Documentos desclasificados implican a Reino Unido en las matanzas de comunistas en Indonesia
"Era una forma relativamente barata de mantener la influencia británica".
Documentos recientemente desclasificados por el Ministerio de Asuntos Exteriores británico han revelado una campaña de ‘propaganda negra’ para impulsar la aparentemente espontánea matanza de militantes comunistas en Indonesia en la década de 1960.
Los propagandistas británicos incitaron el sentimiento anticomunista entre los altos cargos indonesios, incluidos generales del Ejército, para “erradicar” el “cáncer comunista” del Partido Comunista de Indonesia (PKI), lo que finalmente derivó en el asesinato en apenas dos años de entre medio millón y tres millones de personas, según las fuentes.
Las matanzas comenzaron en octubre de 1965 después de que los británicos instaran a “eliminar al PKI y todas las organizaciones comunistas”, ya que el país estaría en peligro “mientras los líderes comunistas estuvieran libres y sus bases puedan salir impunes”, según recoge el diario británico The Guardian.
La campaña de propaganda británica era la respuesta de Londres a la hostilidad del presidente Kusno Sosrodihardjo, conocido como Sukarno, a la formación de una federación con Malasia.
Así, los propagandistas del Departamento de Investigación sobre Información (IRD, por sus siglas en inglés) del Ministerio de Asuntos Exteriores fueron enviados a Singapur para producir ‘propaganda negra’ ―que suplanta a la persona u organización firmante― contra el mandatario.
El pequeño equipo enviado por Londres suplantó a emigrantes indonesios y remitió la información a destacados cargos militares y políticos. Además montó una emisora de radio que llegaba a Indonesia.
El intento de golpe de Estado de militares de izquierda apoyado por el PKI de mediados de 1965 proporcionó el mejor escenario posible para la campaña de propaganda. El intento de golpe de Estado fue sofocado por el futuro dictador Suharto, que desde entonces fue haciéndose poco a poco con el poder y persiguiendo al PKI, entonces el mayor partido comunista del mundo que no tenía el poder.
Los propagandistas pidieron “eliminar para siempre al PKI y lo que representa” y advirtieron a su influyente audiencia que “aplazar o adoptar medidas tibias solo llevar a la destrucción absoluta y definitiva”. En las semanas siguientes comenzaron las masacres de miembros y presuntos miembros del PKI con pleno conocimiento de los diplomáticos británicos.
Tari Lang, hija del activista de Derechos Humanos Carmel Budiardjo, fallecido en las masacres, ha calificado estos documentos de “horripilantes” porque demuestran la parte de responsabilidad que tiene el Gobierno británico en las masacres. “Me enfada que mi gobierno, el Gobierno británico, haya hecho esto. Los británicos no hicieron nada para parar la violencia una vez empezó”, ha añadido.
Años después, el coordinador para “guerra política” del Ministerio de Asuntos Exteriores, Norman Reddaway, destacó en otro documento que la caída de ‘Sukarno’ es una de las mayores victorias de la propaganda de la historia. “Se consiguió desacreditar a Sukarno muy rápidamente (...). Nos estaba costando unos 250 millones de libaras al año, pero se demolió por un pequeño coste del IRD en apenas seis meses”, dijo.
El profesor universitario Scott Lucas ha indicado que estos documentos desclasificados “demuestran lo importante que fue el IRD y la propaganda negra” en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial y sus operaciones en el extranjero. “Era una forma relativamente barata de mantener la influencia británica incluso cuando esa influencia no se podía reconocer abiertamente”, ha explicado.