Detienen a considerado nuevo jefe de Cosa Nostra y frustran su reorganización
La Operación Cupola 2.0 ha permitido arrestar al relevo del histórico Toto Riina y a 45 mafiosos más.
El considerado nuevo jefe de Cosa Nostra, Settimio Mineo, de 80 años, quien había tomado las riendas tras la muerte de Toto Riina, ha sido detenido en una operación de los Carabineros denominada Cupola 2.0, que ha permitido documentar cómo se había reorganizado y arrestar a 46 presuntos miembros.
Entre los detenidos se encuentran otro tres jefes de los "mandamenti", los distritos en los que Cosa Nostra dividen las zonas de gestión de las actividades ilegales: Filippo Bisconti, Belmonte Mezzagno y Gregorio Di Giovanni, diez jefes de familia, mientras que el resto son "hombres de honor" de la organización.
Lo importante de la operación es "el haber podido detener la formación de la nueva comisión provincial de Cosa Nostra (el máximo organismo de control de la organización)", como explicó el fiscal jefe de la Dirección antimafia de Palermo, Francesco Lo Voi, en una rueda de prensa en Palermo.
Durante la rueda de prensa se explicó que se tuvo que actuar con celeridad para "prevenir la ejecución de un proyecto de homicidio contra un miembro de la familia Villabate, culpable de haber realizado robos y extorsiones sin la autorización".
La comisión provincial o también llamada La Cúpula no se reunía desde el arresto de Totó Riina en 1993, aunque el poder después lo ejercieron Leoluca Bagarella y Bernardo Provenzano.
La Cúpula nació con la famosa reunión en los años 50 en el Grand Hotel et des Palmes de Palermo entre miembros de las familias de la mafia estadounidense y sicilianas, pero con las diferentes guerras de la mafia paso a ser de control exclusivo de los Corleoneses.
Intentando localizar a la nueva savia
Con la muerte de Totó Riina, en noviembre del año pasado, la mafia siciliana estaba intentando la reorganización de esta Cúpula basándose de nuevo en su estructura histórica para continuar con sus actividades de venta de droga, de extorsión o de infiltraciones en las contratas, como explicó Lo Voi.
Lo Voi detalló que mediante escuchas se pudo reconstruir una primera reunión de la "comisión provincial" el pasado 29 de mayo con la presencia solo de los jefes de otros "mandamenti" de Palermo mientras el resto de miembros esperaban fuera.
En esa reunión se localizó a la persona de mayor relevancia en este grupo que era Settimo Mineo, gestor de una joyería en el centro de Palermo y varias condenas por asociación mafiosa. Mineo fue quien habló al resto de capos y les instó a restablecer las reglas de Cosa Nostra que se habían perdido en el tiempo, añadió el fiscal.
Según las investigaciones, se volvieron a fijar las reglas, como la necesidad de reuniones periódicas durante las cuales los representantes de los "mandamenti" deben elegir a los jefes de sus familias (durante la primera reunión se mencionan dos casos: el relativo a la elección del jefe de Noce y de Bagheria).
Otras eran resolver cualquier conflicto entre los miembros, sancionar a los hombres de honor en caso de incumplimiento o comportamiento censurable, alejándolos temporal o permanentemente de sus familias".
"Se ha hecho una cosa buena. Para mí una buena cosa. Seria, con gente buena. Vieja gente (como se les llama a los jefes históricos) de todas partes", así contaba el jefe de Villabate Francesco Colletti, también detenido, a un interlocutor el nacimiento de la nueva "Cúpula", según las escuchas.
Mineo ya fue condenado por mafia a 5 años en el llamado Maxiproceso contra Cosa Nostra tras las investigaciones del juez Giovanni Falcone y después volvió a ser arrestado y cumplió una condena de 11 años.
En los interrogatorios de Falcone, asesinado por Cosa Nostra en 1992, Mineo jamás colaboró y famosa es su respuesta: "No sé de qué me habla".
El jefe de la fiscalía nacional antimafia, Federico Cafiero De Raho, apuntó que en el intento de formar "una nueva 'comisión provincial' se ha visto la exigencia de (Cosa Nostra) de realizar estrategias económicas y criminales moviendose de nuevo juntos y sin divisiones y volviendo a los métodos antiguos de la intimidación como la cabeza de cabra sobre la mesa del empresario que querían extorsionar".
Cafiero De Raho subrayó que con el "el nuevo padrino", Cosa Nostra trasladaba "su centro de gravedad a Palermo a diferencia de cuando estaba en manos de los Corleoneses".