Dudas y certezas sobre la vacuna rusa contra la COVID-19
Vladimir Putin anunció este martes el registro de la primera inyectable contra el virus a nivel mundial.
Sputnik V. Putin se apunta un tanto con el anuncio de que Rusia será el primer país en autorizar una vacuna contra el coronavirus.
Sin embargo, pese a que el mandatario aseguró este martes que había pasado todas los procesos requeridos y que incluso había sido probada en una de sus hijas, las dudas planean sobre la inyectable.
“Acelerada”
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió con cautela la noticia y apuntó que, como el resto, deberán seguir los trámites de precalificación y revisión que marca el organismo.
“Acelerar los progresos no debe suponer arriesgar la seguridad”, señalaba en rueda de prensa el portavoz de la OMS Tarik Jasarevic, quien añadía que la organización está en contacto con las autoridades rusas y de otros países para analizar los progresos de las distintas investigaciones de vacunas.
Lo cierto es que el organismo con sede en Ginebra no tenía reconocida entre las seis que figuraban como “más avanzadas” a la vacuna rusa, sino que hasta la fecha la ubica en fase experimental (1). En este listado se encontraban tres desarrolladas por laboratorios chinos, dos estadounidenses (de las farmacéuticas Pfizer y Moderna) y una británica impulsada por AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford.
Obstáculos a los esfuerzos globales para desarrollar inmunizaciones
Además, distintos expertos alegan en un artículo publicado este martes en la revista Nature que este tipo de propaganda podría obstaculizar los esfuerzos globales para desarrollar inmunizaciones covid-19 de calidad.
“Los riesgos que este tipo de procedimientos pueden llevar no son solo médicos sino incluso de credibilidad en las vacunas”, aseguran.
“Nadie sabe si es seguro o si funciona. Están poniendo en riesgo a los trabajadores sanitarios ya su población”, destaca Florian Krammer, virólogo de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai (Nueva York).
Falta de ética e información
Por su parte, Francois Balloux, genetista de College London considera, en la misma línea, que la patente y la consiguiente vacunación masiva anunciada no son éticas y critica la falta de información acerca de los protocolos que ha seguido la investigación y los que se aplicarán a partir de ahora, ya que ni siquiera los resultados de las pruebas que han hecho a los 76 voluntarios están publicados. Mientras que el médico Scott Gottlieb, responsable hasta 2019 de la agencia reguladora de los medicamentos en EEUU, ha afirmado este martes que no se pondría la vacuna rusa, en una entrevista con el canal de televisión CNBC.
Rusia tacha de “infundadas” las críticas...
Frente a las críticas, el ministro de Sanidad de Rusia, Mijaíl Murashko, ha defendido este miércoles que son “absolutamente infundadas”, achacándolas a la “competencia” en el mercado internacional por dar con el fármaco.
“Colegas extranjeros, que aparentemente sienten cierta competencia y las ventajas competitivas del fármaco ruso, tratan de expresar algunas opiniones que, a nuestro parecer, son absolutamente infundadas”, ha dicho en declaraciones a la prensa recogidas por la agencia de noticias Sputnik.
Poco después de conocerse la noticia y sin hacer mención al logro del Kremlin, el presidente estadounidense, Donald Trump, ya ha anunciado que su Gobierno está “muy cerca” de aprobar otra vacuna.
“Estamos invirtiendo en el desarrollo y fabricación de las seis principales candidatas para asegurar su rápida distribución, y las Fuerzas Armadas están listas para entregar la vacuna a los estadounidenses tan pronto como la primera esté del todo aprobada”, dijo el presidente. “Y estamos -añadió- muy cerca de esa aprobación”.
Las garantías y fiabilidad de la cura contra la covid-19 en el centro del debate.