El Gobierno francés presenta su proyecto para reformar las pensiones mientras continúan los paros en el transporte
Tras seis días de huelga y manifestaciones, el Ejecutivo de Macron dará a conocer este miércoles los detalles de su polémico plan.
Tras seis días de huelga y manifestaciones, el gobierno francés dará a conocer este miércoles los detalles de su plan de reforma del sistema de pensiones, un texto muy esperado que podría incluir algunas concesiones para intentar calmar la furia en las calles.
El primer ministro, Edouard Philippe, presentará al mediodía la “arquitectura” de la reforma que busca fusionar los 42 regímenes de pensiones actuales en un único sistema universal, que funcionará por puntos.
Pese a que, según la prensa local y fuentes cercanas al gobierno, el ejecutivo podría hacer algunas concesiones a su plan inicial, todo hace prever que las protestas y las huelgas no terminarán tras los anuncios.
“Las manifestaciones no van a detenerse porque yo haga un discurso. Al contrario, mi discurso suscitará nuevas preguntas. Y es normal”, ha dicho el propio Philippe el martes.
Los sindicatos, que cuentan con el apoyo de una mayoría de los franceses, que temen una precarización de sus condiciones de jubilación, han prometido no ceder hasta un retiro total del texto, lo que anticipa una larga batalla.
Los empleados de los transportes públicos, opuestos a la reforma que suprimiría sus ventajas a la hora de jubilarse, tienen el país paralizado desde hace casi una semana.
Protestas contra Macron
Se trata de la mayor demostración de fuerza sindical desde que el presidente Emmanuel Macron llegó al poder en 2017, con la promesa de recortar el gasto público y hacer que la economía francesa sea más competitiva.
El martes, 339.000 personas, 31.000 de ellas en París, participaron en una segunda jornada de manifestaciones para mostrar su descontento, según cifras del ministerio del Interior.
Aunque los sindicatos reivindican cifras más altas, la participación se redujo considerablemente en relación al primer día de movilización, el 5 de diciembre, cuando más de 800.000 personas salieron a las calles a decir “no” a la reforma.
Aunque haya habido una caída de la movilización en las calles, “el descontento sigue siendo alto”, ha aformado el secretario general del sindicato CGT, uno de los mayores del país, Philippe Martinez. “Hoy asistimos a la instalación de un movimiento”, agregó el líder de Fuerza Obrera (FO), Yves Veyrier.
La letra pequeña del plan
El presidente, Emmanuel Macron, se ha reunido este martes martes por la noche con los principales miembros de su gobierno para ultimar los detalles del proyecto, que fue una de sus promesas de campaña.
Según ha dicho uno de sus participantes a la agencia AFP, entre las posibles concesiones figura aplicar el nuevo sistema de pensiones a las generaciones nacidas a partir de 1973, en lugar de aplicarlo a los nacidos en 1963, como previsto inicialmente.
El ejecutivo contempla también períodos de transición adaptados para los trabajadores que gozan actualmente de los llamados “regímenes especiales”, que permiten jubilaciones anticipadas con beneficios en el cálculo de las pensiones.
También se han prometidos excepciones, para algunas profesiones peligrosas, como la de militares y policías, y compensaciones para los profesores, que podrían ver sus jubilaciones reducirse drásticamente con la nueva reforma.
El gobierno asegura que la reforma hará que el sistema de jubilaciones sea “más justo” ya que “cada euro cotizado dará los mismos derechos a todos” los trabajadores.
Pero los sindicatos defienden con uñas y dientes el actual sistema de pensiones, con sus 42 diferentes regímenes, que estiman fueron creados para compensar el riesgo y el desgaste que entrañan algunas profesiones.
La huelga y las manifestaciones han revivido los recuerdos de 1995, cuando tres semanas de movilizaciones contra una reforma de las pensiones paralizaron Francia y obligaron al gobierno conservador a dar marcha atrás.
Malas noticias para Macron
El martes también participaron en las manifestaciones trabajadores de hospitales, bomberos, estudiantes, jubilados, abogados, basureros y “chalecos amarillos”, el movimiento de protesta que surgió hace un año.
Una diversidad que refleja el amplio nivel de insatisfacción con las políticas de Macron a mitad de su mandato.
Los trabajadores en huelga bloquearon el martes siete de las ocho refinerías de Francia, lo que hace temer escasez de combustible.
El miércoles, diez de las 16 líneas de metro de París seguían cerradas, cuatro tenían servicios reducidos y las únicas dos automatizadas, es decir sin conductor, funcionaban, pero con un riesgo de congestión.
Al igual que en los últimos días, comenzaron a formarse enormes atascos en los accesos a la capital.
Todo indica que la movilización no desfallecerá. Los sindicatos llamaron a realizar acciones locales el jueves y el sábado, y una nueva movilización el 17 de diciembre en París.