El mondongo
El independentismo catalán debe decirse las verdades y tratar a los electores como adultos.
En toda relación, sea de pareja, de amistad o profesional, puede darse un deterioro, un desgaste, y llegar ese momento en el que lo mejor es decirse las verdades. Sin groserías. No es necesario ofenderse, pero hay que decirse las verdades. Mi padre solía decir: “si las cosas no se hablan se hace mondongo”. El independentismo catalán debe decirse las verdades, porque se les ha hecho mondongo. Ese mondongo lo estamos pagando todos con una interminable parálisis política.
El lugar para decirse las verdades es el Parlament. El mondongo no se deshace publicando libros poniéndose verdes los unos a los otros, como han ido haciendo diferentes líderes independentistas. El mondongo no se deshace a través de periodistas que transmiten pestes mutuas de parte de “fuentes de Junts” o “fuentes de ERC”.
El mondongo independentista se deshará diciéndose las verdades en el Parlament, y un debate de investidura debería ser el momento. Si están discutiendo qué papel tiene Carles Puigdemont y el Consell per la República —eso se está discutiendo para formar Govern— debe hacerse abiertamente, sin disimular esta cruda discusión por el poder tras la retórica de planes económicos con los fondos europeos Next Generation EU, como repite cada dos por tres el Vicepresidente en funciones de Presidente y aspirante a Presidente —todo es así de barroco en la política catalana—, Pere Aragonès. De seguir con el mondongo este plan next generation acabará siendo el plan next next generation, o quizás next next next generation.
Hace ya 10 años de todo y casi cuatro de octubre del 17. ¿No sería ya hora de deshacer el mondongo? ¿No sería un debate de investidura el momento de hacerlo? ¿No sería la forma de abrir una expectativa de una legislatura que no sea una repetición de mondongo?
Es verdad que muchas parejas, por deteriorada que esté la relación, consideran que es mejor aguantar “por los hijos”. No es menos verdad que no pocas veces “los hijos” son el pretexto para enmascarar la pereza o el miedo a perder ciertas comodidades.
En todo caso, Junts per Catalunya y Esquerra Republicana podrían tratar a sus electores como adultos y decirles con claridad que ahora mismo no están discutiendo sobre “la hoja de ruta hacia la independencia”. Están discutiendo quién pilota las negociaciones con el Gobierno de España para encontrar una salida personal a la situación de los presos del procés y a los políticos que están dispersos y libres por Europa. Llamémosles exiliados o huidos, pero están libres en diferentes países europeos y no pueden volver a España porque irían a la cárcel.
Esa discusión, la salida personal a los líderes del fracasado procés de 2017 es la prioridad real del independentismo. A esa prioridad se supedita todo. Y por eso está todo paralizado: porque optaron por vías distintas (Oriol Junqueras la cárcel, Carles Puigdemont al extranjero), no confían el uno en el otro y no pueden decir en público que esa es su prioridad real, ya que tienen que seguir fingiendo que su prioridad es la independencia.
Nos dicen que están formando un gobierno independentista y que eso es lo más importante. Tampoco eso es verdad. Cataluña tuvo un gobierno independentista hasta 2017. El actual Gobierno catalán está formado por partidos independentistas, pero no es un gobierno independentista. Los gobiernos son lo que hacen, no lo que dicen, y los gobiernos son independentistas si en sus planes figura la independencia. El programa de investidura de Pere Aragonès no incluye la independencia. Incluye un referéndum… para la siguiente legislatura, nada menos. Lógicamente, antes de la siguiente legislatura habrá elecciones, y los electores decidirán sobre nuevas mayorías. Esta originalidad de supeditar la formación de un gobierno a los planes de la siguiente legislatura, sin saber —lógicamente— cuál será el siguiente resultado electoral, es una de las consecuencias del mondongo.
Pueden ir diciéndose verdades poco a poco o hacerlo de golpe, pero tienen que deshacer el mondongo. Incluso por su propio interés partidista, porque lógicamente cada vez hay más gente que se da cuenta de que las cosas no son como les dicen que son. Si no es por el bien del país, que sea por propio interés, pero deshagan el mondongo y gobiernen de una vez o dejen que alguien gobierne.