El año escolar más atípico dejará secuelas: los profesores ven claro un impacto en el nivel de conocimiento de los alumnos
Los docentes advierten del menor rendimiento académico, el aumento del desinterés y el peor comportamiento de los estudiantes.
La pandemia ha obligado a repensar muchos ámbitos y la educación ha sido uno de ellos. La bajada de las ratios, la semipresencialidad y el impulso de las plataformas digitales para continuar con el aprendizaje a distancia han sido algunas de las características que han marcado el año escolar más atípico.
Los docentes, exhaustos, se han visto obligados a reformular los contenidos para hacerlos más didácticos a través de la pantalla, asumir horas extra para cubrir bajas de compañeros presencialmente y, prácticamente, a meterse en las casas de sus alumnos estando en contacto permanente con las familias. Pero, al margen de todos los sacrificios, la factura que estos dos cursos vaya a pasar a futuro en el nivel de los estudiantes, preocupa.
“El impacto obviamente será heterogéneo”, asegura Miguel Ángel González Martínez, Presidente del CSIF Educación Madrid. “No será el mismo para los alumnos que estén en una situación favorecida que los que no. No es lo mismo un colegio de Alcobendas que no uno de Fuenlabrada”, señala.
La realidad es que ni todos los estudiantes han podido acceder a Internet para seguir el curso ni todos los que han accedido lo han hecho en igualdad de condiciones.
Impacto heterogéneo en el retroceso del aprendizaje
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, nueve de cada diez hogares españoles tiene acceso. Un porcentaje que, en el caso de los que cuentan con niños, asciende al 97%. Sin embargo, en el tramo de ingresos más bajos (900 euros mensuales netos o menos), el 9,2% de los hogares con menores carecen de este servicio —un total de 100.000—.
“Creemos que lo que ha ocurrido influirá posteriormente en algún tipo de retroceso del aprendizaje”, confiesa González. Pero lo cierto es que, además de la merma en el conocimiento, otros efectos negativos ya son palpables en las aulas. Según una encuesta reciente realizada por el sindicato en Aragón, más del 40% de los profesores considera que ha aumentado el desinterés de los estudiantes y el mal comportamiento en clase.
“Cuando vuelven después de los días que les toca en casa, con el sistema mixto de la ESO, se ve que su rendimiento es más bajo y que están más distraídos”, reconoce Alberto, profesor en un colegio público de la capital.
“Básicamente esto se produce porque pierden la rutina de trabajo y porque la actividad se vuelve pasiva”, añade. “Con la forma en que explicamos a mediante las pantallas, el alumno se limita a escuchar y a tomar apuntes. Algo que, en mi opinión, debería ocurrir sólo con aquellos de edades avanzadas”, apunta.
“La actividad se ha ralentizado, hemos perdido muchísimo ritmo de trabajo en algunos cursos en los que los menores necesitan vigilancia porque los padres no daban a basto, estaban ausentes o ni siquiera sabían usar las propias tecnologías”, explica.
Bajada de ratios: atención más individualizada
Los esfuerzos de los maestros por salvar el curso a nivel académico han sido constantes. “Hemos sido más comprensivos, pero eso no significa que hayamos abierto la mano”, añade González. “Claramente ha sido la bajada de las ratios lo que ha permitido una atención más individualizada”, sostiene. “Se les puede hacer más caso”. A pesar de ello, un incremento en la tasa de repetición o un descenso de las graduaciones al finalizar primaria o la ESO es “esperable”, confiesa.
Pepa no duda en admitir que este año “ha aprendido menos”. Para esta estudiante de 3º de la ESO de un colegio en Vallecas, “con las clases online te distraes más fácilmente” y “una pierde el hilo”.
“Ahora es cuando empezamos a notar que los contenidos de la tercera evaluación que no dimos juntos en clase el año pasado son los que están más verdes, es donde se aprecian más fallos y dificultades”, explica Julia, su profesora particular. “Hay caos”.
Para Clara, en cambio, maestra de primaria, estas carencias se notarán más a futuro en los cursos avanzados, mientras que en los niveles inferiores la flexibilización del currículo ha sido un punto positivo. “Ha traído beneficios. Antes del covid teníamos que terminar los objetivos marcados en los libros de texto y como con el coronavirus no ha sido posible, hemos ido a enseñar mejor pero menos cantidad”, comenta.
Repensar el modelo educativo
Desde el CSIF reivindican la oportunidad que ha traído el virus para repensar el sistema educativo y las peticiones son claras. “Hay que remodelar el aprendizaje, aumentar la financiación, mantener la bajada de las ratio con más de un profesor por clase, sacarle partido a las plataformas digitales y planificar la vacunación de nuestro personal”, sostiene Gónzalez.
Además del nivel académico y el bienestar general del alumnado, recuerda la importancia de no descuidar a los docentes. “Este año ha sido una paliza para todos ellos”, señala. “Aunque te permita la flexibilidad de tareas, compaginar la modalidad en línea es agotador”.
Un 35,5% de los encuestados asegura que su nivel de tensión se ha visto incrementado por la comunicación constante con las familias, quienes han acabado escribiendo o telefoneando a gran parte del profesorado fuera de la jornada laboral.
El Ministerio de Educación y las comunidades autónomas ya han puesto en marcha la hoja de ruta para la planificación del próximo curso escolar que arrancará en septiembre y que, de momento, prevé recuperar la presencialidad total.