El PDeCAT espera que Puigdemont renuncie a ser president
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El PDeCAT espera que Puigdemont renuncie a ser president

Crecen las voces en la formación: “Esta situación es cada vez más insostenible”.

AFP

La presión para que Carles Puigdemont renuncie a su intento de volver a ser president se ha redoblado tras la publicación de unos mensajes en los que él mismo pone en duda la viabilidad del procés. "Moncloa triunfa, esto se ha terminado, los nuestros nos han sacrificado", le dice Puigdemont al exconseller Toni Comín (ERC), en un mensaje de móvil grabado por el programa de Ana Rosa.

Fuentes del PDeCAT consultadas por El HuffPost este miércoles esperan que Puigdemont dé un paso al lado de una vez por todas. "Esta situación es cada vez más insostenible", explicaba una destacada dirigente de la formación.

Las voces en el partido heredero de Convergència que apuestan por pasar página y buscar una investidura alternativa son cada vez más, si bien por ahora esa reivindicación se mantiene en la esfera privada.

De forma oficial, el partido mantiene un discurso bien diferente. El portavoz del PDeCAT en el Congreso de los Diputados, Carles Campuzano, ha asegurado que la posición política de su partido y del grupo parlamentario de JxCAt no va a variar por los mensajes. El proceso independentista, ha señalado, "ha llegado para quedarse" y la formación siempre se pondrá de lado de Puigdemont.

Que se vaya "de manera digna"

Sin embargo, algunos medios catalanes señalan que incluso Artur Mas -hasta hace poco presidente del partido- también apuesta por buscar otra opción que permita salir del bloqueo. Nadie, sin embargo, se atreve a decir en público, ni siquiera al propio Puigdemont, lo que muchos piensan: no es posible investir a Puigdemont sin desobedecer al Tribunal Constitucional.

En el PDeCAT preferirían que fuese el propio Puigdemont quien "de manera digna" renunciase a la presidencia. Tampoco quieren señalar a un político que todavía tiene mucho tirón entre el independentismo y que, por ahora, mantiene el apoyo de Òmnium y ANC, las dos organizaciones que han mantenido la movilización ciudadana durante estos años.

El partido va falto de activos y son conscientes de que no es sencillo renunciar a su único cartucho, pero admiten que Puigdemont ha quedado tocado tras la publicación de los mensajes.

El descontento en el PDeCAT no es nuevo. En el partido tienen la sensación de que han perdido el control de JxCAT, su grupo en el Parlament. JxCAT es una candidatura repleta de independientes y coordinada por Elsa Artadi, una persona que ni siquiera tiene ya carnet del partido y que ha tenido diversas fricciones con Marta Pascal, la coordinadora general de la formación.

La diferencia de criterios entre el PDeCAT y su grupo parlamentario se hizo latente ayer tras el aplazamiento de la investidura por parte del presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC).

Por parte de JxCAT comparecieron dos diputados independientes -el periodista Eduard Pujol y la abogada Gemma Geis- a cuestionar el aplazamiento de la investidura. Desde el PDeCAT, en cambio, tildaron de "correcto" el movimiento de Torrent. Así lo dijo Maria Senserrich, miembro de la ejecutiva del partido, en Catalunya Ràdio y así lo reprodujo la coordinadora general, Marta Pascal, en su cuenta de Twitter.

Tampoco entre el partido y el grupo parlamentario hay acuerdo sobre cuál sería la mejor alternativa en el caso de que Puigdemont acceda a dar un paso al lado. Desde JxCAT apuestan porque el sustituto sea Jordi Sànchez, el presidente de su grupo parlamentario, que se encuentra en prisión provisional. Esta opción implicaría mantener la excepcionalidad en Cataluña y permitiría a Puigdemont seguir haciendo ruido desde Bruselas. Las voces consultadas en el PDeCAT, en cambio, temen que mantener el bloqueo institucional les pueda pasar factura de cara a las municipales del año que viene.

La presión en el PDeCAT se suma a la de ERC, que cada vez tiene más dudas sobre la posibilidad de investir a Puigdemont. En la formación republicana señalan que Puigdemont prometió que si ganaba iba a volver y todavía lo esperan.