El Parlamento británico se ha despedido este miércoles de su figura más carismática de los últimos tiempos, su presidente, John Bercow, quien ha recibido elogios, desde todas las bancadas, a su arrolladora personalidad y servicio público.
Con voz quebrada y visiblemente emocionado, Bercow ha rendido tributo a su equipo, su esposa Sally y sus tres hijos, quienes se encontraban en la galería dedicada al público y de los que ha dicho que han demostrado “apoyo, estoicismo y fortaleza en las buenas y en las malas” a lo largo de la última década.
“Nunca lo olvidaré y siempre lo agradeceré”, ha afirmado ‘Mr. Speaker’ entre el aplauso de los diputados.
Al anunciar su renuncia el pasado septiembre, Bercow, de 56 años, ha destacado que su objetivo es pasar más tiempo con su familia, a la que ha prometido que esta sería su última legislatura.
El primer ministro, el conservador Boris Johnson, ha bromeado al compararle con un árbitro de tenis de Wimbledon por su forma de dar la palabra, mientras el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, ha resaltado su labor para acercar la institución a la ciudadanía a través de las visitas al centenario Palacio de Westminster.
Al ya famoso grito de ‘¡Orden, orden!’, Bercow ha dirigido la Cámara de los Comunes durante diez años, en los que ha servido bajo los gobiernos de cuatro primeros ministros: el laborista Gordon Brown y los conservadores David Cameron, Theresa May y Johnson.
Brexit, Brexit y más Brexit
Su dimisión prevista para el 31 de octubre debía coincidir con la salida del país de la Unión Europea, aunque finalmente la partida se ha retrasado hasta enero.
Sin duda, el Brexit ha sido el gran caballo de batalla con el que el veterano político ha tenido que lidiar durante su última etapa al frente de la Cámara baja, en la que también ha afrontado denuncias de acoso por parte de su personal y críticas a la falta de imparcialidad en los procedimientos parlamentarios.
Bercow, que votó a favor de permanecer en el club comunitario en el referéndum de 2006, ha sido acusado de favorecer al bando parlamentario contrario al Brexit, algo que él siempre ha desmentido.
Aunque fue elegido como diputado conservador por la circunscripción inglesa de Buckingham en 1997, su llegada al cargo doce años después le obligó a mantener la imparcialidad para centrarse en las vicisitudes del procedimiento parlamentario y le privó del derecho al voto.
Sin embargo, parte de la prensa local afirma que existe un serio descontento del Gobierno por su aparente imparcialidad, lo que podría poner en duda la posibilidad de que obtenga, como es tradición, el título de ‘caballero’ una vez que deje los Comunes.
De ser así, sería la primera vez que se rompe con una costumbre de más de 200 años de antigüedad que establece que a los expresidentes del Parlamento se les concede el título de ‘Lord’ para que ocupen un escaño en la Cámara alta, cuyos miembros no son elegidos por los ciudadanos.
Lo que siempre recordará...
Bercow, que se graduó en Ciencias Políticas en la Universidad de Exeter en 1985, ha sido también el primer ‘speaker’ judío y el único en ser reelegido tres veces desde la Segunda Guerra Mundial.
Desde la silla más elevada de Westminster y ataviado con sus coloridas corbatas, Bercow ha popularizado los acalorados debates que tienen lugar en ese abarrotado Parlamento de bancadas verdes y ha atraído la curiosidad de los menos avezados a la política.
En una entrevista concedida a la agencia Efe en abril pasado, confesó que lo que más ilusión le ha hecho en este tiempo ha sido ser testigo del momento en que se aprobó el matrimonio entre parejas del mismo sexo en 2013 y que disfrutó moderando un debate de 14 horas sobre el Brexit.
Ahora será uno de los nueve aspirantes a relevarlo quien tome las riendas de Westminster, un apasionado escenario donde todavía quedan muchas horas reservadas al ‘brexit’.
Tras las elecciones previstas para el 12 de diciembre, se constituirá un nuevo Parlamento que deberá decidir, bajo la batuta de un nuevo director de orquesta, si lleva adelante la ruptura con la UE o toma un rumbo totalmente diferente.
Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.