Corinna Larsen utilizó 12 sociedades en paraísos fiscales durante su relación con Juan Carlos I
La lista ha salido a la luz como parte de la investigación del fiscal suizo Yves Bertossa.
La examiga del rey Juan Carlos I, Corinna Larsen, creó un conjunto de al menos 12 sociedades offshore en paraísos fiscales a miles de kilómetros de su residencia en Mónaco con el fin de ocultar más de 70 millones de euros entre cuentas y propiedades, según avanza este martes El País.
La lista ha salido a la luz como parte de la investigación del fiscal suizo Yves Bertossa, que la mantiene imputada por un presunto delito de blanqueo agravado de capitales.
Entre muchas otras, Larsen utilizó su sociedad Solare para recibir en Bahamas 64,8 millones de euros del emérito, quien le transfirió de manera irrevocable esta cantidad en junio de 2012 desde la cuenta de la fundación panameña Lucum, apunta el medio.
“Decidimos abrir una cuenta en Gonet Bahamas. La decisión se tomó porque suelo visitar Bahamas y aprecio este lugar. Siendo residente monegasca podía abrir una cuenta donde quisiera en el mundo sin consecuencias fiscales. Creo que es preferible no poner todos los activos en el mismo lugar”, justificó en su declaración al fiscal Bertossa desvelada por este diario.
Posteriormente, en el año 2015, la examiga del rey compró una propiedad en el corazón de la campiña inglesa, cerca de Gales y que figura a nombre de una fundación panameña.
“Adquirí esta mansión a través de un trust cuyo beneficiario era mi hijo. Recurrí a una estructura como esta porque estimaba que mi hijo, una vez que fuera mayor de edad, no tendría la madurez suficiente para administrar este bien”, explicó entonces Larsen.
Asimismo, creó la entidad “Montaña de León” para poner a nombre de la misma un terreno que, según afirma, le entregó el rey de Marruecos y Siam Partners, otra sociedad para comprar con Juan Carlos I dos apartamentos en Villars-sur-Ollon, estación de esquí suiza.
También figura su casa en Londres, a nombre de una sociedad en las Islas Vírgenes Británicas, otra en Seychelles con el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, amigo del rey emérito, o un fideicomiso en Nueva Zelanda para cobrar del Fondo de Inversiones Hispano-Saudí.