Cuatro motivos por los que Peppa Pig es un terrible modelo de conducta para los niños
"Cuando le pregunté a mi hija dónde había oído esa frase, la reprodujo con una voz muy similar a la de la cerdita rosa".
Voy a decir algo que quizás sorprenda: Peppa Pig es, en mi opinión, un terrible modelo de conducta para los niños.
Sí, hablo de ese programa de televisión infantil superpopular con voces chillonas que se emite en 180 países. El mismo que tiene un parque temático con su nombre y una ingente cantidad de productos de color rosa en el mercado, incluidos juguetes parlantes que dicen cosas como "¡Soy Peppa Pig!" en mitad de la noche cuando todo el mundo está durmiendo. Una verdadera pesadilla.
Peppa Pig es más terrible de lo que parece. A continuación explico los argumentos que tengo para pensar esto.
Papá Pig sabe que no está en buena forma (¿ha pedido alguna vez algo aparte de galletas y tarta de chocolate?), pero eso no puede servir de excusa para que los parvulitos piensen que es correcto burlarse de alguien por su peso.
Pon un episodio y lo verás: Peppa se burla constantemente de la gran barriga de su padre. En un episodio, Papá Pig intenta entrar en la casa árbol de Peppa y se queda atascado en la entrada mientras Peppa, Mamá Pig y George se ríen a carcajadas. Por no decir que la contraseña para entrar a esa casa de árbol es "la barrigota de papá". Se llama gordofobia.
También anima al espectador a reírse en el episodio en el que Papá Pig va a la piscina. Tiene puesto el bañador, dice que va a saltar desde el trampolín y Peppa le recuerda con una pulla: "¿Qué dices, papi? Tienes la barriga un poco gordita". (El doblaje para España utiliza un lenguaje más eufemístico que la versión original, que se traduciría por: 'Qué tonto, papá. Si tu barriga es enooorme'). Con hijos así, ¿quién necesita enemigos? Y hay mucha gente que se ha dado cuenta de ello:
Ahh the regular dose of body shaming on Peppa Pig. Looking forward to one day explaining why some cartoon pigs are wrong to my daughter.
— Matt Collins (@charitychap) April 25, 2016
Why did the writers of peppa pig ever think I was appropriate to make fun of fat people?Kids think it's okay to laugh at 'daddy's big tummy'
— Louise Walker (@louisewalkerx) February 20, 2016
Bastante difícil es ya enseñar a los niños que los demás también tienen sentimientos. Ellos hacen lo que ven, ya sea reírse del gorro de una persona o preguntar inocentemente por qué va alguien en silla de ruedas. Y señalan. Mucho.
El patio del colegio puede ser un lugar complicado de gestionar. Queremos enseñar a los niños a ser sensibles y evitar que hagan daño a los demás, ¿no? Pues en vez de hacer comentarios sobre la "barrigota" de otra persona, ¿por qué no sacar a relucir lo mejor de cada uno? Como lo bien que hace salto de trampolín Papá Pig, como una sirena con una forma ligeramente más redondeada.
Esto me molesta muchísimo. MUCHÍSIMO. Porque sucede constantemente. Cuando Peppa y sus amigas están en la casa de árbol y le dicen a su hermano pequeño George que los chicos no pueden pasar o cuando la camiseta de fútbol de Papá Pig se destiñe por accidente y acaba rosa. En ese episodio, Papá Pig da por hecho que "es un vestido de mamá", quien dice que el rosa "no es un buen color para una camiseta de fútbol" (mentira: han jugado con rosa equipos como el Barcelona o el Gillingham).
Papá Pig también le pregunta a George qué opina, a lo que responde fingiendo un vómito. Este asunto provocó una gran indignación en el foro para madres Mumsnet y comprendo el motivo. La rosificación de las niñas empieza desde antes de su nacimiento y tiene sus implicaciones: que las niñas son bonitas y monas y que tienen que aspirar a ser señoritas y posteriormente atractivas. El azul, en cambio, es para los niños porque son valientes, les gustan las ciencias y son líderes natos. Un poco de originalidad, Peppa, hay más colores para escoger.
Invirtiendo el sexismo de "chicos contra chicas" del apartado anterior, en Peppa Pig hay una tendencia inquietante a mostrar a Papá Pig como alguien totalmente inepto e inútil. Mientras Mamá Pig hace de todo, incluido su trabajo desde el ordenador, Papá Pig es vago, olvidadizo, pierde cosas y suele fracasar en todo lo que intenta llevar a cabo. Una de las frases más repetidas de Peppa es "qué tonto, papi", una frase que se repite en mi casa ahora y seguramente en muchas otras.
Nunca había visto a mi hijo de dos años patalear y gritar "¡No vale!" antes de empezar a ver Peppa Pig en la guardería. En serio. Y lo mismo sucede con mi hija, que tiene siete años ahora. Cuando tenía tres o cuatro años, volvió de casa de una amiga, donde estuvieron viendo un montón de episodios de Peppa Pig, y justo después cogió la costumbre de patalear. Cuando le pregunté dónde había oído esa frase, la reprodujo con una voz muy similar a la de la cerdita rosa.
Así que si alguien quiere ver Peppa Pig, que no cuente conmigo, lo siento. Prefiero Hey Duggee.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.