El bucle de Cataluña, pendiente de Puigdemont
El día de la investidura que no fue.
Llegó el 30 de enero de 2018. El día marcado en rojo en el calendario de la política española y catalana por el presidente del Parlament de Cataluña, Roger Torrent (ERC), para la celebración del debate de investidura que pretendía volver a nombrar president de la Generalitat a Carles Puigdemont.
Durante semanas políticos y periodistas habían especulado sobre la posibilidad de que el debate se celebraría por Skype o sobre si Puigdemont aparecería en el Parc de la Ciutadella de Barcelona para sorpresa del Gobierno español. Un dispositivo policial rodeaba esta mañana el Parlament para evitar que esto ocurriera. Los Mossos d'Esquadra llegaron a registrar el maletero del taxi que llevaba a Xavier Domènech, líder de Catalalunya en Comú-Podem, en busca de Puigdemont, contó La Vanguardia.
El propio expresident quiso jugar al despiste, con la publicación de una foto en su cuenta de Instagram en la que se veía el paseo Picasso de Barcelona, una calle cercana al Parlament. Una orden de detención pende sobre la cabeza de Puigdemont, en el caso de que cruce la frontera y entre en España.
"A 24 horas de la investidura. Por el país. Por las libertades. Por nuestras instituciones. Por la democracia. Por la dignidad. Por el futuro. Por ti", escribió el expresident en la red social.
No hubo nada de eso. Tras el auto del Tribunal Constitucional que señalaba que Puigdemont no podía ser investido de manera telemática ni mediante voto delegado, Torrent anunció este martes por la mañana el aplazamiento del debate de investidura. La sesión anulada estaba convocada para la misma tarde, a las 15 horas.
A pesar de la maniobra, Torrent aseguró que mantenía la candidatura del expresident, anunciada el pasado 22 de enero, para otra sesión en el futuro a la que no puso fecha. "Iré hasta el final en la defensa de los derechos de Carles Puigdemont", afirmó.
Torrent no escatimó en críticas al Gobierno de Mariano Rajoy y a los jueces del Constitucional en su comparecencia extraordinaria. "El presidente de la Generalitat será el que elijan los diputados de esta Cámara, no el que decida un Tribunal o un ministro a 600 kilómetros", señaló.
Cataluña se adentraba de nuevo en un terreno de incertidumbre. Torrent lograba con este aplazamiento ganar tiempo. Sin embargo, su decisión abrió un cisma entre las formaciones independentistas. Junts per Catalunya y la CUP aseguraron que desconocían este cambio de planes. Desde Esquerra aseguraron que Torrent intentó llamar, sin éxito, hasta en cinco ocasiones a Puigdemont.
La división de posturas se hizo evidente. El portavoz adjunto de Junts per Catalunya en el Parlament, Eduard Pujol, pidió al presidente del Parlament que levantara la decisión de posponer el pleno de investidura. "No puede haber otro escenario que no sea el de la unidad. Lo sabemos los 68 diputados que haremos posible la investidura de Carles Puigdemont", afirmó.
Incluso los cuatro diputados de la CUP, Carles Riera, Maria Sirvent, Natàlia Sànchez y Vidal Aragonés, ocuparon sus escaños durante unos minutos a las 15.00 horas, hora a la que estaba prevista para el inicio de la sesión de investidura.
Mientras tanto, unas 1.200 personas, según la Guardia Urbana, se manifestaban en las calles de Barcelona para pedir la investidura de Puigdemont, en una movilización convocada por la ANC. Los manifestantes portaban máscaras con la cara del expresident, lazos amarillos, y esteladas. "Libertad, presos políticos" y "Es Puigdemont, nuestro presidente" eran algunos de los gritos que coreaban.
En torno a las 16 horas, grupos de independentistas forzaron una de las puertas de acceso al Parc de la Ciutadella y desbordaron el cordón policial de los Mossos d'Esquadra para acercarse al Parlament. Se produjeron una serie de enfrentamientos con la policía, que concluyeron con dos manifestantes detenidos, trece heridos leves y diez agentes con contusiones leves.
Finalmente, pasadas las 20 horas, el expresident hizo acto de presencia, pero a través de las redes sociales mediante un vídeo pregrabado con el título Juntos hasta la plenitud de nuestra libertad. Puigdemont canceló previamente su asistencia a un acto electoral organizado por los nacionalistas flamencos de la N-VA en Lovaina para pedir unidad a los independentistas y señalarse como el único candidato posible. "Mis intenciones permanecen intactas", aseguró.
Tras los incidentes en los alrededores del Parlament, Puigdemont pidió respeto por la decisión de Torrent de aplazar el pleno de investidura. "Es su decisión y la tenemos que respetar", aseguró. "Lo que nos ha traído hasta aquí es la unidad, no la perdamos".
"Creemos que la democracia no se puede aplazar ni se puede suspender. No aceptamos que se puedan aceptar presidencias desde Madrid. De ninguna manera", afirmó Puigdemont.
A pesar de los deseos del expresident, la situación política en Cataluña sigue suspendida desde la aplicación del 155 y la posterior celebración de elecciones. Puigdemont permanece huido en Bruselas, sin intención de volver o de renunciar a su candidatura o a su escaño. Oriol Junqueras, en la prisión de Estremera. El independentismo se agrieta en su decisión sobre el futuro. ¿Hasta cuándo durará este bucle?