El FBI registra la mansión de Donald Trump en Florida en busca de documentos oficiales
El expresidente de Estados Unidos se llevó documentos a su residencia de Mar-a-Lago, entre los que podría haber papeles secretos.
Mar-a-Lago, la mansión que el expresidente estadounidense Donald Trump posee en Palm Beach, en el sureste de Florida, fue allanada esta madrugada por agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI), según anunció el propio exmandatario.
“Estos son tiempos oscuros para nuestra nación, mientras mi bella casa de Mar-a-Lago, en Palm Beach, está ahora siendo sitiada, asaltada y ocupada por un gran grupo de agentes del FBI”, escribió Trump (2017-2021) en un comunicado. El republicano afirma que “nunca antes le había pasado algo así a un presidente de los Estados Unidos”.
“Después de trabajar y cooperar con las agencias gubernamentales pertinentes, esta redada no anunciada en mi casa no fue necesaria ni apropiada”, señaló. Al parecer, los agentes abrieron hasta su caja fuerte. Según reveló la cadena CNN, el expresidente estuvo en el Trump Tower de Nueva York durante todo el tiempo. Y el Washington Post añade que no recibió ningún aviso sobre la búsqueda en su propiedad.
“¿Cuál es la diferencia entre esto y el Watergate, donde los operativos irrumpieron en el Comité Nacional Demócrata? Aquí, al revés, los demócratas irrumpieron en la casa del 45º presidente de Estados Unidos”, señaló Trump. Tras conocerse la noticia, algunos seguidores de Trump se desplazaron a las afueras de la residencia de Mar-a-Lago con banderas de Estados Unidos en apoyo al presidente.
Ni el FBI ni del Departamento de Justicia de EEUU han valorado la operación por el momento. Varios medios locales sostienen que el registro ha sido efectuado por un centenar de agentes. Por el momento se desconoce si una investigación así puede impedir al exmandatario presentarse de nuevo a las elecciones, a las que faltan dos años y medio, y a las que amaga con concurrir nuevamente.
El FBI estaría buscando documentos oficiales, según ha publicado el diario The New York Times, que citó fuentes cercanas a la investigación. De acuerdo con la versión del Times -uno de los periódicos más críticos con el expresidente- estos documentos incluirían, entre otros, material clasificado que Trump se habría llevado consigo de la Casa Blanca en lugar de haberlo entregado al archivo histórico como manda la ley.
Una redada es un movimiento extremo contra un expresidente y requeriría de la aprobación de los niveles más altos del Departamento de Justicia. The Times agrega que se habría requerido que el FBI convenciera a un juez de que probablemente tenía motivos para registrar las instalaciones. El Buró está dirigido ahora por Christopher Wray, quien fue nominado por Trump en 2017 después de que su predecesor, James Comey, fuera despedido.
Trump, ya en febrero, devolvió hasta 15 cajas de documentos oficiales, algunos clasificados como “alto secreto”, y ahora se estudia la gravedad de ese gesto y si los expedientes devueltos están completos, porque hay constancia de que además de llevarse cosas, las rompía.
Las leyes federales de Estados Unidos prohíben el traslado de documentos clasificados a lugares no autorizados, aunque es posible que Trump intente argumentar que, como presidente, era la máxima autoridad en materia de clasificación de información confidencial.
La redada se conoce el mismo día en que la CNN ha difundido imágenes que revelarían dos ocasiones en las que el expresidente habría tirado documentos por el inodoro. La emisora sostuvo que, igual que en otras ocasiones, Trump “se burló” de las leyes sobre el mantenimiento de registros y aseguró que rompía documentos, borradores y memorandos después de leerlos.
Trump ha hecho de su club en Palm Beach su hogar desde que dejó la Casa Blanca en enero de 2021, allí pasa de forma habitual los veranos, en su club de golf en Bedminster, Nueva Jersey, porque Mar-a-Lago suele cerrar en mayo para el verano boreal.
La hora del victimismo
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, aliado político de Trump, subrayó que se trata de una redada de “adversarios” políticos y dijo que Hunter Biden, al que los republicanos acusan de corrupción, está recibiendo mejor trato.
“Es otra escalada en el uso de armas de las agencias federales contra los opositores políticos del Régimen, mientras que personas como Hunter Biden son tratadas con guantes de seda”, subrayó DeSantis.
Entre tanto, manifestantes en apoyo a Trump se reunieron esta noche en las inmediaciones del club Mar-a-Lago con carteles de la campaña pasada, lo mismo que periodistas.
Trump acusó a la Fiscalía de “mala conducta” y denunció “la militarización del sistema de justicia” y el “ataque de los demócratas radicales de izquierda que desesperadamente no quieren que me postule a la presidencia en 2024″, agrega. Según Trump, un asalto como este solo puede suceder en países “rotos” del Tercer Mundo.
Se refirió también a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, y su contendiente demócrata en 2016 para asegurar que “se le permitió borrar y lavar con ácido 33.000 correos electrónicos después de que fueran reclamados por el Congreso”. Y, sin embargo, agregó, “no ha pasado absolutamente nada que la haga responsable”. El presidente dijo que “la anarquía, la persecución política y la caza de brujas deben ser expuestas y detenidas”.
Las investigaciones
El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes anunció de inmediato la ampliación de una investigación sobre las acciones del expresidente y pidió a los Archivos que entregaran información adicional. Trump confirmó con anterioridad que había accedido a devolver ciertos registros a los archivos, calificándolo como “un proceso ordinario y rutinario.”
Al mismo tiempo, una investigación separada se relaciona con los intentos de los aliados de Trump de revocar el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 y los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio federal también se ha intensificado en Washington. Las audiencias del 6 de enero han demostrado que el presidente intentó manipular el sistema electoral para burlar los resultados de las elecciones y perpetuarse en el poder, en contra de la voluntad popular. Por ahora no hay cargos contra él, pero por las declaraciones de los testigos de su propio Gobierno podría enfrentarse fácilmente a acusaciones que oscilan desde la conspiración para cometer fraude electoral a la sedición.
Además, el fiscal de distrito en el condado Fulton, en Georgia, investiga si Trump y sus allegados intentaron interferir en las elecciones en ese estado, que ganó Joe Biden.
Las investigaciones del Departamento de Justicia son independientes de la investigación en curso del comité selecto de la Cámara que investiga el ataque al Capitolio. A diferencia del Congreso, los funcionarios del Departamento de Justicia tienen el poder de presentar cargos penales contra el presidente u otras personas de su círculo.
Ningún expresidente de EEUU ha sido nunca acusado de un delito, a pesar de las investigaciones sobre mala conducta.
Durante su mandato, Trump fue criticado día sí, día no, por sus esfuerzos para aprovechar al Departamento de Justicia para cumplir sus órdenes. El fiscal general, William Barr, renunció en diciembre de 2020 después de que la agencia rechazara las afirmaciones de fraude electoral de Trump.