Como una ola Corea llegó a tu vida: por qué arrasa y no solo en los Oscar
El auge cultural surcoreano que va del k-pop a la gran pantalla.
″¡Ya me está dando un poco de vergüenza sentir que ahora somos los parásitos de Hollywood!”, admitía el el actor Lee Sun Gyun, del elenco de la película Parásitos, desatando las risas entre la prensa durante los premios SAG, antesala a los Oscar. Aquella noche, el equipo al completo hizo historia sin ser consciente aún de que su victoria era tan solo el despegue de un éxito rotundo.
El film surcoreano se ha convertido en el fenómeno del año al arrasar en los certámenes y festivales más prestigiosos del panorama actual pero, si por algo será recordado, será por haberse proclamado la primera película de habla no inglesa en hacerse con el galardón más importante que concede la Academia estadounidense, Mejor largometraje, y con todo un séquito de estatuillas no menos destacadas: Mejor dirección, guión original y película internacional.
“Nunca imaginamos que pasaría esto”, admitía el productor Kwak Sin-ae al recoger el premio. Y para ser sinceros, casi nadie, teniendo en cuenta lo poco dada que es la industria de Hollywood a reconocer lo foráneo.
Hallyu: la nueva “fiebre coreana”
Corea del Sur, sin embargo, lleva tiempo ganando popularidad en el plano cultural —tanto musical como audiovisual—, a pesar de que su vecina del norte tiende a copar la atención mundial con mayor frecuencia por su régimen hermético, autocrático y extremo, liderado por una dinastía unipartidista que lleva ni más ni menos que algo más de 70 años al frente de la ‘República Popular Democrática’. Por tener, esta nueva “fama” tiene hasta nombre. Se denomina hallyu y hace referencia a toda una “ola” o “fiebre” que ha despertado en Asia, pero que cada vez va ganando más seguidores alrededor del globo.
“La ola coreana es un fenómeno cultural que nació en los 90 con series de televisión. Llegó primero a China, luego a Estados Unidos y posteriormente a Latinoamérica”, explica a El HuffPost Mar Chamorro, del departamento de comunicación del Centro Cultural de la Embajada de Corea en España.
Sin embargo, hasta llegar a desarrollar un carácter propio, el país ha seguido un largo recorrido. “Corea tenía una forma de pensar muy libre originariamente, pero en el siglo XV la influencia del confucionismo la transformó en cerrada y conservadora”, señala la respetada escritora y periodista coreana Mina Shon.
“Esta influencia aún sigue presente, pero rápidamente y a pesar de la guerra de Corea entre 1950-1953 que dejó al país en una situación tristemente pobre, el impulso en la tecnología y las relaciones con el mundo occidental estimularon de forma notoria el crecimiento del país”, declara.
Y si la nueva corriente cultural tiene denominación propia, este rápido progreso que sitúa a la nación como la duodécima potencia económica mundial, también. Se conoce como El milagro del río Han, y hace referencia al cauce que cruza Seúl.
“Es un país adictivo”, afirma Shon. “De personas sólidas que han defendido su Estado y su cultura a la vanguardia de la guerra, la ideología y el mundo, incluso con condiciones geográficas muy desfavorables”, añade.
Cine que se cuela en Hollywood
En ese crecimiento, la industria cinematográfica ha conseguido hacerse un hueco importante. “A día de hoy el cine coreano ha escrito una nueva historia. Hace 30 años todo el mundo pensaba que era cine malo, pero ahora está atrayendo a muchísima gente a nivel mundial”, explica a El HuffPost.
“Lo cierto es que empezó a alcanzar notoriedad a partir del 2000 con la complicidad entre el gobierno y los festivales internacionales para dar a conocer talento artístico”, apunta por su parte Gloria Fernández, experta en cine coreano y fundadora de CineAsia.
“Con la democracia se produce una auténtica explosión y empiezan a surgir nuevas voces que sienten que por fin pueden hablar sin tapujos y en libertad”, añade. “Lo que pasa también es que parece que las distribuidoras empiezan a fijarse ahora, pero este cine lleva veinte años”.
De lo que no cabe duda es de que Parásitos ha marcado un antes y un después, no solo en la historia de los Oscar sino en la trayectoria cinematográfica del país. “Nunca antes una película surcoreana había estado nominada, aunque me temo que esta fiebre durará un tiempo limitado”, reconoce Fernández.
Sea como sea, la realidad es que “esta obra ha sido la culminación de una carrera brillante”, remata, y como resume Chamorro, “de las semillas que se sembraron en su momento recogemos ahora los triunfos y no sólo en el cine”.
Música que resuena en el orbe
Oppa Gangnam style! En 2012 ya el mundo entero coreaba (nunca mejor dicho) la canción del rapero de Seúl PSY mientras simulaba que cabalgaba un caballo. Más allá del divertimento, el tema supuso un auténtico fenómeno: el videoclip batió el récord de visualizaciones y sumó más reproducciones que las que YouTube podía contar. A día de hoy ya va —agárrense— por más de 3.515.000.000.
Si aquello fue un auténtico tsunami, quienes ahora están en la cresta de la ola son BTS, un grupo de chicos a quienes, sin exagerar, se les puede llamar los Beatles del siglo XXI. Son el máximo exponente del k-pop (de korean pop), un estilo musical quizá más desconocido para el público general pero que causa auténtico furor entre los más jóvenes. De hecho, en julio actuarán en el Estadio Olímpico de Barcelona. “Los promotores ya ven que en España funciona y que los conciertos se llenan”, apunta Chamorro.
Una cuidada estética, coreografías hipnóticas, unas redes sociales calculadas al milímetro —como dato, BTS supera los 22 millones y medio de seguidores en Instagram. Rosalía tiene 9,5.)—, colaboraciones con artistas internacionales y una potente industria detrás son algunos de los ingredientes de su éxito. No en vano, solo entre 2014 y 2018 la escucha de grupos de k-pop como EXO, Blackpink o Monsta X en Spotify creció un 700%.
Una fascinación cada vez mayor
La atracción cultural por Corea va más allá de la música o el cine y lleva a muchos a hacer las maletas. Según las cifras que maneja la Cámara de Comercio España-Corea, el país cada vez atrae a más turistas españoles: en 2018 fueron 27.314 visitantes, un 17% más que en el año anterior.
Ese contador tiene todos los visos de ir hacia arriba y no solo por el viaje oficial de don Felipe y doña Letizia en octubre de 2019 para estrechar lazos “entre las dos penínsulas más extremas del continente euroasiático”, como dijo el rey. Curiosamente, se cumplen también 70 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y Corea, lo que se conmemorará con distintos eventos.
Otro gran impulso fue la última edición de Fitur, celebrada en enero de este año, en la que Corea del Sur fue el país estrella. Bajo el lema Imagine your Korea (Imagina tu Corea), la república se dio a conocer prometiendo que hay tantas versiones del país como se puedan imaginar. Como vaticina Chamorro: “No estamos ante una moda, todavía queda mucho por dar, conocer y descubrir”.