El laberinto infinito del socialismo canario
Hubo una época, durante los ochenta y parte de los noventa, en la que el PSOE de Canarias era un partido con vocación hegemónica que gobernaba en las instituciones más importantes de las islas. Dos décadas después, las naves siguen ahí, pero la tropa ha mermado mucho, los objetivos no están definidos y las batallas casi siempre se pierden.
Ya ni siquiera está claro quién simboliza qué. Porque el camino de Ferraz a Canarias es lo suficientemente largo para que incluso la insurgencia sanchista quede enredada en los intereses clientelares de toda la vida, esos que, otra vez, tratarán de condicionar los resultados de la elecciones primarias que celebra hoy domingo el PSOE de las islas y que enfrentan al sanchista Ángel Víctor Torres, vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria y secretario general del partido en esa isla, a la susanista Patricia Hernández, candidata del PSOE a las últimas elecciones autonómicas y al eurodiputado Juan Fernando López Aguilar, que se decantó del lado susanista, pero que ha recabado el apoyo de sectores más a la izquierda del partido. Casi 7.000 militantes tienen la palabra.
Un sanchismo inquietante
"Todo el establishment del PSOE, junto a CC, está confabulado para que el impulso de lo que representa Pedro Sánchez no llegue a las islas. La burocracia del partido quiere un secretario general que no ejerza de secretario general".
No lo dice cualquiera. Lo dice Santiago Pérez, hoy concejal independiente de Nueva Canarias en el Ayuntamiento de La Laguna, pero histórico dirigente de la izquierda canaria y durante muchos años militante del PSOE, donde fue secretario general del partido en la isla de Tenerife, senador, diputado regional, consejero del Cabildo y candidato al Ayuntamiento de La Laguna.
Por eso extrañan tanto los movimientos internos del candidato sanchista, Ángel Víctor Torres, que ha sido el que más avales ha sacado, 1.948. Ungido por Ferraz como el candidato para hacerse con el control del PSOE en Canarias, Torres se ha rodeado de poderosos susanistas reconvertidos, como Dolores Corujo, fontaneros pedristas de trayectoria muy controvertida, como Pedro Ramos ("El hombre de Coalición Canaria en el PSOE de La Laguna", afirma Santiago Pérez). O patxistas súbitamente transformados en sanchistas que pretendieron erigirse en líderes del pedrismo canario al día siguiente de la victoria de Sánchez, como Gustavo Matos. También ha causado cierto estupor verlo en un acto saludando a Macario Benítez, exalcalde del Rosario, en Tenerife, condenado a 12 años de inhabilitación por prevaricación, fuera ya del partido, pero símbolo de un socialismo rural de corte clientelar que triunfa en muchas zonas de las islas. Torres se defiende diciendo que lo saludó "por humanidad", como explicó al Diario de Avisos, y que "que vaya la gente a mis actos no significa que me apoyen".
"Habrá que esperar finalmente a ver a quién incluye en su ejecutiva. Se le ha arrimado mucho parásito que no sé cómo se va a quitar de encima. No sé si podrá cumplir con su promesa de poner a los mejores", comenta un dirigente socialista.
Patricia Hernández pierde fuelle
Patricia Hernández adelantó todo lo que pudo las primarias con la esperanza de dificultar la movilización del pedrismo. Aun así, ha quedado en segundo lugar en la recogida de avales, con 1.703, a pesar de contar con el apoyo de la Gestora regional, dirigida por José Miguel Rodríguez Fraga. Si perdiera, sería un golpe contundente para quien hace solo unos meses era vicepresidenta del Gobierno de coalición entre CC y PSOE, que se rompió en diciembre.
Diplomada en Relaciones Laborales, con apenas experiencia de trabajo fuera de la política, senadora con 24 años y diputada en el Congreso durante una legislatura, Patricia Hernández ha sabido moverse con habilidad por las aguas del partido y mantenerse a flote a pesar de la abrupta marcha del PSOE de Santiago Pérez, uno de sus padres políticos. Para ello, ha conseguido atraerse a su causa el apoyo de los poderosos alcaldes del sur de Tenerife.
Bien valorada por algunos históricos, también hay quien considera que tiene escasa capacidad política: "El problema de Patricia Hernández es que no entiende la política como un proceso de grandes transformaciones, sino como la gestión de problemas puntuales. Ella habla de que conoce el problema de Juan, de Pepe, de María, pero no tiene una visión global", comenta un dirigente socialista.
Madinista cuando Madina y susanista cuando Susana Díaz, nadie le podrá quitar el mérito, sin embargo, de haber ganado en votos a CC en las últimas elecciones autonómicas, en pleno apogeo de Podemos, con su discurso sencillo y populista, a pesar de que la injusta ley electoral canaria luego la desplazó al segundo puesto en número de escaños.
El 'pecado original' de Juan Fernando López Aguilar
Hace semanas algunos dudaban de que Juan Fernando López Aguilar fuera capaz de conseguir los avales. Hoy hay quienes no descartan que pueda ganar, a pesar de ser el tercero en número de avales, con 1.045. Sin apenas apoyo orgánico, ha hecho una campaña muy a lo nuevo Pedro, en la calle, y, a pesar de haber apoyado a Susana Díaz, ha recibido el apoyo de la corriente Izquierda Socialista.
En su haber tiene un enorme currículum académico y político, que hace unos días, leído en alto durante el debate, contrastaba con el de sus oponentes. También su beligerancia contra CC, símbolo del poder durante los últimos 24 años y cuyas corruptelas López Aguilar ha criticado con una contundencia incomparable en el PSOE, que gobernó desde 2011 hasta diciembre pasado con los llamados nacionalistas canarios.
En su debe está haberse presentado en 2007 en las autonómicas y haber vuelto a la política nacional como diputado a los pocos meses, en las elecciones generales de 2008, a pesar de que se había convertido en el secretario general del PSOE en las islas tras un congreso regional a finales de 2007. "Si no hubiera dado la espantada en ese momento, habría ganado de calle ahora. Entre la flojera de Patricia Hernández y la poca implantación real de Ángel Víctor... Tiene el pecado original de haberse marchado", comenta un militante significativo de dilatada trayectoria en el partido y con intenciones de votarlo. ¿Por qué volver a donde ya se estuvo?
Según Santiago Pérez, porque a López Aguilar, en su primer intento de jugar un papel en la política canaria, le hizo imposible la vida la "casta burocrática" que sucedió en el liderazgo del PSOE canario al exministro Jerónimo Saavedra en los noventa, su "guardia pretoriana", que dirigió el partido hasta que Zapatero mandó a López Aguilar a Canarias. "Querían tocar poder, que no gobernar, y sus intereses confluyeron con la necesidad de Zapatero de contar con Coalición Canaria en la segunda legislatura". Para Pérez, en ese momento empezó un ataque a la cultura federal del PSOE, con la participación activa de José Blanco, entonces vicesecretario general. "Fue una de las razones principales por las que yo me fui del partido. Yo no estaba dispuesto a aceptar que CC dirigiera a los socialistas canarios a través de Ferraz".
"La vida se la hicieron imposible a López Aguilar como siempre se le hace a un oponente político. Él salió huyendo. Lo demás es una milonga", comenta este militante que, críticamente, simpatiza con su candidatura. Otro dirigente socialista, citado ya anteriormente, afirma que "personas como López Aguilar o Santiago Pérez también son corresponsables de la situación actual del partido, tampoco se preocuparon de atraer a gente joven. En todos los años que ha estado dando clases en la universidad, ¿no ha encontrado Pérez gente valiosa? Al final, a quien nos dejó es a Patricia Hernández. O a José Ángel Martín, que sacó tan malos resultados en Santa Cruz en la última municipales. Lo que tiene que hacer el partido es decidir qué tipo de sociedad quiere construir en Canarias. Y atraer a gente con conocimiento, no solo formación académica, para hacer este proceso. Desde pescadores a profesores universitarios".
Este PSOE doliente es el mismo partido de viejos socialistas canarios, republicanos como el alcalde Juan Rodríguez Doreste, el crítico Domigo Pérez Minik, el pintor y alcalde Pedro González. De feministas pioneras de la Transición, como María Dolores Pelayo.
Pero con tanto fontanero y tanto aparato, hace falta un buen arqueólogo para encontrarlo.