El marido de Pilar Garrido, condenado a dos años de prisión preventiva por su asesinato
El móvil aún "no está planteado propiamente".
El mexicano Jorge Fernández, marido de la española fallecida Pilar Garrido, ha sido condenado a dos años de prisión preventiva como medida cautelar por el presunto asesinato de su esposa, según han confirmado a Efe fuentes del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas.
Fernández fue detenido este lunes por la Policía mexicana después de que el juez que lleva el caso determinara "vincular al proceso al esposo" por homicidio. Además, concedió "un plazo de tres meses para investigación complementaria".
Las fuentes han señalado que la audiencia inicial del caso duró poco más de 15 horas y en ella el detenido, mexicano y criminólogo de profesión, negó estar implicado en la muerte de la valenciana.
En declaraciones a los medios, el abogado de Fernández, Martín Lozano, ha expresado su desacuerdo con la decisión del juez. "Estamos analizando la estrategia a seguir y, en su caso, qué acciones recursivas podríamos intentar", ha apuntado.
"Todavía no llegamos al juicio y probablemente no lleguemos, porque hasta lo considerado en este momento no hay caso", cree el letrado, que critica que el juez haya otorgado sólo tres de los cinco meses solicitados por la fiscalía para continuar con la investigación, plazo que la defensa estima excesivo.
LAS CONTRADICCIONES DEL MARIDO
El caso de Pilar Garrido, desaparecida el 2 de julio pasado en Tamaulipas y hallada muerta semanas después en un descampado, dio un vuelco cuando el fiscal estatal anunció la detención de Fernández como probable responsable del asesinato.
El portavoz de Seguridad de Tamaulipas, Luis Alberto Rodríguez, ha contado a Efe que la captura se produjo este martes durante una "cita habitual" con Fernández, quien desde que interpuso la denuncia por la desaparición de Garrido ha estado acudiendo a comparecencias ante la Fiscalía.
De acuerdo con la versión inicial que Fernández ofreció a las autoridades, la pareja fue interceptada en una carretera por un vehículo del que salieron dos hombres. Tras intentar robar el coche, terminaron llevándose a Garrido.
Rodríguez explicó que el marido incurrió en contradicciones en sus declaraciones, sobre todo "en cuanto a tiempo y recorridos que hizo" desde el lugar donde supuestamente la pareja fue interceptada en su regreso a Ciudad Victoria tras disfrutar de un descanso en el balneario de La Pesca.
Al detectar dichas contradicciones, se modificó el área de búsqueda de la joven hasta dar con ella "prácticamente en la orilla" de la carretera, exactamente en la dirección contraria a Soto La Marina, el lugar hacia donde —según Fernández— habían huido los dos hombres con Pilar.
LA EVIDENCIA MÁS FUERTE EN SU CONTRA ES EL TIPO DE MUERTE
Pero, en opinión del portavoz, "la evidencia más fuerte es el tipo de muerte: asfixia por estrangulamiento", ya que no se corresponde con los patrones de los grupos criminales que operan en el estado y "mucho menos en esa zona".
La muerte se produjo tras un golpe en la nariz que hizo perder el equilibrio a Garrido, quien cayó sobre una superficie dura y se golpeó en la región occipital del cráneo. Ya en el suelo, fue estrangulada. El cadáver presentaba una factura del hueso hioides, a la altura de las vertebras cervicales.
El 26 de julio se encontraron unos restos óseos en un paraje cercano al lugar de los hechos y las pruebas de ADN demostraron semanas después que eran los de Garrido.
Sobre el móvil, Rodríguez admite que todavía "no está planteado propiamente", si bien señala que, durante entrevistas realizadas a diferentes personas en el marco de la investigación, "hubo quienes refirieron que la señora tenía intención de vivir en España y llevarse a su hijo".