El debate de las pensiones parte de la creación de empleo
Venimos de una larga y tortuosa campaña electoral. Un momento en el que los principales partidos políticos, así como sus principales responsables económicos, han sembrado el debate sobre qué formación política sería la encargada de gobernar España y, de ser así, con qué propuesta económica encajarían su legislatura.
Un conjunto de propuestas que, a su vez, eran muy dispares entre sí. Propuestas que, dado el número de estas, provocaban cierta opacidad para vislumbrar el futuro económico que se le avecina al país. Rebajas fiscales, incrementos en el Salario Mínimo Interprofesional, políticas de empleo o las pensiones son algunos de los temas más candentes en el debate económico/político que hemos vivido en las últimas semanas.
Especialmente el caso de las pensiones ha sido uno de los temas que más ha preocupado a los votantes, e incluso a los partidos. Estamos hablando de que la población pensionista representa un gran peso en el voto, ya que, España, por estructura demográfica, posee una población muy envejecida y el tema de las pensiones, a nuestro favor, puede ser una gran herramienta para ganar votos en última instancia.
Siguiendo con gran interés los distintos debates entre los principales responsables económicos de las distintas formaciones políticas, pude observar cómo el bipartidismo en España, aunque no se aprecie por la aparición de otras fuerzas políticas, sigue siendo una realidad. Pudimos ver perfectamente alineadas las posturas de Partido Popular y Cs, así como las de PSOE y Podemos.
Por la izquierda, las propuestas abordadas para mantener la sostenibilidad de las pensiones y proporcionar una mayor longevidad a la vida de las mismas parte de incrementar los impuestos, logrando una mayor redistribución de la riqueza, y subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), con el fin de que los cotizantes puedan aumentar sus aportaciones fiscales. Eso sí, no debemos olvidar el aumento en el gasto público, con el fin de destinarlo a la creación de ofertas públicas de empleo.
Por la derecha, el Partido Popular, junto a C´s, plantea la necesidad, la cual considero la base de sostenibilidad de las pensiones, de incentivar la creación de empleo, eliminando los escollos que, a día de hoy, dificultan el acceso a la contratación por parte del sector privado. A su vez, plantean la subida del SMI de una forma gradual y correlacionada con el aumento de la productividad en las empresas.
Para ello, se plantea una rebaja fiscal y ajuste de gasto, de modo que las cuentas públicas posean una gestión más eficiente de la que, hasta ahora, han tenido. Unas propuestas que, aunque algunos partidos políticos nieguen, son las que realmente necesita este país si lo que quiere es sostener el sistema de pensiones.
Las pensiones en España son un gran desembolso de fondos públicos. Ahora, con el incremento por la indexación de las mismas al IPC, el gasto es aún mayor. Debemos tener en cuenta que España posee una de las tasas de remplazo más grandes de Europa y que la tasa de dependencia en el país es, debido al cambio en la estructura demográfica, muy elevada. De hecho, se plantea que en 2022, esta tasa de dependencia llegue a representar el 100%.
Con estos datos sobre la mesa, la fórmula para sostener las pensiones es, casual o causalmente, aquella que muchos partidos ignoran, el empleo. Seguimos abordando el debate de las pensiones, pero, a su vez, obviamos el debate del empleo. Un empleo que registra una elevada tasa (13,9% en febrero (35% juvenil) y que sigue reduciéndose de manera muy gradual.
Esto es un auténtico problema, pues esta reducción también se está produciendo por las ofertas de empleo público que vienen precedidas por ese aumento en el gasto público. Un aumento que se repercute a la deuda española, la cual ya representa un 97% del PIB y sigue cosechando incrementos en el déficit del país. Un déficit que ya está siendo amonestado por Bruselas.
Por ello, seguir por este camino es un completo error. Debemos concienciarnos que el empleo viene precedido por un crecimiento económico repercutido para la economía real del país, las empresas. Si la empresa crece, el empleo crece y no podemos seguir dificultando la contratación, la fiscalidad y la burocracia a la economía real. La elevada fiscalidad española, la cual ya representa en cuña fiscal un 39,4%, está ahuyentando a los inversores y aquellas empresas que, como Google con la tasa a la digitalización, buscan otros países en los que invertir.
Sin empresas no hay empleo. Recordemos esta frase. Pues solo con el incentivo a las empresas, estaremos hablando de empleo sostenible. Podemos volver al pasado y ver lo que ocurrió durante la etapa de Zapatero y sus fórmulas de aumentar el empleo a base de inyectar incrementos de gasto público en el sistema.
España posee uno de los tejidos empresariales más débiles, y pequeños, de Europa. A la misma vez que poseemos una de las tasas de desempleo más elevadas del conjunto de países que la integran. De ahí surge esta necesidad, pues debemos reforzar nuestras empresas e incentivar de una forma real y no en base a penalizaciones en los contratos temporales y en los salarios percibidos por el empleado.
Solo hablando de empleo podremos hablar de sostenibilidad en las pensiones. Seguir debatiendo sobre la sostenibilidad de las pensiones por otra vía es un error. El crecimiento en el empleo es la sostenibilidad de las pensiones. Un crecimiento que debe ir precedido de una mayor liberalización del sistema y un fuerte apoyo al tejido empresarial, a la economía real y productiva, de nuestro país.