Consejos para dar un toque 'industrial' a la decoración de tu casa
Las texturas metalizadas y el ladrillo visto serán tus aliados.
¿El color gris debe ser el protagonista en un espacio de estética industrial? Sí. En primer lugar aporta sobriedad, pero también elegancia y, además, es muy versátil. El gris genera una atmósfera atemporal y neutra y es fácil combinarlo con casi cualquier color, especialmente con sus complementarios: los colores tierra.
En el dormitorio de esta imagen se ha optado por utilizar varios textiles (cortinas y ropa de cama) en este tono. El detalle lo pone un cabecero en papel pintando imitando a una pared de ladrillo.
Nunca debe ser el color principal, pero sirve para evitar que los ambientes acaben siendo demasiado oscuros. Usado como color de fondo en paredes y techo y, como en este caso, también en algunas piezas concretas de mobiliario, como las luminarias y el frigorífico, se consigue mayor sensación de luminosidad. Sin duda, si la estancia tiene un gran ventanal se reforzará aun más esa impresión.
El blanco irradia luz y el negro la atrapa. Es importante saber que, a pesar de ser un color asociado con ambientes fríos, su correcto uso en determinadas zonas de la casa puede ser clave para dar forma a un ambiente industrial con un toque elegante y sofisticado. En el caso del baño de la imagen, por ejemplo, se ha empleado en las carpinterías a modo de mampara para la ducha, en la grifería empotrada y en los apliques del espejo. Incluso se han atrevido con el techo, lo que genera un interesante 'efecto de profundidad'.
En un ambiente industrial deberíamos incorporar los tonos tierra o una textura como el cuero. Si tenemos la suerte de poder añadirla con un mueble que nunca pasa de moda, como el chester, el resultado será espectacular.
Otra de las texturas/tonos que no pueden faltar en un ambiente industrial es el metal. Una manera fácil de introducirlo es a través del mobiliario. En el caso de esta imagen, se ha utilizado en las sillas.
Como este tipo de materiales son, por naturaleza, de carácter frío, una buena idea es combinarlos con texturas más cálidas como la madera. Además, si añadimos una pizca de color con un tono cálido y llamativo, conseguiremos una estancia muy armónica y acogedora.
La tendencia en el estilo industrial es que tanto paredes como mobiliario pueden estar en cualquier estado. Se agradecen las grietas, los golpes, los desconchones e incluso las abolladuras en superficies metálicas.
A pesar de que lo industrial invita a una decoración anárquica en la que pueden mezclarse perfectamente objetos de distintas épocas, corremos el riesgo de generar un conjunto demasiado recargado. Hay que tener cuidado y no abusar de estos consejos. Todo es mejor en su justa medida.
En definitiva, un espacio de estilo urbano debe potenciar los elementos estructurales y las instalaciones. Además, si podemos introducir sobre una base de color blanca, una pieza de mobiliario de cuero sobre un suelo hidráulico, con un dibujo geométrico llamativo, y unas luminarias antiguas metálicas de color negro (y algo oxidadas), tendremos todos los ingredientes de una atmósfera industrial.