Cuatro signos que demuestran que sufres el 'síndrome del lunes por la mañana'
Cada semana te atrapa una indescriptible sensación de malestar cuando el domingo llega a su fin. El nudo en el estómago, la ansiedad o las dificultades para dormir te recuerdan que se acerca la hora de la vuelta a las obligaciones profesionales. Ya sea un simple bajón o una aprensión real, ¿qué se esconde tras el síndrome del lunes por la mañana?
UNA MAYORÍA DE TRABAJADORES AFECTADOS
Al ver la cara de felicidad de tus colegas, quizá pienses que eres el único al que no le gustan los lunes. Y, sin embargo, no te engañes: esa angustia afecta en realidad a una mayoría de los trabajadores del mundo. El 61% de entre ellos se dicen, en efecto, estresados el domingo por la noche, según un sondeo realizado por la web de empleo Monster. Un estrés que, en teoría, afecta mucho al sueño en la noche del domingo al lunes y añade el cansancio propio de haber pasado una mala noche.
El ánimo por los suelos, pérdida de energía, irritabilidad, ansiedad... esos síntomas llevan a los empleados a ir al trabajo de mala gana. Y aunque esa aprensión tienda a desaparecer una vez instalados en el puesto de trabajo, resurge de forma espontánea a la semana siguiente.
EL ORIGEN DEL SÍNDROME
Evidentemente, alejarse del confort y los festejos del fin de semana para comenzar una semana nueva de trabajo no resulta fácil. Cuando la ruptura entre estos dos "mundos" se hace demasiado patente, uno parece un espacio de libertad mientras que el otro sólo refleja una sucesión de cargas.
Algunas personas temen el tamaño de las tareas que tendrán que realizar a lo largo de la semana. Otros no se sienten con las fuerzas suficientes para afrontar los desafíos profesionales que se les presentarán.
Si añades a eso problemas de gestión, conflictos personales o una presión profesional importante, es muy probable que el temor sea mayor aún cuando se acerca el lunes.
El bajón de comienzos de semana también afecta a los trabajadores que se sienten desmotivados o frustrados profesionalmente.
MOTIVACIÓN PROFESIONAL: HACERSE LAS PREGUNTAS CORRECTAS
Cuando la vuelta a la vida profesional se transforma en una aversión real, es necesario plantear las preguntas correctas: ¿me convienen esas condiciones de trabajo? ¿Me siguen gustando mis tareas? ¿Tengo problemas con mis compañeros o con mis jefes? ¿El trabajo que desempeño se ajusta a mis valores ?
Las respuestas a estas preguntas permitirán poner en marcha las acciones necesarias para la evolución profesional. Por ejemplo, puedes mantener una conversación con tu superior jerárquico para redefinir el puesto de trabajo, emprender una búsqueda de trabajo correspondiente a tus aspiraciones o prepararte para un cambio importante como el de la reconversión profesional.
Si hay alguna respuesta que no puede darse de forma definitiva, quizá se trata de mirar el lunes desde una perspectiva diferente.
CAMBIAR EL PUNTO DE VISTA SOBRE LOS LUNES
Es cierto que el lunes marca la vuelta a las obligaciones profesionales, pero no sólo eso. Marca también el principio de una nueva semana, llena de experiencias enriquecedoras tanto en el plano personal como profesional. Puede que al principio resulte difícil integrar esta filosofía.
Sin embargo, una de las mejores formas de cambiar de punto de vista sobre el lunes y de mirarlo con positividad es programar instantes agradables para uno mismo. Una comida con un amigo, una actividad deportiva o una sesión de cine al final de la tarde pueden transformar una jornada temible en un momento ansiado.
La idea sería hacer del lunes una jornada de transición hacia la vida profesional con un horario en fases: un tiempo dedicado a las obligaciones profesionales (evitando sobrecargarse de forma desmesurada) y un tiempo que prolongaría un poco los festejos del fin de semana.
Cambiar de perspectiva es una actitud que también podría adoptarse con respecto al puesto de trabajo en sí. Aunque tu empleo actual esté todavía lejos de tus aspiraciones, seguro que conlleva aspectos positivos que merece tener en cuenta. Pregúntate, por ejemplo, qué aporta el trabajo: ¿permite responder a tus necesidades económicas? ¿Garantiza la comodidad de tu familia o es un medio para ayudar a los demás? ¿A través de estas preguntas, busca los valores que te unan a ese trabajo. Encontrar sentido a nuestra tarea diaria ayuda a afrontar mejor las dificultades asociadas.
Y, si la ansiedad no se difumina, quizá sea necesario iniciar una terapia dirigida a la gestión del estrés, de la angustia e incluso de las fobias. La sofrología puede ser un excelente medio para acabar con el síndrome del lunes por la mañana. Como es una terapia breve, a veces basta con unas sesiones para afrontar bien la semana. ¿Y por qué no hablarlo con la dirección? Cada vez más empresas proponen actividades de bienestar los lunes para ayudar a los trabajadores a abordar de otra manera el comienzo de la semana.
Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Francia y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano