El Síndic ve "excesos" policiales en las protestas tras la sentencia del procés
Alerta del “evidente uso excesivo y desproporcionado de la fuerza”.
El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha alertado del “evidente uso excesivo y desproporcionado de la fuerza” policial durante las protestas por la sentencia del ‘procés’ para la “dispersión, contención y detención” de manifestantes y ha exigido que se inicie una “investigación rigurosa e imparcial”.
Así lo ha señalado este viernes en el Parlament, donde ha presentado su informe sobre la actuación policial durante los altercados en las calles catalanas a raíz de la condena del Tribunal Supremo a los líderes independentistas por el 1-O.
Según Ribó, la policía se extralimitó con actuaciones “desproporcionadas” como la técnica del carrusel (marcha de furgones policiales a gran velocidad para dispersar a manifestantes) o el uso de pelotas de goma, así como con “golpes de porra a discreción”, “pisoteos en la cabeza” de personas que estaban siendo detenidas o “agresiones verbales y vejaciones” en comisaría.
Entrevista con los detenidos
El Defensor del Pueblo en Cataluña ha llegado a estas conclusiones tras entrevistarse con las personas detenidas en los disturbios y a partir de la información proporcionada por el Ministerio del Interior, el Departamento de Interior y de Salud de la Generalitat, la Síndica Municipal de Sabadell (Barcelona) y a través de los vídeos de las protestas en redes sociales y medios de comunicación.
“Se ha podido constatar que algunas actuaciones policiales fueron desproporcionadas como cargas acompañadas de golpes de porra a discreción, escopeteros no identificados, el uso inaceptable y excesivo del material antidisturbios, el carrusel o las pelotas de goma”, ha resaltado Ribó.
Sin embargo, para el Síndic, cuyo informe analiza los disturbios producidos entre el 13 y el 27 de octubre, la “actitud hostil y violenta” de algunas manifestaciones “minoritarias” a raíz de la sentencia “necesariamente habían de comportar una reacción de las fuerzas de seguridad”.
Por eso, a pesar de defender “sanciones” ante las “posibles infracciones” cometidas por agentes, ha pedido también “no confundir la exigencia de una investigación minuciosa, rigurosa e imparcial con la criminalización de cuerpos policiales y brigadas especiales en misiones de orden público”.
“Trato más agresivo, inadecuado e intimidatorio”
El Síndic ha admitido además que el relato de los detenidos revela “un trato más agresivo, inadecuado e intimidatorio” por parte de los agentes de la Policía Nacional, especialmente durante los traslados a comisaría, en los que se han producido “vejaciones”, “insultos” y “humillaciones”.
En su estudio, que incluye el informe solicitado por el presidente catalán, Quim Torra, sobre los criterios de actuación de la policía en casos de desobediencia civil no violenta, Ribó también ha denunciado que no siempre se ha respetado la lectura de derechos a los detenidos ni la asistencia médica con garantías ya que, a menudo, se ha hecho con las esposas puestas.
En algunas ocasiones se han violado derechos al no proporcionar asistencia letrada en las tres horas posteriores a la detención o con la presencia de agentes policiales con el rostro tapado en las vistillas, una práctica que ha tachado de “completamente irregular”.
Ribó ha pedido por ello a todos los cuerpos que refuercen el modelo “anglosajón” para que la policía sea cada vez más “de proximidad” y apueste por la “mediación” al mismo tiempo que ha instado a las autoridades judiciales y fiscales a que “reconsideren la prisión provisional de las personas que están en la cárcel”.
Por otro lado, ha lamentado que el ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska todavía no le haya remitido la documentación solicitada sobre el armamento utilizado en las protestas o la identificación de los grupos organizados que supuestamente habrían provocado incidentes.
De acuerdo con Ribó, la presencia de un “número minoritario” de manifestantes “con actitud hostil y a veces extremadamente violentos” que podían ser “profesionales del altercado” no sirve para justificar todos los disturbios ya que, en su opinión, la mayoría de manifestaciones transcurrieron “en un clima pacífico y tranquilo”.