, ni maestro de obras para percatarse” de que la exhumación es “algo complicado, difícil de manejar y, por tanto, peligroso” ya que existe un “riesgo evidente” para los operarios, sin olvidar que el movimiento de la losa “puede desestabilizar el conjunto”.
″¿Es difícil la exhumación?”, ha preguntado el presentador de El Intermedio -de laSexta-, El Gran Wyoming. La respuesta de Abánades, cargada de prudencia y humildad, ha sido -no obstante- tajante.
“La exhumación no es nada difícil y solo hay un procedimiento. Quitar la lápida que cubre la sepultura y colocar unas sogas para elevar el féretro, bajará una persona, y una vez colocadas las sogas se eleva el féretro con cuatro personas, se deja al lado del féretro donde se trasladará el cuerpo y eso es todo. No es mucho trabajo”, ha explicado con detalle el enterrador de Franco, antes de matizar que “el trabajo de más tiempo es el movimiento de la lápida”.
“El movimiento de la lápida no se cuánto llevará, porque depende del procedimiento. Si lo hacen con rodillos es muy fácil. Como el suelo está pulido, deberán poner unas esterillas para no deteriorar el suelo”, ha matizado, con precisión.
En este contexto, Wyoming le ha recordado a Abánades que “hay una sentencia -la del juez Yusty- que dice que se corre un gran riesgo y que el edificio de El Valle de los Caídos se puede desplomar si se mueve la lápida”.
Abánades, siempre prudente, ha dudado de lo planteado por el juez: “Yo no creo que exista este problema”, ha afirmado, sin dejar de plantear que ese extremo “quien lo puede contestar... existe un proyecto y el arquitecto de Patrimonio es quien mejor puede definir el problema”.
Previamente, Abánades ha recordado el entierro de Franco como “un día un poco más especial que cualquier otro enterramiento importante por tratarse de un jefe de Estado. Lo recuerdo con la prudencia que corresponde y atendiendo a las indicaciones del protocolo del servicio de enterramiento”.
“A nosotros nos avisaron con 48 horas de antelación por parte del concejal de Sanidad de entonces en el Ayuntamiento de Madrid. El protocolo lo prepararía Presidencia o el Palacio de El Pardo”, ha matizado.