Dos años del cambio para los animales
Los ayuntamientos del cambio están abriendo brechas importantes en la manera en que la ciudadanía concebía las instituciones. Nuevas maneras, nuevas políticas, nuevas gentes, gente corriente que ha puesto en marcha una gran cantidad de medidas que acercan el bien común a los y las vecinas de nuestros municipios.
Estos nuevos gobiernos han llegado al ecuador de su mandato, por lo que ya podemos hacer balance. En mi caso, quiero valorar una de las materias históricamente considerada secundaria e inamovible: la protección de los animales.
La defensa de sus derechos ha salido del armario para no volver a entrar, y esta expresión se evidencia por las decenas de localidades que han decidido no subvencionar espectáculos en los que sean utilizados, algo que tiene como resultado directo su eliminación, ya que no se sostienen sin dinero público.
Hace justo dos años que el Ayuntamiento de Madrid eliminó las ayudas y promoción de la tauromaquia en la ciudad, tras el acuerdo al que llegamos meses antes con las entidades sociales. Nadie se rasgó las vestiduras, todo lo contrario. Se dieron cientos de muestras de gratitud al equipo de gobierno por normalizar el rechazo público a celebraciones donde se maltratan animales.
A Madrid le siguieron decenas de municipios. En la inmensa mayoría, y lejos de polémicas, se aceptó la decisión, y ni siquiera se convocaron manifestaciones para salvaguardar una actividad a la que la mayoría de la ciudadanía da la espalda ya con normalidad.
Y es que así lo demuestran las últimas encuestas, en las que se observa que más del 70% de la población rechaza este tipo de espectáculos. De esta forma, se constata que maltratar animales con dinero público no forma parte de las prioridades del conjunto de nuestra sociedad.
No obstante, siguen existiendo resistencias por parte de algunos partidos clásicos, más por miedo a perder supuestos apoyos que por la falta de interiorización de que muchos de estos eventos son bárbaros y anacrónicos. El Partido Socialista ha bloqueado muchos de estos avances por recelo a perder sus redes clientelares, vinculadas al divertimento cruel con animales. Peñas y empresarios ejercen presión a nivel local sobre alcaldes que no quieren perder votos, incluso a costa de su propia credibilidad.
En estos dos años del cambio, las cartas se han puesto boca arriba. Podemos y las confluencias han avanzado y madurado sus propuestas en esta materia. Ahora bien, siempre a nivel municipal, ya que los gobiernos de las comunidades autónomas aún se encuentran con el bloqueo del PP y el PSOE para lograr estos avances.
En regiones donde los socialistas muestran posiciones más avanzadas, como Baleares, los avances están siendo importantes. Quedan por ver qué ocurrirá ahora en Castilla la Mancha. Desde las áreas de derechos animales de Podemos, seremos muy exigentes en la tramitación de las leyes que actualmente están en proceso de borrador: la Ley de Caza y la que afecta a la protección de animales domésticos.
En momentos como este, lamentamos que todas las candidaturas animalistas no concurrieran unidas a las elecciones. Ahora seríamos más fuertes y podríamos exigir desde una mayor representación que los dos escaños de que tiene la formación morada en esta región.
El nuevo PSOE debe posicionarse o, al menos, no bloquear el sentir de la gente que, vía consulta ciudadana, puede expresar su sentir en una materia tan sensible como ésta.
Tenemos aún dos años por delante con nuevos desafíos. La regulación de los animales exóticos, las colonias, la aplicación de las nuevas leyes de protección animal, la protección de los menores ante la violencia de la tauromaquia, la modificación de reglamentos de espectáculos con animales, proposiciones de ley, directivas europeas o la protección del lobo (sin olvidar la ganadería y agricultura tradicional).
Estas cuestiones serán el eje del trabajo de las nuevas candidaturas del cambio, con la incógnita de saber cómo actuará este "nuevo PSOE". Con su cambio de parecer con respecto a la actualidad, se podría aprobar la Proposición No de Ley que eliminaría el uso del toro en Los Sanjuanes de Coria, Benavente, Medinaceli, o las crueles becerradas, una proposición ya presentada por Unidos Podemos, pero paralizada en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados.
Narbona, la nueva presidenta de los socialistas liderados por Pedro Sánchez, y los relevos en las Juventudes Socialistas, nos dan esperanza de que se normalice la retirada de dinero público a aquellas actividades que impliquen maltrato animal. Sabemos que no será fácil, pero aquí os esperamos con los brazos abiertos para recorrer conjuntamente la adecuación de nuestras leyes al respeto a los animales.
Dos años de cambios necesarios que han servido para dar voz a quienes han luchado por estos avances y para señalar a los que han puesto palos en la rueda con bloqueos y obstáculos. Como se suele decir en el círculo sectorial de Podemos Animalista, "los hechos siempre son mejores que las palabras".