El catedrático Álvarez Junco apuesta por el federalismo y teme una "balcanización" de España
Ha señalado que en España no hay un problema de nacionalidades, sino de unas élites políticas que pugnan por hacerse con las competencias de un territorio.
El catedrático emérito Juan José Álvarez Junco ha dicho que la descentralización no es la solución a los problemas territoriales de España, porque los más radicales de los nacionalistas siempre pedirían lo máximo, que es la independencia, y ha avisado de que habría que buscar una fórmula intermedia para evitar una "balcanización".
Álvarez Junco, que ha comparecido en el Congreso ante la comisión de estudio del modelo territorial, ha alertado del riesgo de que España se convierta en una serie de Estados independientes que "nunca estarían satisfechos ni con las fronteras ni con la población".
"Siempre seguirían los irredentismos que tratarían como población de segunda a las minorías", ha augurado el catedrático emérito de Historia del Pensamiento y los Movimientos Sociales de la Universidad Complutense de Madrid.
NO ES UN PROBLEMA DE NACIONALIDADES, SINO DE ÉLITES POLÍTICAS
Ha señalado que en España no hay un problema de nacionalidades, sino de unas élites políticas que pugnan por hacerse con las competencias de un territorio.
En opinión del historiador y politólogo, los únicos que no han renunciado a nada son los independentistas, a diferencia de lo que hicieron casi todas las fuerzas políticas durante la transición para aprobar la Constitución de 1978.
Por eso, ha señalado que, aunque la reforma de la Carta Magna sería conveniente y necesaria para adaptarla a la nueva realidad del país y que siga siendo un texto vivo, sería complicado acometerla ahora porque no existe el consenso suficiente.
Para el académico, la fórmula que mejor se adaptaría a las necesidades y las características de la sociedad española actual es el federalismo. "Es la adecuada para nuestra situación", ha afirmado.
No obstante, ha incidido en que, en cualquier reforma, la lealtad al pacto que se consiga es fundamental, ya que debe servir, al menos, durante una generación -30 años-.
"No vale salir de la habitación donde hemos firmado el acuerdo y que alguien diga: seguiremos presionando", ha recalcado Álvarez Junco.