El Macron 'andaluz' que no quiere a Olona de vicepresidenta

El Macron 'andaluz' que no quiere a Olona de vicepresidenta

La campaña le está yendo bien. Sin duda, el único que tiene una estrategia clara detrás.

Juanma Moreno, durante un mitin en MáEuropa Press News via Getty Images

Juanma Moreno no quiere a Macarena Olona de vicepresidenta. Cada vez que se le pregunta, su gesto incómodo le delata. Incluso amaga con repetir las elecciones si los números no le dan. En privado, su entorno admite que es mucho lo que les separa y que el día a día en la Junta con ella dentro podría ser un calvario. Por eso enfatizan su talante moderado, transversal, para ensanchar por el centro izquierda su caladero de votos. El Macron andaluz, dice él. De ahí su empeño en ser Juanma a secas.

La campaña le está yendo bien. Sin duda, el único que tiene una estrategia clara detrás. Sin desembarco de altos cargos del PP nacional, salvo Feijóo, el control del mensaje es absoluto. Esquiva las polémicas con soltura y se centra en vender gestión. En ningún momento ha perdido el aura de presidente, ni con la vaca. Ahora, lo que más le preocupa es que los suyos se duerman en los laureles. Que con tanto calor, el confiado votante prefiera ir a la playa y no acuda a votar. Que todo se desmorone por un exceso de confianza.

Los nervios aumentan conforme se acerca el domingo de las elecciones. Javier Arenas creyó que podía alcanzar la mayoría absoluta y se quedó en esos 50 escaños que ahora podría sobrepasar Moreno. Susana Díaz dio por descontado que ganaría pero los números acabaron favoreciendo al PP.

Ahora, lo que más le preocupa es que los suyos se duerman en los laureles. Que con tanto calor, el confiado votante prefiera ir a la playa y no acuda a votar. Que todo se desmorone por un exceso de confianza

De momento, la inercia se mantiene. El PP va a más, Vox parece que a menos y el PSOE lucha por quedarse como está. Según las últimas encuestas, Moreno arrasará superando incluso los 50 escaños y ganará en todas las provincias, incluidas las otroras socialistas Jaén y Sevilla, pero no alcanzará la mayoría absoluta.

El PSOE ya ha dicho que no facilitará con una abstención su investidura. Es lógico, en Moncloa han tirado la toalla en estas elecciones y solo ponen velas para que al PP no le quede otro remedio que pactar con Vox y así intentar remontar el vuelo.

¿Cuál será la relación entre Moreno y Olona? A fecha de hoy, no se ponen de acuerdo. El primero pretende reeditar la fórmula Ayuso, gobernar en solitario y alcanzar acuerdos puntuales con Vox. “La gente me votará como a Macron para gobernar sin ataduras ni extremos”. Es también el deseo de Feijóo, que no quiere más gobiernos como el de Castilla y León antes de las generales. Pero la segunda dice que de eso nada, que no volverá a repetirse lo negociado en la Comunidad de Madrid y que ella aspira a convertirse en vicepresidenta de la Junta. Y la incógnita sigue sin despejarse.

En el entorno de Moreno atisban otra solución. Las encuestas internas del PP siguen dando a Ciudadanos hasta tres escaños en el Parlamento andaluz. Y Juan Marín ha sido nítido: “Mientras esté en mi mano, Vox no va a gobernar en Andalucía y no voy a apoyar ningún gobierno en el que esté Vox. Más claro, agua. Aspiro a que este gobierno del PP y Ciudadanos continúe cuatro años más”, dijo en El Mundo.

En caso de que el PP lograra 50 escaños o más y Ciudadanos 3, el equipo de Moreno cree que Vox tendría que echar marcha atrás en su intento de entrar en la Junta. “Incluso sin alcanzar la mayoría absoluta, iríamos a la negociación con una posición de fuerza indudable y la gente no entendería la cerrazón de Olona”. A diferencia de con ella, Moreno está encantado con Marín, al que le ofreció ir en las listas del PP como independiente.

Ya queda menos para resolver el gran interrogante de estos comicios. Si Moreno acaba convirtiendo a Olona en vicepresidenta, pese a sus enormes diferencias, Castilla y León ya no será una excepción en el mapa nacional y lo natural sería pensar que Feijóo también daría cabida a Abascal en su hipotético gobierno. Es, por cierto, lo que un sector del PP con Ayuso a la cabeza entiende que acabará pasando. En cambio, si el socialista descontento acaba pasándose a la papeleta azul y Ciudadanos no está tan muerto como parece, el PP habrá revertido la tendencia y tanto Moreno como Feijóo respirarán un poco más tranquilos.

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Corresponsal político de El HuffPost.