El detalle en esta escena de 'Parásitos' que dispara a una empresa española: abajo a la izquierda está la clave
La venta online en España se ha incrementado en un 150%.
Las populares patatas gallegas de Bonilla a la Vista han llegado triunfantes a los Oscar por su aparición en la cinta surcoreana Parásitos, que se ha llevado cuatro premios, incluido el de mejor película, aunque desde la firma coruñesa se enteraron por casualidad de este emplazamiento publicitario.
El empresario César Bonilla, que a sus 87 años sigue al frente del negocio familiar, cuenta en una conversación con Efe en su fábrica de Arteixo que se enteraron por el boca a boca de que su peculiar lata de medio kilo forma parte del atrezo de este filme “cuando ya estaba proyectándose” en España.
“Las noticias ahora corren muy rápido”, afirma Bonilla, que pese a que ninguno de sus clientes coreanos les trasladó su presencia en dos escenas de “Parásitos”, le comunicaron muchos conocidos de A Coruña “que salía la lata ahí debajo de la mesa”.
A raíz de su cameo en el filme de Bong Joon Ho, la firma coruñesa ha duplicado su producción. De hecho, desde hace dos semanas la venta online en España de sus famosas patatas se ha incrementado en un 150%, asegura a Efe el encargado del departamento de Marketing de la empresa, Diego García.
Así, la familia de empleados Bonilla se multiplica, pues su plantilla, formada por unos 115 trabajadores, ha aumentado en un 10% en las últimas dos semanas, y prevén que el éxito continúe al alza.
En su fábrica de Arteixo fabrican las 550 toneladas de patatas que comercializan anualmente, de las que unas cuarenta viajan hasta Corea del Sur, país en el que este producto, que se vende allí desde 2016, se ha convertido en un objeto de culto.
Pese a que poseen varios formatos como bolsas grandes y pequeñas, lo que triunfa en el país asiático son las famosas latas de medio kilo, distintivo de la casa, según señala César Bonilla, pues “la lata se conserva mucho mejor”, aunque “la calidad del producto es la misma”.
“Ahora estamos haciendo unas latas más pequeñas que son más manejables y pueden ir con ellas por la calle”, manifiesta sobre su nuevo producto de 275 gramos que, por el momento, es exclusivo para Corea del Sur y está escrito en coreano.
El secreto del éxito lo tiene claro este coruñés que nació en 1932, el mismo año que la marca creada por su padre, Salvador Bonilla: “Si no tenemos calidad, no vendemos”.
Y por eso este alimento elaborado con pata, aceite de oliva y sal puede encontrarse en más de veinte países como Bélgica, Suiza, Reino Unido, Francia, Italia, Estados Unidos, Panamá o incluso Australia, que se incorporó a la distribución en 2019.
“Todos los que lo pidan están servidos”, sostiene Bonilla sin cerrar puertas a su expansión. Incluso recuerda, en relación a su éxito internacional que, según le comentaron, “el amigo Boris Johnson cuando era alcalde tenía que tener siempre una lata allí en su despacho”.
Este empresario que ya repartía latas de patatas por A Coruña en su moto cuando tenía unos veinte años -pues este fue el primer envase que tuvieron, antes que las bolsas-, se muestra feliz al observar cómo crece su negocio y, aunque confiesa que todavía no ha visto la película, no oculta su agradecimiento y se compromete a solventarlo: “tendré que ir a verla pronto”.
Aunque no pactaron ningún tipo de publicidad, el hombre cuya firma es conocida en A Coruña también por sus churros, enfatiza satisfecho: ”¡Que salgan donde quieran”.