¿De pie y sin corbata? Claves para que el discurso del rey nos llene de orgullo y satisfacción

¿De pie y sin corbata? Claves para que el discurso del rey nos llene de orgullo y satisfacción

Dos expertos valoran la capacidad comunicativa del monarca en las horas previas a su noveno mensaje navideño: "Tiene muchas tablas y se nota que se lo trabaja"

Felipe VI, durante su discurso de Navidad del año pasadoANDRES BALLESTEROS via Getty Images

El primer mensaje de Navidad de un rey lo escribió un poeta y fue ideado por un ingeniero escocés. En 1922, John Reith - que “no sabía nada de radiodifusión” - creó la BBC. Hijo de un pastor presbiteriano, este gentleman de Glasgow no estudió en Oxford ni Cambridge ni pertenecía a la alta clase británica. Sin embargo, su lucha por la independencia del medio público y su capacidad para hacer frente a las presiones políticas, le han granjeado un puesto de honor en la historia de la libertad de información.

Pero Reith, además, fue el ideólogo de los discursos navideños de los monarcas. En 1932, propuso a Jorge V de Inglaterra, que inaugurara el servicio mundial de la cadena con un mensaje por radio que llegaría a todo el imperio británico. El discurso lo redactó el célebre poeta británico nacido en la India Rudyard Kipling y decía lo siguiente: “Os hablo ahora desde mi casa y desde mi corazón a todos vosotros; a los hombres y mujeres aislados por la nieve, el desierto o el mar, cuando solo las voces en el aire pueden alcanzaros”.

El impacto de aquel mensaje fue brutal, pues supo unir a más de veinte millones de personas de diferentes lugares del mundo en un mismo sentimiento. Desde entonces, propagar discursos navideños a través de la radio y la televisión se ha convertido en una tradición para los jefes de Estado.

En España, Francisco Franco se dirigió por primera vez a los “combatientes de España por la causa” en la Nochevieja de 1937 y se instauró de forma anual desde 1946 hasta 1974. Tras su muerte, el rey Juan Carlos vio óptimo acercarse también de esta manera a la sociedad española durante unos minutos en un momento tan importante como era la Navidad, aunque decidió trasladar su emisión a la Nochebuena para evitar paralelismos con el del dictador. Su hijo, Felipe VI, mantiene viva esta tradición en la que el monarca hace un balance de la situación económica, política, social y cultural del país.

Felipe afronta este sábado su noveno discurso de Navidad desde que en 2014 grabara el primero tras la abdicación de su padre y su posterior proclamación como rey. En aquella ocasión, situó en un lugar privilegiado dos significativas fotografías familiares: con su esposa, sonrientes y felices, sentados en un avión y juntos a sus hijas Leonor de Borbón y la infanta Sofía. Las palabras que más repitió en aquella cita fueron “España”, “todos”, “respeto” e “ilusión”.

En los sucesivos discursos, la que más se ha escuchado ha sido también “España”. Entre 2014 y 2019 la pronunció en 62 ocasiones. Después, las más populares han sido “sociedad” (37), “debemos” (35), “convivencia” (35) y “futuro” (31).

“El rey suele comunicar bastante bien. Tiene muchas tablas y se ve que el mensaje navideño se lo trabaja para que le salga fluido”, asegura a El HuffPost José Luis Martín Ovejero, profesor en comunicación no verbal y oratoria. Sin embargo, el experto asegura que si el mensaje le llega dictado y muy encorsetado, “se le nota”. “Sobre todo con las manos. Cuanto más implicado y más cree en lo que dice, más le vemos moverlas. Son gestos ilustradores que los humanos hacemos cuando más convencidos estamos de lo que decimos.  También suele dar golpes de voz en los mensajes que él considera importantes. Podemos decir que es un rey expresivo cuando siente, pero no cuando habla al dictado”, asegura.

Un análisis en el que también coincide Julio García Gómez, analista y experto en comunicación de Fundación Casaverde. “Felipe es más efectivo que su padre en cuanto a la forma de transmitir y dar con el torno adecuado a cada frase. El tono de Juan Carlos I era más lineal y más monótono. Felipe enfatiza en las frases más destacadas y mueve mucho las manos para potenciar la parte relevante de su mensaje. Yo creo que Letizia le ayuda mucho en este aspecto porque la reina es una experta en comunicación no verbal”, señala.

Así se gesta el discurso del rey

El discurso del año pasado reunió a 7.933.000 espectadores, casi tres millones menos que el mensaje del año de la pandemia. Su elaboración comienza a primeros de diciembre con una reunión donde se concretan las áreas temáticas que se pretenden abordar. Al rey Felipe le gusta hacer suyos los textos que pronuncia, aunque cuenta, por supuesto, con la ayuda del jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín Alfonso, y su director de comunicación.

Una semana antes el borrador del mensaje se envía al Gobierno para que haga las sugerencias que considere oportunas y una vez que el texto ha sido aprobado, un equipo de maquilladores, iluminadores, cámaras y realizadores de RTVE se desplazan a Zarzuela en los días previos a la Nochebuena. El resultado son unos doce minutos de “producción televisiva” totalmente controlada, cerrada y medida.

A los dos profesionales les preguntamos sobre los consejos que ellos darían al monarca de cara a su discurso de este sábado. “Si yo fuera su asesor le aconsejaría trabajar su respiración con el diafragma. Normalmente, respiramos con la capacidad torácica que tenemos en los pulmones, pero no usamos el abdomen. El rey debe aprender estas técnicas porque le ayudará a oxigenar la voz y a conseguir más y mejores registros. También le sometería a unas sesiones para vocalizar muy bien y mejorar la entonación e incidiría en el lenguaje no verbal. Normalmente, sus manos quedan por encima de las piernas. Yo las elevaría a la altura del pecho para mostrar ese énfasis cuando gesticula”, señala García Gómez. Mientras, Martín Ovejero ve como factores clave la brevedad, la naturalidad y la sinceridad. “Tiene que creerse lo que cuenta. El problema es que los mensajes que lanza en Navidad están trabajados entre Zarzuela y Moncloa y al rey se le nota a veces algo impostado”, señala.

  Mensaje de Navidad del rey en 2018Handout via Getty Images

¿Un mensaje fuera de Zarzuela?

En los discursos navideños de Felipe VI siempre están presentes el árbol de Navidad, un belén y fotografías familiares junto a la reina y sus dos hijas. El escenario suele ser el despacho del monarca en Zarzuela o en alguno de los salones de dicho Palacio, aunque en 2015 el rey Felipe VI eligió el enorme Salón del Trono del Palacio Real, como símbolo de “la grandeza de España”. “Fue un error porque transmitió una imagen de un rey en una situación de absoluta soledad al verlo solo en un espacio tan grande. Como si nada ni nadie le apoyara. Un grave fallo”, señala Martín Ovejero. Algo en lo que debieron percatarse ‘los fontaneros’ de la Casa Real, puesto que nunca más se ha repetido esta fórmula.

El experto aconseja un lugar pequeño para dar una apariencia de proximidad: un monarca cercano al pueblo porque es un “mensaje institucional, pero también familiar”. Y adelanta dos claves que podríamos ver en el discurso de esta Nochebuena: “Va a haber una Constitución como una catedral. Suele estar siempre, pero creo que este año tendrá una posición más evidente tras la crisis institucional de estos últimos días. Y creo que también habrá fotos más destacadas de la heredera Leonor, ya que la Casa Real está dando una importancia vital a la sucesión del trono. Van a intentar transmitir una visión de futuro a través de la Constitución y la heredera”, aventura.

¿Y peca el mensaje navideño del rey de una escenografía demasiado formal y encorsetada? Los dos expertos subrayan a El HuffPost que debe siempre prevalecer el carácter institucional del discurso, pero sí abren la puerta a posibles cambios que den más dinamismo y modernidad a la filmación. “Yo apostaría por aparecer primero de pie y luego pasar a otro plano sentado. Llamaría la atención y rompería con la monotonía de la imagen”, dice García Gómez. Incluso, no descartaría que el rey se desprendiera de la corbata. ”¿Por qué no? Podría ocurrir. Lo que no puede suceder es que la corbata haga un efecto moiré, como pasó el año pasado. Hay que elegir una corbata lisa, no de puntos y rayas. Y lo mismo con las camisas”, advierte.

Martín Ovejero no aconseja quitarse la corbata, salvo que se buscara que el discurso pasara inadvertido “y sólo se hablara de eso”. Pero en cuanto a tonos, el profesional apuesta por “una oscurita” porque “ahora todos los colores se identifican con algún partido”. “Y que no sea llamativa”, añade.

Datos de audiencia de los mensajes navideños de Felipe VI

2021: 64.1% y 7.933.000
2020: 70.3% y 10.470.000
2019: 65.1% y 7.537.000
2018: 70.7% y 7.956.000
2017: 65.9% y 8.157.000
2016: 57.7% y 5.830.000
2015: 65.1% y 6.666.000
2014: 73.4% y 8.241.000

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es jefe de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es