¿De qué me sirve que el reloj de pulsera me haga un electro?
Cada año la multinacional Apple presenta sus novedades tecnológicas al mercado global. En la última conferencia anunció que sus nuevos relojes inteligentes serán capaces de hacer un electrocardiograma de su dueño siempre que lo desee. Esta noticia fue recogida con entusiasmo por su legión de seguidores y con escepticismo por algunos expertos, entre ellos el presidente de la sociedad americana de cardiología, que comentó en Twitter tras la gala: "No sé si estamos ante el mejor o el peor día de la historia de la cardiología".
En el mercado ya existen al menos dos aplicaciones capaces de hacer un electrocardiograma simplificado de una derivación, que es una versión muy limitada de la técnica y sirve realmente para pocas cosas. En medicina se hacen mediciones estándar con doce derivaciones para las que se colocan seis electrodos en el tórax y cuatro en las extremidades, en lugar de los dos que usan los citados teléfono y aplicaciones.
Con esta técnica en consulta se pueden diagnosticar multitud de problemas cardiológicos, pero como pasa con cualquier procedimiento diagnóstico tiene sus efectos indeseables. Igual que un fármaco puede ser de mucha ayuda si se administra a quien lo necesita en su dosis correcta y hacer daño si se lo damos a quien no lo necesita o administrado a una dosis incorrecta, con las pruebas diagnósticas pasa lo mismo. Habitualmente usarlas en personas sanas da más problemas que beneficios según nos indican las matemáticas.
Lo más difícil en medicina es, entre otras cosas, saber cuando una prueba diagnóstica o un tratamiento dado son necesarios. En el mundo de la salud más no es necesariamente mejor. Y esto se explica porque las pruebas innecesarias en sanos producen muchos falsos positivos, es decir falsas alarmas que implicarán más pruebas, exploraciones e intervenciones del todo innecesarias que potencialmente pueden dañar.
En contra de lo que cree la mayoría de la gente hacerse muchas pruebas, chequeos y demás estando sano produce más daño que beneficio. Medir en exceso la tensión arterial, pesarse, medir el azúcar o hacerse un electrocardiograma diario estando sano servirá sobre todo para que nos preocupemos en exceso por nuestra salud y nos terminemos agobiando ante cualquier variación que no sepamos interpretar.
Para mantenernos sanos hace falta algo más potente que disponer de un exceso de pruebas diagnósticas. Es necesario un estilo de vida que nos permita alimentarnos correctamente, descansar, ejercitar el cuerpo, socializar y gestionar bien las emociones y preocupaciones. No vendrá mal disponer de algún profesional de la salud que nos conozca bien y nos pueda orientar cuando sea necesario pero su papel es pequeño comparado el que juegan en nuestra salud las circunstancias vitales y sociales de cada cual.
Resumiendo: no me parece mal que cada uno se compre el reloj que le guste pero si es usted de los que lo pasan mal con un catarro o tiende a preocuparse en exceso por su salud, yo dejaría los electrocardiogramas y demás pruebas en manos de alguien que sepa utilizarlos.