La tensión entre la UE y China se extiende tras la denuncia por el abuso contra los uigures
Crece la disputa política y económica en medio de sanciones por la situación de los derechos humanos de esta minoría musulmana.
Es un conflicto antiguo, pero ha vuelto a ser noticia después de que varios gobiernos, académicos y organizaciones no gubernamentales denunciaran el establecimiento de una red de campos de reeducación para los uigures y otra minorías en Xinjiang, China, donde están sometidos a trabajos forzados.
Todo comenzó el pasado lunes. La Unión Europea (UE) aprobó las primeras sanciones contra China desde el embargo de armas decretado tras la matanza de Tiananmen en 1989. Entonces, el Consejo de Ministros de Exteriores tomó la decisión de añadir a su lista negra a cuatro dirigentes y un organismo chinos por las violaciones de derechos humanos contra un millón de personas de la minoría uigur.
Ese mismo día se sumaron Estados Unidos, el Reino Unidos y Canadá anunciando sanciones contra altos cargos chinos para elevar la presión sobre Pekín por su política en relación con la minoría musulmana. Mientras, China anunció el sábado nuevas sanciones contra funcionarios de Estados Unidos y Canadá, en una creciente disputa política y económica.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China prohibió la entrada al país a Gayle Manchin y Tony Perkins, presidente y vicepresidente del Comité para la Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos, al parlamentario conservador canadiense Michael Chong y al subcomité de Derechos Humanos Internacionales del Comité Permanente sobre Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional de la Cámara de los Comunes de Canadá.
Asimismo, se prohíbe a ciudadanos e instituciones de China llevar a cabo “negocios o intercambios” con el citado Comité.
Campos de algodón y boicot
La tensión diplomática estaba servida. China ha rechazado fuertemente las acusaciones de violaciones de los derechos humanos en Xinjiang y ha lanzado llamados a boicot y otras sanciones contra firmas extranjeras, incluyendo la cadena minorista H&M y la firma Nike. Además ha establecido penalizaciones contra funcionarios y activistas extranjeros que, según Pekín, diseminan falsedades sobre sus políticas hacia las minorías musulmanas.
China está obligando a cientos de miles de uigures y otras minorías a realizar trabajos en condiciones extremas en los vastos campos de algodón de su región occidental Xinjiang, según una investigación de la BBC. El medio muestras la dimensión de las imágenes de los campos de un cultivo que representa una quinta parte del suministro mundial de algodón y se emplea en toda la industria mundial de la moda.
El gobierno de China ha negado las afirmaciones y ha insistido en que los campos son “escuelas de formación profesional” y las fábricas son parte de un plan masivo voluntario de “alivio de la pobreza”.
“En mi opinión, las implicaciones son verdaderamente a escala histórica”, dijo a la BBC el doctor Adrian Zenz, miembro principal de la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo en Washington que descubrió los documentos. “Por primera vez, no solo tenemos evidencia de trabajo forzoso uigur en la manufactura, en la confección de prendas de vestir, se trata directamente de la recolección de algodón, y creo que eso es un cambio de juego”.
“Cualquiera que se preocupe por el abastecimiento ético tiene que mirar a Xinjiang, que es el 85% del algodón de China y el 20% del algodón del mundo, y decir: ’Ya no podemos hacer esto”, ha añadido.
Ante el riesgo de perder un mercado muy lucrativo, algunas compañías han emitido comunicados para sumarse a una campaña lanzada estos días en las redes sociales chinas, “Yo apoyo el algodón de Xinjiang”. Firmas como Hugo Boss han afirmado a través de Weibo, el Twitter chino, que “el algodón de Xinjiang es uno de los mejores del mundo” y la firma “seguirá comprándolo y apoyándolo”.
¿Quiénes son los uigures?
Al noroeste de China se encuentra la Región autónoma Uigur de Xinjiang, donde reside la etnia uigur, que se siente más cercana a las áreas de Asia Centras como Uzbeksitán, Kazajistán y Kirguizistán que a la propia China. Sin embargo, la diferencia fundamental es la religión, ya que son musulmanes.
Desde su intento de independencia de China de 1949 la provincia posee estatus de región autónoma, como el Tíbet, aunque está fuertemente controlada desde Pekín desde los ataques en 2013 y 2014 en Pekín y Kunming respectivamente.
En el último un grupo de al menos 10 hombres armados con cuchillos atacaron la estación de tren. Murieron 31 personas y más de 130 resultaron heridas. China culpó a grupos extremistas y separatistas de la provincia de Xinjiang.
Tras un proceso de colonización de la región a través de la movilización de población de la etnia han, los uigures ya solo representan el 45% en su propia región. Mientras, el Congreso Mundial Uigur —que representa a los exiliados de esta etnia y se opone al gobierno chino en la región— sostiene que en el mundo hay 20 millones de uigures exiliados en comunidades en Estados Unidos, Suecia, Alemania y Turquía.
No es la primera vez que la comunidad internacional se pronuncia sobre la situación de esta minoría. En agosto de 2020 el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de Naciones Unidas ya expresó su preocupación por la situación en esas “escuelas de formación profesional” en las que el gobierno chino pretende abordar el extremismo a través de la “transformación del pensamiento”. Es más, según este organismo, las personas en esta situación superarían el millón.