LA noticia de este sábado 24 de agosto fue la operación a la que se sometió el rey emérito, Juan Carlos I.
Era la 17ª intervención en su historial médico y todo estaba estudiado al milímetro. El monarca ingresó en la clínica Quirónsalud de Pozuelo de Alarcón (Madrid) la noche previa y, la mañana del sábado, entró al quirófano.
En torno a las 13:00 llegaron las primeras (y únicas) visitas: el rey Felipe VI y la reina Sofía acudían a la clínica en el coche del monarca, conducido por él mismo.
Todo el mundo siguió esas imágenes; lo que nadie vio fue que, en las cuatro horas que duró la visita, el coche —que dejó aparcado en la puerta del centro— había cambiado de dirección. ¿Qué pasó? Nadie lo sabe... Aunque algunos, como el periodista Isaías Lafuente, apuntan con ironía que podría tratarse de “realismo mágico”