Rusia abre nuevos frentes aéreos y roza el territorio OTAN pese a unos "avances" hacia la paz que solo ve Putin
EEUU, la UE y el G7 lanzan nuevas sanciones contra la economía rusa.
Diario de guerra, día 16: La batalla ya no está solo en Kiev, Járkov o la sitiada Mariúpol. Ahora Rusia mira a nuevos objetivos, al oeste y el centro del país. Bombas no tanto para conquistar, sino para destruir y, de paso, dificultar la logística en la defensa ucraniana.
Sin embargo, la última jugada de Moscú tiene riesgos multiplicados, porque ha tocado dos ciudades cercanas a la frontera con Polonia y Rumanía, miembros de la UE y la OTAN. La sola entrada de un proyectil en suelo OTAN conllevaría una respuesta inmediata de toda la Alianza Atlántica.
Sería, utilizando la terminología de Joe Biden, “la Tercera Guerra Mundial”, escenario del que rehúye de forma clara. Lo que no evita, y de hecho sigue endureciendo, es el paquete de sanciones contra el régimen de Putin. Ahogo económico, bloqueo internacional reforzado este viernes, a lo que se suman la UE (en su cuarto paquete de medidas) y el G7.
En este contexto, las palabras de Putin vendiendo “avances” hacia la paz y felicitándose por el buen transcurrir de los encuentros diplomáticos suenan poco creíbles.
¿Cuáles son las nuevas ofensivas rusas?
Mientras sigue concentrando fuerzas para el futuro ataque sobre Kiev, se han lanzado nuevos ataques este viernes. Moscú se ha dirigido al oeste del país, muy cerca de Polonia y Rumanía. En concreto, los puntos atacados han sido Lutsk e Ivano-Frankivsk, a pocos kilómetros de Polonia y Rumanía, respectivamente, en ataques aéreos contra aeródromo y fabricas cercanas. Estos se han repetido en la noche, destrozando prácticamente el aeropuerto de Ivano-Frankivsk, según ha relatado el alcalde local.
Más que objetivos de conquista, lo son de destrucción, para dificultar el transporte de personal y mercancías ucraniana hacia los frentes principales. En el centro del país se han registrado nuevos proyectiles en Dnipro, algunos sobre guardería, viviendas y una fábrica de calzado. De nuevo, evidencias de ataques contra instalaciones civiles.
¿Qué suponen las nuevas sanciones de EEUU?
Biden ha anunciado nuevas prohibiciones a la importación de productos rusos. Una nueva tanda de bloqueos a algunos de los más habituales rusos e importante fuente de sus ingresos: vodka, caviar, cereal, marisco o diamantes.
Además, ha anunciado un corte de relaciones comerciales con Moscú, que directamente pasa a ser considerado el “enemigo”, junto a nuevas incautaciones de bienes de lujo contra oligarcas rusos.
¿Y las anunciadas por la UE y el G7?
De forma conjunta, los siete países más poderosos y los Veintisiete comunitarios optan por un nuevo bloqueo a Rusia. Suspenden el trato comercial y rompen su consideración de “nación más favorecida”, en línea con lo decretado por EEUU.
Esto supone, de primeras, la prohibición de exportaciones a Rusia de artículos de lujo, así como importaciones relacionadas con el hierro y el acero. A más, es la antesala para que instituciones como el FMI o el Banco Mundial suspendan los derechos del régimen de Putin, cada día más aislado.
¿Qué recoge el último balance de ACNUR?
El drama de los refugiados no cesa. Son ya más de 2,5 los millones de personas que se han visto obligadas a dejar Ucrania. Entre ellas hay algo más de un millón de niños, lo que agrava la crueldad de la situación. Polonia, con cerca de millón y medio de acogidos, es el principal destino.
¿Armas químicas en Ucrania? La denuncia de Rusia
La estrategia mediática de Rusia ha llevado a acusar sin pruebas a Ucrania e incluso a EEUU de desarrollar armas biológicas y químicas. Lo lleva lanzando días, pero este viernes la denuncia la han formulado ante la ONU. Poco ha tardado Naciones Unidas para tirar la versión del Kremlin: “no tiene constancia” de que exista ese tipo de armamento prohibido en Ucrania.
La respuesta de Kiev (y de Washington) ha sido similar, acusando de vuelta a Putin de “desinformación”. “Durante las últimas tres semanas, los rusos han estado difundiendo de forma activa historias sobre ‘laboratorios bioquímicos’ en Ucrania”, ha denunciado Vadim Denisenko, asesor del Ministerio del Interior ucraniano.
“Rusia tiene un historial bien documentado de uso de armas químicas y ha mantenido durante mucho tiempo un programa de armas biológicas en violación del derecho internacional. Rusia también tiene un historial de acusar falsamente a Occidente de las mismas violaciones que la propia Rusia está perpetrando”, ha agregado Olivia Dalton, protavoz de la embajadora de EEUU ante la ONU.
¿De verdad hay “avances” hacia la paz como dice Putin?
El líder ruso ha sorprendido este viernes con unas declaraciones en las que reconocía “ciertos desarrollos positivos, tal y como me han informado los negociadores”, hacia un alto el fuego. Putin, que ha hablado hoy con su homólogo y socio bielorruso, Aleksander Lukashenko, ha reconocido que las conversaciones con Ucrania son “casi a diario”... casi siempre en suelo bielorruso.
Putin lo pinta muy bonito, pero desde Kiev le paran los pies (también en estas declaraciones). El titular de Exteriores, Dimitro Kuleba, niega la mayor en una entrevista: “Resulta difícil entender a qué tipo de avances se refiere el presidente Putin porque las conversaciones han registrado cero avances”.
¿Qué ha pasado con Facebook?
En una decisión histórica contra sus propios fundamentos, los responsables de Meta (propietaria de Facebook e Instagram) permitirán los mensajes de odio contra Vladimir Putin, incluidos aquellos que pidan su muerte, en esas dos redes.
Este ‘permiso’ en apoyo de Ucrania, como lo definen los empresarios, estará vigente en Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumanía y en la propia Rusia.
Eso sí, los mensajes permitidos tendrán que atenerse a ciertas condiciones: habrá que evitar señalar localización, método y dejar claro que el mensaje está contextualizado en la invasión de Ucrania.
Rusia, que ya había bloqueado ambas redes en su país, pasa a querer declarar a Meta como “organización extremista”, según una propuesta de la Fiscalía.