¿Cuál es la diferencia entre una persona introvertida y una autista?
Son cosas muy distintas.
¿Cuál es la diferencia entre una persona introvertida y una autista? apareció originalmente en Quora, un lugar para adquirir y compartir conocimiento y entender mejor el mundo.
Por Vanessa Tabares, autista:
El introvertido no quiere socializar. Al autista le es difícil. Claro, hay autistas introvertidos (¡como yo!), mas el introvertido simplemente no quiere socializar por la energía que debe gastar. Mientras que al autista le puede pasar algo similar, la razón por la que se agota es por la dificultad para entender la comunicación social. El introvertido, aunque sea callado, entenderá las señales sutiles del cuerpo, los gestos, el tono de voz, los dichos, el habla figurativa, el sarcasmo, etc. Por lo tanto, responderá acertadamente al contexto social en el que se encuentra. El autista tendrá muchos problemas para entender varios de estos (a menos que busque analíticamente y no intuitivamente todas estas señales).
Ambos son más sensibles, pero el introvertido no posee problemas sensoriales. Puede que se abrumen en una fiesta o en un centro comercial si se quedan por largo rato, pero no van a sentir ansiedad o incluso dolor físico al oír explotar un globo, o ganas de vomitar al oler algún aroma simple. No escuchará la electricidad corriendo por la casa, por ejemplo, ni necesitará estímulo en un sentido que siente “entumecido” (hiposensibilidad).
El introvertido no tiene problemas en la función ejecutiva por ser introvertido. Planificar, iniciar tareas, inhibición de respuestas, atención, flexibilidad cognitiva, regulamiento emocional, etc. Varias de estas son difíciles para el autista, lo cual convierte tareas fáciles en fuentes de ansiedad. Un introvertido no se va a olvidar de comer a la hora simplemente por ser introvertido. No sentirá una ansiedad paralizante al saber que es hora de empezar la siguiente actividad (dificultad en la transición de una tarea a otra). No tiene que luchar para empezar algo, o para detenerse (inercia autista).
Movimientos repetitivos, esterotipias o “estims”. Todo ser humano tiene movimientos repetitivos (jugar con el lápiz, jugar con el pelo, mover las piernas, etc.), mas los autistas los tenemos más pronunciados. A menos que el introvertido sea autista también, no se mecerá de adelante a atrás (o de lado a lado), ni se chupará el dedo, ni moverá las piernas demasiado, etc. Estos movimientos repetitivos son parte de los llamados “estims” o “movimientos autoestimulatorios”. Otra parte es la estimulación sensorial: comer ciertas comidas, escuchar ciertos sonidos o música, oler ciertas cosas, mecerse (estimulación vestibular y propioceptiva), saltar, etc. Son usados para calmar el estrés, regular los estímulos sensoriales e incluso expresar emociones (aleteo de las manos para felicidad o susto, en mi caso). El introvertido no tiene este tipo específico de necesidades sensoriales o de autoestimulación.
Dificultad en la empatía cognitiva. El introvertido no tiene dificultad para entender la posición del otro por ser introvertido. El autista sí presenta problemas para ponerse en los zapatos del otro, y por lo tanto los demás deben ser directos para poder comprender una posición ajena a la suya.
Estas son algunas de las diferencias. Es importante recordar que el autismo no excluye a la introversión ni a la extroversión, pero sí son cosas muy distintas.
Espero esto responda algo.