Críticas de vinos: mis secretos para aprovecharlas
Hoy en día existe una tendencia generalizada a pensar que todas las opiniones valen lo mismo, que cada uno tiene su verdad. El mundo del vino no escapa a esta corriente.
Dime, ¿no piensas, o has pensado alguna vez, que realmente lo único que te interesa con respecto al vino es lo que te gusta? ¿No crees que eso lo sabes perfectamente, que nadie puede realmente recomendarte y que lo único válido son los gustos personales?
Y si yo te dijera que sólo tienes una parte de razón, ¿qué me dirías?
Si te parece, vamos a charlar unos minutos sobre este tema. Quién sabe, igual sacamos alguna conclusión interesante.
ME GUSTA O NO ME GUSTA
La mayoría de la gente con la que hablo de vinos mantiene dos afirmaciones: no entiende prácticamente nada de vinos y sólo sabe lo que le gusta o no le gusta. Un poco raro, ¿no?
¿Te importa si trasladamos esto a otro tema?
Por ejemplo, un niño puede decir que no entiende nada de comida, pero que le encantan las hamburguesas y las pizzas. ¿No sería tremendamente pobre quedarse ahí?
Pero es más, ¿no deberían sus padres ocuparse de ayudarle a aumentar su registro de gustos con respecto a la comida? En mi caso, por ejemplo, gracias a mis padres hoy me encantan los platos de cuchara, que de chaval odiaba.
¿Puede evolucionar el gusto?
Pero aún hay más, el gusto de las personas evoluciona. Esto está especialmente claro en el mundo del vino. Suelo organizar catas para mis alumnos universitarios y es muy importante conocerles un poco para tener una idea de qué tipo de vinos proponerles.
Está claro que si la mayoría de ellos no son aficionados sería una barbaridad ofrecerles una cata de vinos viejos o del norte de Italia, por ejemplo.
Los vinos viejos son apropiados para aficionados avanzados con una trayectoria recorrida larga. Son vinos normalmente con poca intensidad de sabor y muy complejos. Alguien poco adiestrado probablemente no aprecie absolutamente nada.
Los italianos, por el contrario, son vinos al principio algo rústicos y difíciles de apreciar. Hoy día son de mis favoritos, pero en su día más de una botella fue por el fregadero. Me parecía, comparándolos con los vinos a que estaba acostumbrado, que estaban en mal estado. Por aquel entonces, ni tan siquiera conocía la característica común a todos los vinos de calidad.
¿Hasta qué punto están manejando tu gusto?
Pero todavía hay algo más. El bebedor poco acostumbrado es muy fácil de manejar. Si se hace el vino con un sabor un poco más afrutado y se le deja un poco de azúcar residual, tiene muchas probabilidades de éxito entre el público general.
¿Por qué crees que se vende tanto el lambrusco en los restaurantes? Por su calidad...
Comentaba Jens Riis, uno de mis formadores de cata, que para tener éxito con un vino en Estados Unidos una práctica generalizada es que tenga un sabor reconocible. El bebedor se siente cómodo con un sabor al que le pone nombre con facilidad.
¿Nunca has probado un vino en el que el gusto a roble haya estado muy presente? ¿Por qué será...?
¿TODAS LAS OPINIONES SON SUBJETIVAS?
Llegados a este punto podrías decirme que realmente tus opiniones son subjetivas, pero que las de los más entendidos también lo son. De nuevo creo que tienes parte de razón. Pero sólo parte...
Cuestión de gustos
Absolutamente todos estamos condicionados por nuestros gustos, desde el más experto hasta el aficionado que lleve menos tiempo en este mundillo. A mí por ejemplo me gustan mucho los vinos muy equilibrados, pero con una buena carga frutal. Los vinos más elegantes, con buena acidez y una intensidad de sabor más comedida, siempre me van a gustar menos.
¿Significa esto que no pueda apreciar los vinos que no me gustan tanto?
Con la experiencia, cada vez menos. Por eso hay críticos a los que sigo desde hace tiempo, siempre con una experiencia mucho más dilatada que la mía y me gusta contrastar sus puntos de vista con los míos.
Cuestión de marketing
Hay que tener mucho cuidado cuando se tiene en cuenta la opinión de un crítico, sobre todo para saber si detrás de su opinión hay otros intereses. Yo, por ejemplo, no tengo muy en cuenta la valoración de un vino en una guía, si hay publicidad de ese vino concreto en la publicación. Me cuesta también trabajo tomar en serio una valoración de un crítico si a la vez ejerce de asesor de las bodegas que valora. Te podrá parecer mentira, pero te aseguro hay casos como ese.
A la hora de tener en cuenta la valoración de un vino también hay que conocer el sistema de puntuación. Los que valoran hasta cien puntos, por ejemplo, suelen poner el aprobado en 80 puntos y el sobresaliente en el 100.
De esta manera un vino que tuviera un seis en un sistema de cero a diez, en el de cien puntos tendría una valoración de 88, qué es mucho más aparente.
LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS
¿Significa esto que la opinión de los expertos vale lo mismo que la de un consumidor poco informado? ¡En absoluto!
Para valorar un vino es necesaria mucha experiencia. Hace falta haber catado mucho para superar, aunque sea parcialmente, el gusto personal y para tener referencias más o menos absolutas.
La formación que da el conocimiento
Para tener experiencia y valorar de una forma más objetiva es necesario catar mucho y además buenos vinos. Esos son los que te van a permitir formar una referencia de calidad de las principales zonas elaboradoras.
Hay grandes catadores que están especializados en zonas particulares. La opinión de Paco del Castillo sobre vinos generosos de Jerez o de Montilla, por ejemplo, es prácticamente una referencia. Asimismo, Juancho Asenjo es una gran autoridad en lo que se refiere a vinos italianos.
o
El crítico americano Robert Parker tiene distribuidos catadores a los que asigna zonas específicas. De esta forma se asegura tener expertos, cada vez con mayor experiencia, en las principales regiones elaboradoras del mundo.
Aprender a catar de forma profesional necesita además de una formación dirigida, que sólo se puede adquirir con la ayuda del conocimiento transmitido por grandes profesionales que te trasladen un método fiable.
Catar con método
Y es que, para valorar un vino con autoridad es necesario utilizar un método que te ayude a ir apreciando las características específicas del vino en cuestión, como pueden ser el volumen, el cuerpo o la complejidad.
Este método puede aprenderse, pero como decía antes se irá aplicando cada vez con mayor valor conforme se vaya teniendo más experiencia.
CÓMO "USAR" A LOS CRÍTICOS
Espero que estés de acuerdo conmigo en que la opinión de una persona con experiencia tiene mayor valor que la de un consumidor poco informado. ¿Cómo podemos aprovechar esa opinión del crítico experto?
Lo primero que debemos hacer es conocer cuál es nuestro propio gusto. Si prefieres los vinos con más cuerpo o por el contrario, te gustan los vinos menos intensos. A esto te puede ayudar la Guía para descubrir la característica común a todos los vinos de calidad. Con sus ejercicios prácticos tendrás una idea más aproximada de tus gustos.
Una vez que tienes clara tu preferencia, prueba vinos recomendados por críticos concretos. Una buena opción es Luis Gutiérrez de Wine Advocate para vinos españoles.
Las críticas de El Mundo Vino, realizadas sin ver la etiqueta por algunos de los mayores expertos de España, son una posibilidad muy accesible.
Si quieres información independiente de los mejores blogs en español, también pueden ser una buena opción. En el enlace puedes ver siete de los mejores blogs de vinos.
Una vez que has seleccionado uno de estos expertos, lee la nota de cata. Fíjate en términos como cuerpo medio o buena intensidad si te gustan los vinos con cuerpo o fino, elegante y vertical si por el contrario prefieres vinos más ligeros.
Las referencias a acidez o frescura, términos equivalentes, también pueden servirte como orientación si te gustan los vinos más o menos ácidos.
Después sólo te queda probar. Si el vino muy puntuado y acorde a tus gustos de acuerdo a la nota de cata no te satisface... ¡tacha al crítico! Busca otra opción.
Una vez que lo encuentres, comprueba su coherencia con varios vinos. Yo tengo varios críticos de "cabecera" a los que sigo y que me han dado grandes alegrías. Ya me contarás tu experiencia.