"El centroderecha ha muerto", por Marta Flich
Una tragedia de dimensiones que todavía no podemos comprender.
La oposición es importantísima en todas las democracias. Sirve para fiscalizar el Gobierno, enriquecer el debate y aportar y exigir medidas y rectificaciones a través del diálogo y el compromiso.
El problema es que nada de eso está pasando. Desde bloquear un órgano constitucional, como el CGPJ, judicializar al máximo la política o instrumentalizar el Congreso de los Diputados.
Es inaudito el chorreo de descalificaciones e insultos que llegan al plano nacional en el marco de unas elecciones autonómicas. El PP ha optado por hacer una campaña apelando a decisiones identitarias, símbolos que lejos de la gestión que decide el futuro de una región, hace pertenecer a una moralidad.
Pongámonos a cubierto: el centroderecha ha muerto.