El G-7 traza respuestas contundentes desde Alemania a una Rusia envalentonada
Biden anuncia que el G-7 prohibirá la importación de oro de Rusia y que lanzará un plan de infraestructuras dotado con más de 600.000 millones de dólares para contrarrestar el avance de China.
Los líderes del G-7 abrieron este domingo su cumbre en Baviera, en el sur de Alemania, entre promesas de respuestas contundentes a Moscú, comandadas por Estados Unidos y Reino Unido, y exhibiciones de poder militar por parte de Rusia en Ucrania con ataques contra Kiev.
En este sentido, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha anunciado que el G-7 prohibirá la importación de oro de Rusia y que lanzará un plan de infraestructuras dotado con más de 600.000 millones de dólares para contrarrestar el avance de China. De esa cantidad, Washington movilizará 200.000 millones de dólares a través de fondos públicos y privados, a lo largo de los próximos cinco años.
El canciller alemán, Olaf Scholz, y Biden han acudido al castillo de Elmau dispuestos a mostrar cohesión, el término más empleado en una cumbre estratégicamente colocada entre la de la Unión Europea (UE), el pasado jueves, y la de la OTAN en Madrid, el próximo miércoles.
“Tenemos que asegurarnos de que estamos unidos y continuamos trabajando en los retos económicos a los que nos enfrentamos”, le ha dicho Biden a Scholz en el breve intercambio de palabras ante las cámaras, tras una bilateral previa al G-7.
“Todos los estados del G-7 estamos preocupados por la crisis que tenemos que afrontar. En algunos países caen los índices de crecimiento, sube la inflación, escasean los combustibles, las cadenas de suministro se bloquean”, ha reconocido el canciller alemán, tras la primera sesión en formato G-7.
Biden, Scholz, el francés Emmanuel Macron, el italiano Mario Draghi, el canadiense Justin Trudeau, el británico Boris Johnson y el japonés Fumio Kishida han posado para la foto de familia sonrientes, sin corbata, bajo el sol y desde el imponente paisaje montañés de Elmau, a 1.000 metros de altitud.
Al anhelo de cohesión se ha sumado el de mostrar optimismo pese a los malos tiempos —“estamos convencidos de que sabremos dar una respuesta a los desafíos de la brutal agresión rusa”, ha asegurado Scholz—.
Pero mientras Biden y Johnson, a través de twitter o desde sus delegaciones, avanzaban una determinación compartida del G-7 por endurecer las medidas contra Moscú, desde la UE se recordaba que había que velar porque esas sanciones no reviertan contra quienes las dictan.
El embargo al oro ruso
Antes incluso de su primera comparecencia con Scholz, Biden había lanzado ya su propio mensaje a través de su cuenta en twitter. “Junto con el G-7 anunciaremos la prohibición de la importación de oro ruso, una importación mayor que genera decenas de miles de millones de dólares a Rusia”, ha afirmado el presidente estadounidense.
“Estados Unidos ha impuesto costes sin precedentes contra (el presidente ruso, Vladímir) Putin para quitarle los ingresos que necesita para financiar su guerra contra Ucrania”, ha añadido.
La idea de Biden respecto al oro ruso es compartida por el británico Johnson, aparentemente determinado a que el resto del G-7 —es decir, incluidos los socios de la Unión Europea (UE), Alemania, Francia e Italia— se una a esas sanciones.
Las delegaciones de los tres socios de la UE del club de los poderosos están abordando ya esta posible ampliación de las sanciones, aunque por el momento no hay decisiones, han indicado fuentes alemanas.
Tampoco se considera, por parte de Berlín, que Alemania deba asumir un papel de liderazgo dentro de la UE respecto a la guerra de Ucrania, tal como aparentemente propone la Casa Blanca. El propósito de Scholz es “buscar consensos”, más que asumir un liderazgo, tanto en el ámbito del G-7 como en las reuniones a las que se sumarán mañana los líderes de los cinco países invitados a la cumbre —India, Indonesia, Sudáfrica, Senegal y Argentina—.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel —presente en Elmau junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen— ha expresado su confianza en que se encuentren soluciones para sancionar al sector del oro ruso, sin sufrir las consecuencias de esa decisión.
Su declaración ha remitido a la situación de parte de Europa, que está sufriendo las consecuencias de la reducción de suministros por parte de Moscú —muy especialmente Alemania, dependiente del gas ruso—.
Destinará 600.000 millones de dólares en infraestructuras
Además, los líderes del G7 han lanzado un gran plan de infraestructuras, impulsado por Estados Unidos, para contrarrestar el avance de China. La Casa Blanca ha precisado en un comunicado que la iniciativa, bautizada como “Colaboración por la Infraestructura Global y la Inversión”, pretende impulsar el desarrollo de países de ingresos bajos y medios, fortalecer la economía global y la cadena de suministros.
Biden ha destacado que este plan se centra en ámbitos como la sanidad y la seguridad sanitaria, la conectividad digital, la igualdad de sexos, el clima y la seguridad energética.
En el marco de este plan, el presidente de EEUU ha mencionado la creación de un cable submarino, que unirá el sureste asiático con Oriente Medio y Europa Occidental, que se ha adjudicado la compañía de telecomunicaciones estadounidense SubCom.
EEUU también quiere movilizar 335 millones de dólares en inversiones para proporcionar internet y tecnología financiera en países de África, Asia y Latinoamérica. Este macroplan de infraestructuras fue propuesto por Biden en la cumbre del G-7 del año pasado, que tuvo lugar en el Reino Unido.
El plan quiere ser una alternativa al proyecto chino “One Belt, One Road” (Una ruta, un cinturón), que pretende revitalizar la conocida como Ruta de la Seda mediante la modernización de infraestructuras y telecomunicaciones para mejorar la conectividad entre Asia y Europa.
A la espera de Zelenski y con Kiev bajo acoso
Ante los líderes del G-7 intervendrá este lunes, en formato virtual, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Su ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, ha lanzado este domingo un nuevo mensaje de apremio, mientras Rusia avanza en su ofensiva sobre el Donbás y, además, lanza nuevos ataques sobre Kiev.
“Varios niños ucranianos dormían pacíficamente en Kiev hasta que cayó sobre su hogar un misil crucero ruso”, ha afirmado Kuleba, tras el ataque contra un edificio de nueve plantas de la capital ucraniana.
No fue el único impacto ruso que ha sacudido este domingo Kiev y el centro de Ucrania. En paralelo al mensaje de las bombas, el ministro de Defensa ruso, Serguéu Shoigú, realizaba su primera visita de inspección a sus tropas en el este de Ucrania.