El Rey, en Jerusalén: "No hay lugar para la indiferencia ante el racismo, la xenofobia, el odio y el antisemitismo"
Más de 40 líderes mundiales participan en el mayor evento diplomático celebrado en Jerusalén en recuerdo del Holocausto.
El Rey Felipe VI ha llamado en Jerusalén no solo a mantener viva la memoria de las víctimas del Holocausto sino a permanecer vigilantes y trabajar por los derechos humanos: “No hay lugar para la indiferencia ante el racismo, la xenofobia, el odio y el antisemitismo”, ha dicho.
Así lo ha afirmado durante un breve discurso en la cena de Estado que el presidente de Israel, Reuven Rivlin, ha ofrecido la víspera del Quinto Foro Mundial del Holocausto, que se celebra el jueves en el centro de memoria de la Shoah, Yad Vashem.
El foro conmemora en esta ocasión el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz y cuenta con la asistencia de unos 40 líderes internacionales. Entre ellos, el presidente francés, Emmanuel Macron; el alemán, Frank-Walter Steinmeier; el portugués, Marcelo Rebelo de Sousa; el Rey Guillermo de Países Bajos; Felipe de Bélgica y el Gran Duque Enrique de Luxemburgo, o el Príncipe Carlos de Inglaterra.
El Rey de España ha hablado en nombre de todos ellos después de que el presidente israelí haya hecho un llamamiento a los líderes mundiales a permanecer juntos y firmes contra el antisemitismo y el odio. “75 años más tarde, el mundo no olvida, el mundo aún recuerda y se compromete a seguir vigilante”, ha dicho Felipe VI.
Cita a Maimónides: “Los males se originan en la ignorancia”
Para ello, ha recordado palabras del pensador judío medieval Maimónides, “nacido en Sefarad en la ciudad de Córdoba”, que escribió que “todos los grandes males que los hombres se causan unos a otros se originan en la ignorancia”. La humanidad, ha añadido, ha sufrido “sus horas más oscuras” cuando millones de vidas e innumerables comunidades “han sido hechas desaparecer por el odio ciego, perverso e ignorante”.
El Rey ha defendido que “no hay mayor mal que el que surge de ignorar que todos los hombres y mujeres son iguales” y que cada ser humano posee “la mayor dignidad”. No hay mayor temeridad, ha proseguido, que pensar que uno tiene derecho a discriminar, a “condonar la intolerancia o a promover el resentimiento contra otros por rédito político, extremismo religioso u odio racial”.
Así, ha sostenido que el primer antídoto contra esa falta de respeto “inmoral” a la dignidad de los demás es el testimonio de quienes han sufrido “esa enemistad asesina”, que han mostrado la importancia de mantener viva la memoria: “Olvidar la Shoah no solo deshonraría la memoria de millones de víctimas, sino que sería extremadamente peligroso”.
Ha advertido que no basta con recordar, porque la barbarie “puede crecer donde menos se la espera, incluso en medio de una cultura y una tecnología avanzadas”. “Nunca estamos completamente a salvo de ellas, en diferentes grados, aún la vemos golpear en distintas partes del mundo y no podemos mirar para otro lado”, ha dicho.
De hecho, ha recalcado que los líderes mundiales no han acudido a Jerusalén solo a mostrar respeto a los supervivientes y repugnancia por lo que sucedió en los campos de exterminio nazis, “no hace tanto tiempo”, sino para mostrar su firme compromiso de combatir “la intolerancia ignorante, el odio y la falta total de empatía humana que permitieron y dieron origen al Holocausto”. Prevenir esa “enfermedad de la civilización”, ha dicho el Rey, es una responsabilidad “colectiva pero también individual”.
Igual que han hecho otros líderes que han enviado mensajes grabados en vídeo, ha avisado de que se está percibiendo un aumento de ataques antisemitas en varias partes del mundo, cuando “muchas veces en la historia el odio contra los judíos se ha demostrado vergonzosamente como un síntoma y un ejemplo de intolerancia y aversión contra el’ otro’ diferente”.
En este punto, ha puesto en valor el “sólido marco de reglas e iniciativas” españolas para combatir el antisemitismo y todas las formas de racismo y xenofobia y ha llamado a todos los países a permanecer firmes para que las palabras “Nunca más”, dichas sobre el Holocausto, sean una guía de acción para todos.