Conoce tu vagina en doce conceptos básicos
¿Sabes poco de tu vagina? La culpa no es tuya. La culpa es de la mala educación que tenemos en lo que se refiere a nuestros cuerpos y nuestra anatomía. Que sí, que lo estudiamos en el colegio. Que nos ponen unos dibujos muy ilustrativos, pero que muchas veces poco tienen que ver con la realidad. A veces incluso obviando temas importantes como el clítoris.
¿O es que el clítoris salía en tu libro de ciencias naturales? Porque en el mío no. Pero no te creas que hemos cambiado mucho. Porque hoy en día las niñas se enteran de que tienen clítoris de casualidad.
Así que cuando imaginamos nuestro aparato reproductor, nos imaginamos más o menos un dibujo plano, sin volumen, lleno de colorines. Algo como esto:
La verdad es que es muy frecuente encontrar mujeres que no tienen muy claro como es su cuerpo por dentro. Y es que la vagina suscita un gran número de dudas y mitos. Este desconocimiento es causa de miedos, inseguridades y falsas creencias.
Espero que ya te hayas dado cuenta de que el conocimiento es la base para tomar decisiones sobre nuestro cuerpo. Para entenderlo y explicarnos cosas que nos pasan y que son normales. Así que si el autoconocimiento es tu reto o tu objetivo, atenta:
Te voy a explicar cómo es tu vagina rápidamente.
- Concretemos a qué nos referimos con vagina. Es un órgano interno. Si lo que estás pensando es en los labios, clítoris, etc... ¡no! Esto sería la vulva. La vagina es la parte que comunica el útero con el exterior. Está por dentro del cuerpo. Pero muy accesible.
- La vagina no es un tubo. Cuando pensamos en un tub,o pensamos en algo largo, estrecho y rígido. La vagina es un espacio que no contiene nada. Es decir, es un espacio con paredes muy blanditas que se tocan entre si. No dejan un espacio vacío hueco en medio. Le llaman cavidad virtual.
- La vagina no es infinita. Algunas mujeres creen que este tubo es muy, muy largo. De manera que el extremo más profundo llega...no sé, ¿hasta el ombligo?, ¿¿hasta las amígdalas?? La longitud de la vagina varia de mujer a mujer, pero oscila entre 8 y 11 centímetros. Así que con un dedo llegas hasta el final.
- Las paredes de la vagina están formadan por músculo y mucosa. El músculo es muy elástico y permite adaptarse a la forma que se introduce en la vagina. Desde un dedo, un pene o un bebé. Si metes el dedo en tu vagina, verás que la textura que tiene no es como la de la piel. Es mucosa. Está húmeda, caliente y blandita.
- Podemos actuar voluntariamente sobre los músculos que cierran la entrada de la vagina. Sólo esta parte es de músculo voluntario. De manera que podemos contraer o relajar la entrada de la vagina para que no duela la penetración. De la misma manera, si contraemos lo suficientemente fuerte, la penetración puede ser dolorosa o incluso imposible.
- La vagina sólo es sensible en la zona que comunica con el exterior. Lo que se llama tercio externo de la vagina. Quiere decir que más allá de los 3 o 4 centímetros desde la entrada, la vagina no es sensible. Este es el motivo de por qué las copas menstruales o los tampones no se notan. Porque una vez los introducimos en la vagina, no tenemos terminaciones nerviosas para poder percibir si hay o no algo ahí. A algunas mujeres les has pasado que se olvidan por completo que tenían puesto un tampón.
- Para muchas mujeres, la penetración vaginal es placentera. La distensión de las paredes de la entrada de la vagina, la fricción y el roce en esta zona es muy placentera. Pero recuerda que en el fondo la vagina no hay terminaciones nerviosas. No somos capaces de notar la diferencia entre un pene de 13 cm, 15 o 17 cm.
- Su posición. Si estás de pie, la vagina no está paralela al cuerpo. Su eje se orienta desde la vulva hacía el sacro. Así que a la hora de ponerte un tampón no debes orientarlo hacía arriba, sino un poco tumbado, hacia el sacro.
- La vagina es una estructura dinámica. No es algo que ni siente ni padece, sino que es activa en los procesos naturales como la excitación. Se lubrica, se expande y se dilata durante la excitación. Durante el orgasmo, se producen leves contracciones involuntarias.
- La vagina no está sucia. La idea de que la vagina está sucia y da asco es algo muy extendido. Todo lo que hay ahí dentro es tuyo o sale de ti. La vagina tiene su propio mecanismo de limpieza. Tiene una población propia de microorganismos que, estando en equilibro, la mantienen sana y limpia. Además, tiene un pH que varia según la edad de la mujer y que también ayuda a la salud vaginal. En una mujer adulta en edad reproductiva, el pH de la vaginal es ácido, haciéndose mas básico a medida que llega la menopausia.
- Es sensible al roce. La lubricación de la vagina es necesaria para que la penetración no duela. Una penetración con poca lubricación, demasiada fricción o muy larga irrita y duele. De ahí mi artículo de 'Vaginas precoces para eyaculadores precoces'.
- Hay que cuidarla y mimarla. Ahora que ya sabes más sobre esta parte de tu cuerpo, debes saber que cuidarla es fundamental. Igual que cuidamos nuestra piel, nuestro pelo, nuestras uñas y el resto del cuerpo, también debemos tener una rutina y unos hábitos a la hora de mantenerla sana. (Esto lo hablaremos en otro post)
Este artículo fue publicado con anterioridad en el blog de la autora sobre salud íntima femenina
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