El incendio en Gran Canaria entra en el pulmón verde de la isla y obliga a desalojar a 9.000 personas
Mucho calor, poca humedad, fuerte viento y orografía complicada: todo suma para que, por ahora, los esfuerzos de apagarlo sean infructuosos
El tercer incendio forestal de importancia en Gran Canaria en menos de una semana es ya una “catástrofe ambiental sin precedentes en la isla”. Las llamas, de hasta 50 metros, avanzan sin control y han arrasado más de 6.000 hectáreas, incluido el Parque Natural de Pinar de Tamadaba, un paraje de alto valor ecológico declarado reserva de la biosfera con pinares de excepcional valor.
“El perímetro cubre en estos momentos 60 kilómetros y la zona afectada es de 6.000 hectáreas, la mayoría dentro del parque de Tamabada, con unas 9.000 personas evacuadas de ocho municipios”, ha informado el presidente de Canarias, Ángel Victor Torres. Con la llegada de la noche los vientos han hecho virar algo el incendio, que mira a la zona sur, donde emergencias ya ha dado preavisos por si fuera necesaria la evacuación de varias localidades.
El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha reconocido que las próximas 48 horas serán cruciales en la evolución del fuego, en cuya extinción trabajan casi un millar de personas y 14 medios aéreos en uno de los despliegues más importantes que se han realizado en Canarias y en España en un dispositivo contraincendio. Y en declaraciones a la Cadena SER ha precisado que desde este martes estarán operando varios medios aéreos más venidos desde la Península.
Este nuevo incendio, que comenzó el sábado, se une a otros dos anteriores aún no extinguidos totalmente en Gran Canaria, una isla muy turística, aunque controlados.
El mayor de ellos calcinó cerca de 1.200 hectáreas de masa forestal en la zona más elevada de la isla y obligó a desalojar a un millar de personas de varias localidades. El otro, en el noreste insular, quemó 160 hectáreas de matorral.
“Una catástrofe ambiental sin precedentes”
El voraz incendio que afecta desde el sábado a Gran Canaria ha ocasionado ya una “catástrofe ambiental sin precedentes en la isla” que, en una primera valoración, ha afectado a más de 150 especies vegetales terrestres que, además, son endémicas de este territorio insular.
Hablamos de decenas de miles de individuos endémicos de Canarias, entre los que figuran unas sesenta especies vegetales terrestres que son exclusivas de Gran Canaria, como la magarza plateada de Artenara o la col de risco de Tamadaba, ha informado a Efe Juli Caujapé, el director del Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo”, centro asociado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que depende del Cabildo de Gran Canaria.
El experto ha recalcado que pese a estas “malas noticias, hay que ser pacientes y esperar a que el banco de semillas que hay en el suelo, que es activo, regenere de forma natural”.
Para que eso ocurra pueden pasar “entre diez y quince años”, ha dicho Caujapé, quien, no obstante, ha destacado que situaciones como la que afecta al ecosistema de la cumbre grancanaria pueden ser “una oportunidad para muchas especies” de otras zonas, ya que podrían germinar en las nuevas localizaciones a las que hayan sido desplazadas por el viento.
Sin embargo, ha considerado que las lluvias que pudieran registrarse a finales de verano, o ya en el otoño, frenarían esta recuperación, ya que contribuirían a arrastrar hacia la costa el banco de semillas que ha quedado en el suelo por este incendio.
El director del Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo” ha asegurado que la violencia de este fuego hará que muchos pinos canarios “mueran”, al igual que otros insectos y animales que forman parte de su ecosistema, que también puede que hayan huido para poder sobrevivir.
Caujapé ha estimado también que cuando se haya logrado extinguir este gran incendio forestal habrá que estar atento a la proliferación de plantas invasoras, como el rabo de gato, tuneras, pitas o cañaverales, ya que podrían comprometer la germinación de los endemismos afectados por el fuego.
El investigador ha subrayado que este desastre medioambiental también afecta a los hábitats del pinzón azul de Gran Canaria, una especie amenazada endémica de la isla, y de la paloma rabiche, una de las dos especies de palomas endémicas de Canarias desaparecida hace casi un siglo y que está siendo reintroducida en el marco de un proyecto europeo Life.
Juli Caujapé ha pedido a la ciudadanía que “confíe siempre en los especialistas” y ha insistido en que “cualquier acción de voluntariado se canalice a través de las distintas administraciones con competencias” en este incendio.