El Parlamento británico elimina las enmiendas favorables a un Brexit 'suave'
Entre ellas, queda fuera una cláusula que defendía el acceso al mercado único a través del Espacio Económico Europeo.
La Cámara de los Comunes británica ha eliminado este miércoles de la ley del Brexit la mayoría de las enmiendas que había introducido la Cámara de los Lores en favor de una salida suave de la Unión Europea (UE).
Quedaron fuera del texto, entre otras, una cláusula que defendía el acceso al mercado único a través del Espacio Económico Europeo (EEE), otra en favor de la unión aduanera y una más que entregaba el control del Brexit al Parlamento si el Gobierno no llega a un acuerdo con Bruselas que cuente con el respaldo de las cámaras.
El Partido Conservador de la primera ministra, Theresa May, que no tiene mayoría absoluta en los Comunes, ha contado con el respaldo del norirlandés Partido Unionista Democrático (DUP) para revocar entre el martes y el miércoles 14 de las 15 enmiendas de la cámara Alta, a pesar de que ha aceptado algunas matizaciones al texto.
La semana que viene, los Lores volverán a analizar la ley, que continuará pasando de una cámara a otra hasta que ambas estén satisfechas con la versión final.
El Partido Laborista, primero de la oposición, ha pedido a sus diputados que se abstuvieran en la votación de la enmienda favorable al Espacio Económico Europeo, opción a la que se ha opuesto el líder de la formación, Jeremy Corbyn.
De los 257 diputados laboristas, 74 rompieron la disciplina de partido para apoyar la enmienda de los Lores, la mayor rebelión que ha sufrido hasta ahora Corbyn en la tramitación de la ley del Brexit.
Otros 15 de sus diputados votaron en contra de la cláusula, en lugar de abstenerse como ordenaba la dirección, mientras que seis cargos del partido dimitieron minutos antes de la votación.
El EEE, del que forman parte Noruega, Islandia y Liechtenstein, además de los 28 miembros de la UE, da acceso al mercado único, aunque obliga a admitir la libre circulación de ciudadanos comunitarios, bienes, servicios y capitales.
El líder laborista ha dicho en un comunicado que "respeta el resultado del referéndum" de junio de 2016, en el que el 51,9% de los británicos eligieron salir de la UE, y ha argumentado que pertenecer al EEE como país externo a la Unión condenaría a Londres a seguir unas normas sobre las que no tendría "prácticamente nada que decir".
La segunda de las dos jornadas de debate programadas en los Comunes ha sido este miércoles más plácida para la primera ministra conservadora, que el martes sofocó una rebelión entre sus diputados, que amenazaban con respaldar una moción para que el Parlamento tome las riendas de la negociación del Brexit si Londres no llega a un acuerdo satisfactorio con Bruselas.
Para evitar perder esa votación, May se ha comprometido a negociar con el grupo de "tories" rebeldes, encabezados por el ex fiscal general Dominic Grieve, una enmienda suavizada que el Gobierno prevé introducir en la cámara Alta.
La primera ministra no ofreció el martes detalles sobre ese compromiso, pero este miércoles ha puntualizado que el nuevo texto que propondrá no puede "anular la voluntad del pueblo británico" sobre el Brexit.
"El Parlamento entregó el poder de decisión a los ciudadanos británicos, ellos votaron a favor de abandonar la Unión Europea y yo, como primera ministra, estoy decidida a cumplir con eso", ha afirmado.
De las enmiendas aprobadas por los Lores, el Gobierno tan solo ha dado su visto bueno a una que especifica que no habrá impedimentos legales para replicar futuras leyes comunitarias en la legislación británica, si así lo decide un Ejecutivo, y que el Renio Unido puede continuar participando en agencias europeas.
Los Comunes han aceptado asimismo una modificación a una enmienda, propuesta por el conservador Chris Patten, que explicita que no se levantarán "infraestructuras físicas" en la frontera entre la República de Irlanda y la región británica de Irlanda del Norte tras el Brexit.
Una disposición que pedía mantener la legislación de protección medioambiental europea en la ley británica también fue revocada, en base a que el Gobierno proyecta elaborar una normativa propia en ese terreno.
El Gobierno también se impuso en una votación para evitar transferir a la legislación británica la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.