El dedo de Putin apunta a Occidente: amenaza con ataques "relámpago" y más cortes de suministro
El gas vuelve al primer plano de un conflicto que sigue expandiéndose y ya toca la región moldava de Transnistria.
Diario de guerra, día 63. No hay disimulo. Putin no solo busca hacerse con buena parte de Ucrania (y Moldavia), también quiere ir contra Occidente. Este miércoles ha dado buena muestra con una doble amenaza militar y logística
La primera es un aviso para que ninguna nación “interfiera” en la cuestión ucraniana; la segunda, una advertencia ya concretada. Tras cortarle el grifo del gas a Polonia y Bulgaria podrían caer más países, ha anunciado el Kremlin. La UE se prepara para este escenario, mientras aumenta el complejo debate para dejar de depender de Moscú.
¿Cuál ha sido la amenaza directa de Putin a Occidente?
En plena escalada de mensajes belicistas desde Moscú, le ha tocado hoy el turno al líder supremo. Ante los diputados, Putin ha acusado a sus enemigos de alimentar el sentimiento “anti-Rusia” en Ucrania y ha advertido de los peligros de cualquier tipo de “interferencia en los acontecimientos en marcha”. “Si alguien crea amenazas estratégicas inadmisibles para Rusia, deben saber que nuestros ataques de respuesta serán relámpagos, rápidos”.
Tiene el armamento necesario para ello, dice, aunque no quiera presumir: “Ahora nadie puede presumir (de armamento). Y nosotros no vamos a presumir. Lo usaremos si hace falta. Y quiero que todos lo sepan. Todas las decisiones al respecto ya han sido tomadas”, ha añadido.
¿Y cómo ha sido la otra amenaza, la energética?
A vueltas con el gas ruso, el gran debate en la UE. Horas después de oficializar el corte de suministro para dos países altamente dependientes como Bulgaria y Polonia (los dos, miembros de la UE... y la OTAN), el Kremlin ha mandado otro mensaje. Podrían caer más países si no se avienen a pagar el gas en rublos, condición que impuso Putin hace semanas y que hasta ahora no había ejecutado.
Eso sí, desde Moscú se rechaza el término “chantaje” y en su lugar de habla de medida “necesaria” ante el desafío de los países “hostiles”.
¿Qué ha respondido la UE?
Dos frentes abiertos por parte de Ursula Von der Leyen: por un lado, el conciliador, asegurando que los Veintisiete están preparados para responder a esta cuestión, con una actuación “inmediata, unida y coordinada”. Por otro; un tono más serio, dejando caer que si algún Estado miembro accede al “chantaje” ruso del pago en rublos deberá atenerse a sanciones por violar la política común contra Rusia.
¿Qué pinta España en todo esto?
La situación de España es, en este punto, menos comprometida que la de otras potencias como Alemania. Aquí la dependencia rusa es mucho menor, de un 10%. El principal problema vendría de Argelia, principal proveedor de gas, que en río revuelto ha aprovechado para amenazar a España de deshacer el contrato de suministro si el Gobierno destinase parte del gas argelino para dárselo a Marruecos (los dos países norteafricanos son archienemigos). Desde Moncloa se niega esta posibilidad, alejando los miedos de un bloqueo de Argelia.
En el plano militar ¿qué movimientos hay?
En el cuerpo a cuerpo, sobre el terreno, la guerra suma ataques en la región separatista moldava prorrusa de Transnistria. Esta zona, revelada como objetivo del Kremlin en su expansión más allá de Ucrania, vive horas de máxima tensión.
“Según la información de la que disponemos, los intentos de escalada están relacionadas con fuerzas internas de Transnistria que quieren una guerra y están interesadas en desestabilizar la situación”, dijo la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, sin dar más detalles.
En Kiev no se descartan nuevos ataques rusos. Su alcalde, el excampeón mundial de boxeo Vitaly Klitschko, ha señalado que el objetivo de Rusia es ocupar la capital de Ucrania e invadir todo el país, pese a su anunciada reubicación de tropas en el este y sur. Hace unos años, pensábamos que el objetivo era Crimea y no lo es. (Pensábamos que era las regiones de) Donetsk y Lugansk, y no lo es. El objetivo sigue siendo Kiev, la capital de Ucrania, porque la capital tiene un estatus simbólico, es el corazón del país”.
¿Qué pasa con Chernóbil?
Un día después de que el responsable de la OEIA, Rafael Grossi, advirtiera de valores “anormales” de radiactividad por el movimiento de tropas y armamento ruso en la zona, Zelenski ha culpado a Rusia de poner al mundo “al borde de la catástrofe” al ocupar Chernóbil, tras reunirse con Grossi
¿Sigue la ‘gira’ de Antonio Guterres?
Este miércoles, el secretario general de la ONU ha llegado a Ucrania. Mañana se verá con Zelenski tras haber hecho lo propio el martes con Putin y el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, en Moscú, sin acuerdos ni avances, apenas, en estas citas. En su cara a cara con el presidente ucraniano se prevé que hablen de la evacuación de civiles en Mariúpol.
¿Qué se sabe del plan para sacar a los refugiados en la acería de Azovstal?
La ONU ha anunciado que está preparando ya una operación junto a Cruz Roja para este viernes. Este paso llega después de que Guterres arrancase a Putin un compromiso para permitir para que la ONU y el Comité Internacional de Cruz Roja gestionen la salida de ese millar de civiles que se estima que aún queda en esa macroinstalación.
Este miércoles, representantes de Naciones Unidas han continuado los contactos con las autoridades de Rusia y Ucrania para tratar de pactar los detalles de esta operación, que, según explicó a los periodistas el portavoz Farhan Haqm es “extremadamente compleja”.
¿Qué ha pasado con el viaje de Sánchez a Polonia y Moldavia?
A primera hora de la tarde, Moncloa confirmaba que el viaje previsto para jueves y viernes por los dos países fronterizos con Ucrania se aplazaba “por motivos de agenda”. De este modo, el presidente estará presente en la votación del Congreso a su plan de medidas anticrisis.
No obstante, la gira de dos días no se suspende definitivamente, sino que se aplaza a una futura cita con idéntico objetivo, expresar el apoyo y la solidaridad española con dos estados clave en la acogida de los millones de refugiaods ucranianos, más de cinco. Solo Polonia congrega a más de la mitad, cerca ya de tres millones en el interior del país.