Cunas y vacunas

Cunas y vacunas

La situación actual es producto de un modelo androcéntrico de gestión de la realidad.

Una vacuna contra el coronavirus conservada a baja temperatura.Sergio Leon via Getty Images

¿Ustedes creen que si quien tuviera que tomar la decisión sobre la compra, distribución y aplicación de las vacunas contra la COVID-19 fueran las personas que se han dedicado históricamente al cuidado y al acompañamiento de las personas enfermas postradas en camas y cunas, en lugar de quienes entienden la vida como una competición en la que lo que importa es la victoria personal, -y si es a través del golpe al contrario mejor, para obtener más reconocimiento y poder-, la situación actual sería este caos?

Yo creo que no. Creo firmemente que las referencias que se están utilizando para conseguir las vacunas no son diferentes a las que se utilizan para quedarse con una obra pública dirigida a construir una línea de AVE o una presa en un lugar remoto, y que se ha buscado más la victoria en el anuncio de la consecución de las vacunas que la vacunación real de la población. Ese diferente objetivo es el que genera la situación actual, producto de un modelo androcéntrico de gestión de la realidad. 

Todos los estudios que se realizan sobre la concepción de la realidad, el posicionamiento ante ella y los objetivos a conseguir a través de las políticas y medidas, demuestran que la posición de hombres y mujeres es muy diferente. 

En mayo de 2017 el Barómetro del CIS preguntó sobre qué factores eran considerados importantes por la población española para ser felices, y cuando observamos los factores en los que las mujeres puntúan más alto que los hombres, y en cuáles ocurre lo contrario, se comprueba que la realidad de unas y otros es completamente distinta. Las mujeres consideran que para ser felices es importante “el optimismo y el buen carácter, tener buenas amistades, el altruismo y el compromiso, contar con ideales y principios, y tener hijos e hijas”. Los hombres, por su parte, consideran prioritariamente que para ser felices los factores que prevalecen son “tener pareja y tener dinero”.

Una realidad y unas prioridades muy diferentes que no son sólo abstracciones, sino que implican llevar a cabo conductas, iniciativas, medidas y políticas para alcanzar dichos objetivos, tanto desde el plano individual como desde el plano institucional cuando se está a cargo de dichas responsabilidades.

Las mujeres buscan con su voto el beneficio de la nación, mientras que los hombres lo hacen pensando en sus propios intereses

Ese diferente posicionamiento ante la realidad es el mismo que reflejaron los estudios sobre el objetivo del voto en hombres y mujeres ante las elecciones presidenciales norteamericanas.

El artículo de Michael Sokolove publicado en The New York Times (23-10-20), recoge que las mujeres buscan con su voto el beneficio de la nación y de sus comunidades, mientras que los hombres lo hacen pensando en sus propios intereses. Y cita los trabajos de Melissa Deckman en los que se concluye que las mujeres votan pensando en el bienestar del país, al tiempo que los hombres lo hacen pensando en su bolsillo. 

¿Ustedes de verdad creen que las decisiones sobre la vacunación o cualquier otra cuestión serían las mismas si se tomaran desde la posición definida por los intereses y prioridades de las mujeres, que desde la que toman como referencia los intereses de los hombres? Yo creo que no.

Ese distinto posicionamiento de las mujeres no es casualidad ni una forma de “llevar la contraria”, como muchos hombres consideran, sino fruto de su experiencia y de una apuesta por un modelo de sociedad basado en la convivencia, el bienestar y la Igualdad, que es justo lo que intentan conseguir a través del feminismo. 

Los hombres han dejado claro su modelo androcéntrico a través del ejercicio de poder dirigido a la acumulación de más poder y de entender la realidad como una competición que los reta como hombres y pone en cuestión su capacidad ante otros hombres que forman la otra parte de ese ejercicio competitivo.

Uno de los principales déficits que tenemos en los análisis políticos y mediáticos es la ausencia de perspectiva de género, que parece como algo menor o insustancial cuando está en la esencia de la mayoría de las decisiones e iniciativas.

Quienes no quieren hablar de estos temas los evitan utilizando el argumento de “ahora resulta que todo va a ser machismo”... ¿Y qué otra cosa puede ser cuando el machismo lo es todo en una cultura hecha a imagen y semejanza de los hombres?. “El machismo es cultura, no conducta”.

Y como se suele decir, a las pruebas me remito.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Aunque parezca extraño, soy Médico Forense, también Profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada, Especialista en Medicina Legal y Forense, y Máster en Bioética y Derecho Médico. He trabajado en el análisis del ADN en identificación humana, el análisis forense de la Sábana Santa, y en el estudio de la violencia, de manera muy especial de la violencia de género, circunstancia que llevó a que me nombraran Delegado del Gobierno para la Violencia de Género en el Ministerio de Igualdad. Los artículos que publica aquí también aparecen en su blog, pero tiene otro blog, donde escribe sobre la vida desde un ángulo mucho más literario.