El aplazamiento de la investidura abre un cisma entre los independentistas
JxCat y la CUP presionan a Torrent para que desoiga al Constitucional y vuelva a convocar el pleno para investir a Puigdemont
La confusión ha vuelto al Parlament. A pesar de que todavía no ha empezado la legislatura, este martes se ha vuelto a vivir otra jornada enmarañada en la cámara catalana a raíz del aplazamiento del pleno de investidura. La decisión del presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), ha abierto un cisma entre las formaciones independentistas, que han tratado de transmitir un mensaje de unidad pese a que los los reproches fuera de micrófono han sido constantes durante todo el día.
Ante el aviso del Tribunal Constitucional (TC) de que Carles Puigdemont no podía ser investido de manera telemática ni mediante voto delegado, Torrent ha anunciado a primera hora de la mañana que aplazaba el pleno y que encargaba a los servicios jurídicos la presentación de alegaciones al TC. La decisión ha encendido los ánimos de la CUP y JxCAT, que han asegurado que desconocían por completo los planes de Torrent.
El aplazamiento de la investidura ha hecho saltar por los aires un conflicto soterrado entre ERC y JxCAT que se ha ido cociendo a fuego lento durante los días previos.
Varias voces en ERC consideran que la obstinación de JxCAT para investir a Puigdemont sólo alargará la vigencia del 155 y la excepcionalidad en Cataluña, pero por otro lado son conscientes de que, ahora mismo, dudar de Puigdemont no genera demasiadas simpatías en el independentismo.
Los republicanos afean a JxCAT que durante las conversaciones que ha habido para formar gobierno solo hablen de investir a Puigdemont a pesar de que no concretan cómo. Algunas fuentes incluso van más allá y ponen encima de la mesa la posibilidad de forzar unas nuevas elecciones. En JxCAT, en cambio, creen que ERC debería ser más explícito en su defensa de Puigdemont y evitar algunas declaraciones que ponen en duda su investidura.
La división entre los independentistas era palpable en los pasillos. Fuentes de ERC aseguraban que Torrent ha intentado llamar hasta en cinco ocasiones a Puigdemont a primera hora de la mañana. Las mismas fuentes añadían que en el entorno de Puigdemont sabían que la posibilidad de aplazar el pleno estaba sobre la mesa. Miembros de JxCAT, en cambio, aseguraban que al president cesado no le constaba ninguna llamada.
"Puigdemont y Torrent no tienen mucha relación, pero nadie se cree que no le ha podido localizar", decía un diputado de JxCAT. En los reproches soterrados a ERC también se encontraba la CUP, que ha tildado la decisión de "unilateral y equivocada" y se ha visto compartiendo reivindicación con los herederos de Convergència.
A medida que avanzaba la mañana los ánimos se iban caldeando. Hasta el punto que tanto la CUP como JxCAT han anunciado que acudirían igualmente al pleno a las 15:00 a pesar de que estaba aplazado. Los cuatro diputados de la formación anticapitalista se han sentado en sus escaños en señal de protesta, pero finalmente los diputados de JxCAT han optado por reunirse en otra sala y no se han sentado en el pleno.
Aunque los reproches entre las fuerzas independentistas circulaban como la pólvora, desde JxCAT se han esforzado en transmitir que los secesionistas siguen unidos. "Queremos insistir en que el independentismo está unido", ha declarado en rueda de prensa Eduard Pujol, nuevo diputado de JxCAT. "Estamos conjurados en esa unidad".
Mientras dentro de la cámara se iban cruzando declaraciones, los aledaños del Parlament se llenaban de manifestantes ataviados con banderas esteladas y caretas de Puigdemont. "Puigdemont, el nostre president", gritaban muchos de los concentrados.
A pesar de que el pleno de investidura estaba suspendido, había manifestantes que no descartaban una carambola que acabase con la investidura del expresident fugado a Bélgica. Otros incluso aseguraban que Puigdemont podía aparecer en cualquier momento.
Los concentrados han conseguido incluso romper el cordón policial y han llegado hasta la puerta de la cámara catalana, donde cientos de manifestantes gritaban a favor de Puigdemont y recordaban la votación del 1 de octubre. "El pueblo manda, el Gobierno obedece" o "Queremos un pleno de investidura" también formaban parte de los cánticos.
A la espera de que empiece la legislatura, parece que los papeles se han cambiado en la cámara catalana. Quién presiona para desobedecer al TC es ahora JxCAT y quién tiene miedo de quedar como un traidor es ERC. Nadie quiere colgarse la etiqueta de botifler [traidor, en catalán] y ser quien constate que Puigdemont lo tiene casi imposible para volver a ser president. Por eso cuando se ha visto que hoy no habría investidura, todos los diputados independentistas han corrido hacia la calle para mezclarse con los manifestantes.