Donald Trump abandona el hospital y vuelve a la Casa Blanca
Ingresó el viernes, con "fiebre y fatiga", y durante el fin de semana se ha llegado a temer por su estado tras su infección por coronavirus.
Un larguísimo fin de semana después, Donald Trump ha abandonado el hospital donde ha sido atendido por su positivo en coronavirus, pese a que sus médicos han advertido que “no está fuera de peligro”. Con apenas un “gracias” a los medios presentes, el presidente de EEUU ha partido del centro médico Walter Reed en dirección a la Casa Blanca en la tarde del lunes (00:40 horas del martes en España peninsular) al experimentar mejoría en los síntomas que le obligaron a ser ingresado el pasado viernes.
La decisión de hospitalización se tomó pocas horas después de hacer pública la noticia del contagio (junto al de su mujer y primera dama Melania, que no ha requerido ingreso) y tras haber sido sometido a un tratamiento experimental con Regeneron, un “cocktail” de anticuerpos que aún se encuentra en fase de desarrollo.
Entonces, el gabinete de prensa de la Casa Blanca informó de que Trump iba a ser llevado al hospital tras empeorar en su estado y haber desarrollado “fiebre y fatiga”.
Algo más de tres días después se ha repetido la escena, pero a la inversa. El helicóptero presidencial esperaba al mandatario y candidato a la reelección para llevarle de vuelta a sus dependencias. Justo antes se ha subido a un coche oficial que le ha conducido hasta el acceso al helicóptero. En un breve vuelo de poco más de diez minutos, ya estaba de vuelta a la Casa Blanca, donde tendrá personal médico prestigioso a su disposición las 24 horas del día.
Una vez en la Casa Blanca, Trump subió las escaleras del pórtico sur de la residencia, se quitó la mascarilla, posó para fotos y saludó la partida del Marine One. Segundos después, el mandatario entró sin mascarilla al interior del edificio. Sí, pese a todas las recomendaciones y pese a no ser un sospechoso, sino un contagiado con todos los documentos que lo acreditan.
Un ingreso por “seguridad”, pero muchas dudas
Mientras circulaba la noticia de su traslado vía helicóptero al Hospital Walter Reed [el reservado para cualquier asunto médico del presidente y su familia], el propio magnate emitió un vídeo grabado previamente revelando que se encontraba bien y que solo iba “por seguridad”.
No obstante, durante el fin de semana se especuló mucho sobre su salud. Mientras algunas fuentes hablaban de una mejoría, otras voces médicas ponían en duda su estado y llegaron a hablar de “horas críticas” en la evolución del presidente.
Aunque Trump anunció también en Twitter que “pronto” estará haciendo campaña de nuevo, su médico personal, Sean Conley, reconoció que “no está fuera de peligro” y que se encuentra en un “terreno no explorado” por otros pacientes de coronavirus debido al tipo de tratamiento que ha recibido.
El presidente de hecho es de los primeros pacientes conocidos de Covid-19 a los que se ha suministrado una combinación de tratamientos potentes como el cóctel experimental de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron que recibió el viernes, el antiviral Remdesivir y el esteroide dexametasona.
Conley afirmó que los médicos irán supervisando a Trump para comprobar cuándo está libre de virus que pueda contagiar, algo que suele ocurrir “a los diez días, aunque hay una posibilidad de que sea más temprano o más tarde”, dijo. “Así que estamos pensando en el fin de semana. Si podemos llegar al próximo lunes y sigue estando igual, o aún mejor, mejora, podremos por fin lanzar un profundo suspiro de alivio”, agregó.
Positivo en plena campaña
Pero ni siquiera en ese estado ha sido capaz de mantener las formas y las medidas de seguridad el paciente Trump. El domingo dejó el hospital para darse un paseo en coche y saludar a los fans que le aguardaban en los alrededores de la clínica. Su gesto ha sido duramente criticado por sanitarios y oposición al considerarlo un “teatro” con un riesgo innecesario que ahora obliga a poner en cuarentena a quienes le acompañaban en el vehículo.
Para otros, un acto más en la campaña presidencial que, según los sondeos, sigue afrontando por detrás del candidato demócrata, Joe Biden cuando falta menos de un mes para las elecciones (el martes 3 de noviembre). El positivo de Trump, incluso desde antes de su hospitalización, ha hecho saltar por los aires la agenda de actos: muchos han sido pospuestos y podrían ser finalmente cancelados) y otros se celebrarán en formato virtual, nada de grandes ceremonias tan del gusto del republicano.
Tampoco ha querido dejarse ver como un presidente enfermo. Dentro de la clínica se ha grabado más vídeos en los que se le veía firmando papeles y con otros documentos. Tampoco es casual el anuncio de su salida, adelantada por el mismo Donald Trump con otro tuit cargado de su habitual lenguaje en el que aseguraba encontrarse “mejor que hace 20 años” y donde pedía “no temer al virus y no dejarle dominar vuestras vidas”. ”¡Me siento realmente bien! No le tengan miedo a la Covid. No dejen que domine sus vidas”, ha enfatizado.
Ni después de lo sufrido en su propia carne deja de poner en duda el efecto de un virus que ya se ha cobrado más de 210.000 vidas y ha provocado cerca de 7,5 millones de contagios en EEUU, según la Universidad Johns Hopkins. Se atribuyó, además, el mérito de haber conseguido tratamientos efectivos contra la Covid-19. “Hemos desarrollado, bajo la Administración Trump, algunos medicamentos realmente buenos y conocimiento. ¡Me siento mejor que hace 20 años!”, añadió.
Ahora deberá seguir la cuarentena en su domicilio, la Casa Blanca, hasta completar los 14 días pertinentes, al igual que su esposa Melania y un buen número de miembros de su equipo, entre ellos la secretaria de Prensa, Kayleigh McEnany, que ha anunciado hoy su positivo.