Cómo dormir mejor en los aviones
Los vuelos no ofrecen las mejores condiciones para conciliar el sueño, pero hay formas de aligerar el trayecto.
A no ser que tengas dinero para comprar un billete en primera clase con sofá, probablemente tu próximo vuelo no sea la experiencia más cómoda.
Entre el poco espacio, la presión en cabina y el estrés del viaje, los vuelos no ofrecen las mejores condiciones para conciliar el sueño, aunque duren toda la noche.
Pero hay formas de aligerar el trayecto. La edición británica del HuffPost se ha puesto en contacto con blogueros de viajes y otros expertos para conocer sus consejos.
Evita el azúcar y el alcohol
“Lo sé, soy un aguafiestas, pero te conviene evitar el alcohol y el azúcar por completo. Aunque pienses que el alcohol ayuda a dormir, suele ser un efecto a corto plazo, tal vez 3 o 4 horas, y luego te despertarás con dolor de cabeza y sed y no lograrás volver a conciliar el sueño. Te puede valer si el viaje dura 3 o 4 horas, pero si es un vuelo más largo, es contraproducente. En cuanto al azúcar, cuando pasas periodos muy largos sin moverte, dejas de utilizar mucha energía. Así que si tomas una comida contundente (sea dulce o salada), sentirás que estás empachado, y nadie quiere estar empachado en un vuelo”. ― Meg Jerrard, bloguera de viajes de Mapping Megan.
Toma melatonina
“Cuando voy a hacer un vuelo largo, siempre llevo conmigo melatonina, que me ayuda a dormir mejor”. ― Jessica van Dop, especialista en viajes y bloguera de The Dining Traveler.
“Una cosa que ayuda en los vuelos largos (esos de 5 o más horas) es llevar el calzado menos apretado de lo habitual. Es normal que los pies se hinchen, por eso prefiero tener más espacio en los zapatos para estar cómoda. Además, ese espacio extra te permite llevar calcetines más gruesos en vuelos en los que hace un poco de frío”. ― Kay Dougherty bloguera de viajes de Blonde Brunette Travel.
“Intenta reservar un sitio junto a la ventanilla para apoyarte en la pared (y controlar la persiana). Normalmente llevo conmigo una almohada de cuello y uso la almohada que dan las aerolíneas para apoyar la cabeza contra la pared”. ― Marek Bron, bloguero de viajes de Indie Traveller.
“He volado más de 240.000 kilómetros en los últimos dos años y casi la mitad de esos viajes han sido vuelos nocturnos de larga distancia. Haz lo posible por encontrar un buen asiento, sobre todo en este tipo de vuelos. Ponte la alarma para facturar exactamente 24 horas antes para tener más probabilidades de escoger ventanilla o pasillo”. ― Stephanie Huston, emprendedora y bloguera de viajes de Steph Explores the World.
Cánsate antes de subir al avión
“En cuanto llego a mi puerta de embarque y se estabilizan mis niveles de estrés, empiezo mi rutina previa a los vuelos para asegurarme un buen viaje. Bebo mucha agua para mantenerme hidratada y utilizo el tiempo que me queda antes del vuelo para moverme por el aeropuerto. Los aeropuertos son lugares estupendos para caminar, liberar endorfinas y poner en marcha el sistema inmunitario y circulatorio. Además de caminar, utilizo los asientos del aeropuerto para ejercitar y tonificar las piernas y las paredes para hacer flexiones y otros ejercicios para brazos”. ― April Merenda, presidenta y cofundadora de Gutsy Women Travel.
“No olvides llevarte un buen cojín de viaje. Algunas personas tienen cojines de espuma viscoelástica y otras, cojines hinchables. Deberías conocer el tamaño y el estilo de cojín que más se adapte a ti antes de subir al avión. Ponlo a prueba antes en tu sofá y dormirás profundamente en tu siguiente vuelo”. ― Danielle Nelson, bloguera de viajes y creadora de Pack This Journal.
“Aunque te toque un asiento entre varias personas o simplemente odies viajar en avión o dormir en el vuelo, no temas. Lo mejor que puedes hacer es centrarte en tu estado mental. Sé consciente de los pensamientos que rondan tu cabeza y no te alteres antes de llegar al aeropuerto. Tómate un momento para tranquilizarte y disfrutar de todo el viaje, incluida la experiencia del aeropuerto, y da gracias por tener la suerte de irte de viaje (y dormir en un avión), porque hay muchas otras personas en el mundo que no pueden. La aplicación Inscape de meditación es mi favorita para conciliar el sueño cuando vuelo. Tiene una sección entera dedicada a quitarte el miedo a volar, para así tener una perspectiva más positiva y dormir profundamente de camino a tu próxima aventura”. ― Huston.
“Meditar es clave para tranquilizarte y dormir en un vuelo. La aromaterapia con aceites esenciales bajo la nariz es otra forma estupenda de relajarte. Yo uso aceite esencial de lavanda. Meditando, dormirás toda la noche. Cierra los ojos, respira hondo varias veces y ralentiza tu ritmo cardíaco”. ― Merenda.
“Los botones pueden convertirse en tu peor enemigo durante un vuelo largo. Yo suelo llevar pantalones de yoga, una camiseta cómoda y una capa de abrigo. Eso último es fundamental, porque la temperatura de los vuelos a veces es impredecible”. ― Christine Johnson, bloguera de viajes de My Traveling Kid.
Lleva tapones de oído y antifaz para dormir
“Los tapones de oído y los antifaces para dormir son regalos del cielo cuando estás en un vuelo largo abarrotado de gente. Bloquearán la luz y el sonido de todo lo que suceda a tu alrededor y te permitirán desconectar aunque tengas que ir sentado recto. Por muy oscuro y silencioso que esté el avión, evitará que el pasajero de al lado te sobresalte si de repente enciende la luz de lectura en mitad de la noche”. ― Nelson.
“El ruido es la principal dificultad cuando intentas dormir en un avión. Si los tapones normales de espuma no funcionan, prueba los de silicona. Hay marcas específicas para vuelos que también alivian las molestias por la presión de cabina”. ― Bron.
“Yo uso un abrigo con un montón de bolsillos para llevar objetos importantes para el vuelo, como mis gafas de lectura, el desinfectante de manos, el antifaz y los tapones. A veces también utilizo mi abrigo como cojín. Nunca uso los cojines y las mantas que nos dan llenas de gérmenes”. ― Merenda.
“La mentalidad de vacaciones a veces empieza en el aeropuerto y a menudo la gente come sin cuidar lo que se mete en el cuerpo. Puedes arrepentirte si hay turbulencias y tu estómago empieza a dar tumbos. Intenta tomar comida sana y evitar los azúcares y carbohidratos de absorción lenta”. ― Johnson.
“Llevo conmigo una bolsita con útiles básicos: crema de manos, toallitas higiénicas, desinfectante, pañuelos, mis propios cascos. También llevo una solución nasal salina para mantener húmedas mis fosas nasales y un colirio. Llevo un descongestivo para protegerme de la sequedad y el aire viciado del avión. Lo principal para mí es asegurarme de que no me deshidrato, ya sea la garganta, las fosas nasales, los ojos, las manos o la piel”. ― Michael Luongo, escritor y fotógrafo.
“Llevo conmigo toallitas antibacterianas y una vez que estamos a bordo, limpio los reposabrazos, el reposacabezas y las bandejas. Me aseguro de que circule el aire para que no se estanquen las bacterias y los gérmenes. También llevo varias prendas de abrigo para mantener el calor y un que hace de manta. También llevo un bote de aceite esencial de eucalipto y cada 20 minutos o así lo sostengo bajo un orificio nasal mientras tapono el otro y respiro hondo. Voy alternando el orificio cada 2 o 3 minutos con los ojos cerrados. Es una forma estupenda de meditar, limpiar y prevenir”. ― Merenda.
“Me costaba dormir en los aviones hasta que aprendí un método que al parecer enseñan en algunos ejércitos. Primero, relaja los músculos de la cara, incluidos los de la lengua, la mandíbula y los ojos. Luego, deja caer los hombros y deja que tus extremidades caigan como si estuvieran dormidas. Para terminar, controla la respiración y sumérgete lentamente en el sueño”. ― Bron.
Las respuestas han sido editadas por motivos de claridad.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.