El Parlamento Europeo levanta la inmunidad a Puigdemont, Comín y Ponsatí
Los políticos independentistas quedan en manos de la justicia belga, que decidirá si acepta o no las euroórdenes de detención.
El Parlamento Europeo ha retirado la inmunidad a los eurodiputados independentistas catalanes de Junts Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí, un año y dos meses después de que el Tribunal Supremo solicitara permiso a la Eurocámara para investigarlos y juzgarlos por su implicación en el procès.
La Cámara comunitaria votó este lunes de manera secreta y su resultado (400 votos a favor, 248 en contra y 45 abstenciones)) se ha conocido a primera hora de este martes. El futuro de Puigdemont ha evidenciado un nuevo cisma en el Gobierno de coalición. Los socialistas europeos se han posicionado en Bruselas a favor de retirar la inmunidad al expresidente catalán mientras que los morados han votado en contra.
Los populares europeos, donde se encuentra el PP y el grupo conservador, donde está Vox, también han votado a favor de retirar a Puigdemont la inmunidad. El grupo de la izquierda, donde está Podemos y Los Verdes, ha contado en contra.
Una vez roto el manto de protección parlamentario, los tribunales de Bélgica reactivarán el proceso contra los exdirigentes independentistas. La justicia belga será la encargada de decidir si acepta o no la euroorden dictada contra ellos por el magistrado del Supremo Pablo Llarena.
El expresidente de la Generalitat aseguró este fin de semana que se quedará en Bélgica pese a perder la inmunidad y que apelará al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), aunque eso no paralizará la retirada del privilegio de la inmunidad.
“Me quedo en Bélgica. El poder judicial belga debe decidir sobre la extradición a España. Pero si se levanta la inmunidad, recurrimos al Tribunal de Justicia de la UE en Luxemburgo”, advirtió en una entrevista en el diario austríaco Die Presse.
La comisión de Asuntos Jurídicos de la Cámara comunitaria ya decidió levantar la inmunidad de los políticos independentistas por 15 votos a favor, ocho en contra y dos abstenciones. De modo que el Parlamento Europeo ha ratificado la decisión previa de la comisión, donde el conservador Angel Dzhambazki, ponente del informe, alegó que los hechos por los que se quiere procesar a Puigdemont y al resto de políticos independentistas tuvieron lugar antes de que adquirieran su condición de eurodiputados. Ese es el motivo por el que el la comisión está a favor de levantarles la inmunidad.
La defensa de los líderes independentistas, sin embargo, arguye que el Supremo no es el órgano competente para solicitar el suplicatorio, que las acusaciones contra ellos no están bien fundamentadas y que se trata de un caso de persecución política.
Puigdemont y el resto de dirigentes secesionistas pierden los privilegios que otorga la inmunidad que consiguieron gracias al resultado de las elecciones europeas de 2019. A partir de ahora, la justicia española puede activar de nuevo las euroórdenes de detención, paralizadas desde que el año tomaron posesión de su escaño.
Dos de los principales grupos de la Eurocámara, el Partido Popular Europeo y los liberales de Renovar Europa, anunciaron que votarían a favor del suplicatorio, mientras que los socialdemócratas europeos, el segundo mayor grupo, también ha votado a favor aunque tardó en anunciarlo.
En el ‘no’, como estaba previsto, se han quedado los 73 diputados de Los Verdes. El grupo, no obstante, ya dio en su día un portazo a Puigdemont y los suyos al negarles formar parte del grupo.
En el punto de mira por un delito de sedición
El Tribunal Supremo reclama a los tres líderes independentistas por un delito de sedición —y a Puigdemont y a Comín por otro de malversación— cometido supuestamente durante el referéndum del 1 de octubre de 2017 y los hechos que condujeron a la efímera declaración de independencia de Cataluña. El objetivo del Supremo es juzgarles por ello, como al resto de dirigentes que ya se encuentran en prisión.
El movimiento de la Cámara europea pone fin a la principal batalla de Puigdemont, Comín y Ponsatí desde que asumieron su cargo gracias a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de diciembre de 2019 que también concedió al exvicepresidente catalán Oriol Junqueras la condición de eurodiputado.
El Supremo pidió el suplicatorio en enero de 2020, pero el proceso se ha retrasado porque las restricciones impuestas por la pandemia impidieron durante casi nueve meses celebrar las reuniones en la comisión de Asuntos Jurídicos con la confidencialidad que requieren los debates sobre el levantamiento de las inmunidades.
El futuro de las euroórdenes, sin embargo, puede acabar condicionado por la decisión de la justicia belga de denegar en enero de este año la entrega a España del exconsejero Lluis Puig, otro de los exconsejeros catalanes asentado en Bruselas desde que huyó de Cataluña en 2017.
Los jueces belgas alegaron, en una línea similar la defensa de Puigdemont, que el Supremo español no es competente para pedir la extradición de los líderes independentistas. El caso de la eurodiputada Ponsatí, en cambio, se sustanciaría en los tribunales de Escocia, donde se asentó tras darse a la fuga, aunque últimamente reside en Bélgica.
Esa sentencia llevó al magistrado del Supremo Pablo Llarena a plantearse la opción de elevar una cuestión prejudicial al tribunal europeo acerca de las posibilidades de petición y de las razones de denegación de una euroorden, con la finalidad de poder establecer criterios estables que conduzcan a la decisión de mantener, retirar o emitir nuevas órdenes de detención y entrega contra Puigdemont y los exconsejeros.
Puigdemont, el faro del independentismo más duro
En todo este tiempo, el expresidente catalán ha visto cómo su gran rival, Oriol Junqueras, se ha erigido en mártir desde la cárcel y ha liderado el procès para templarlo y conducirlo a Madrid con talante negociador. Por eso, Puigdemont puso en marcha una operación reconquista justo cuando se consumó la ruptura del pacto que sostuvo el Govern del inhabilitado Quim Torra y que precipitó las elecciones del pasado 14 de febrero.
Puigdemont se ha refugiado en organismos simbólicos para intentar mantener su influencia, como el Consejo para la República. La figura de Puigdemont aún goza de cierto prestigio entre los más acérrimos independentistas. No obstante, fue él quien ejecutó la declaración unilateral tras la presión brutal de ERC para que no se echara atrás convocando elecciones.
Eso sí, el segundo puesto de los republicanos de ERC, por delante de Junts, en las elecciones catalanas, ha rebajado la impronta del expresidente catalán.