Cómo proteger el agua ante el cambio climático
Las realidades de los diferentes países de América Latina y el Caribe son muy distintas. Sin embargo, el problema del agua es común a todos ellos.
Por José García Belaúnde, representante de CAF en Europa:
Los devastadores efectos del cambio climático se muestran cada vez con más fuerza a nivel global. Recientemente hemos sido testigos del impacto económico, social y humano de la llamada “gota fría”, fuertes inundaciones y los desbordes de los ríos, que han afectado buena parte de España y Europa, dejando víctimas mortales e importantes destrozos en infraestructuras, cosechas, negocios y hogares.
Lamentablemente, los acontecimientos de estas últimas semanas no son un fenómeno aislado, sino más bien una muestra de los estragos de la intensificación de eventos extremos que causa el cambio climático. En años recientes se ha incrementado la temperatura global y se han producido alarmantes aumentos de las inundaciones y las sequías, afectando a la seguridad hídrica, la seguridad alimentaria y la calidad de vida de la población en muchas partes del mundo.
Los grandes retos del futuro como el crecimiento poblacional, el acelerado ritmo de urbanización y la competencia por los recursos naturales, hacen aún más necesario que encontremos soluciones al problema de la escasez de agua y su distribución desigual. Estos retos, sin duda, se intensificarán durante los próximos años.
América Latina y el Caribe, a pesar de contar con cerca del 30% de los recursos hídricos del planeta, de disponer de vastas tierras aptas para el desarrollo agrícola y de contar con un elevado potencial para la generación de energía hidroeléctrica, aún enfrenta importantes retos en materia de agua. Con 21 millones de personas que no cuentan con acceso básico al agua potable, más de 116 millones que reciben ese servicio de forma insuficiente y precaria y cerca de 83 millones carecen de acceso básico al saneamiento. Por lo demás, en la región sólo se trata el 30% de las aguas residuales que se generan. Estos problemas se agravarán con el tiempo, si no se toman las medidas necesarias. Un reciente estudio del Banco Mundial señala que la región podría tener hasta 17 millones de migrantes para 2050 por causas como la escasez de agua, la baja productividad agrícola y la subida del nivel del mar.
Esta grave realidad muestra no solo la necesidad de incrementar los niveles de inversión y financiamiento en infraestructuras resilientes y sostenibles, sino también la de apalancarse en la innovación y el uso de las nuevas tecnologías para mejorar la planificación, viabilidad y mantenimiento de los proyectos, fortalecer los mecanismos de gobernanza y gestión de los servicios, invertir en el desarrollo de planes de atención efectivos ante desastres medioambientales y trabajar en la concienciación de la población sobre el uso responsable del agua.
Las realidades de los diferentes países de América Latina y el Caribe son muy distintas. Sin embargo, el problema del agua es común a todos ellos. Por eso, desde CAF -banco de desarrollo de América Latina- estamos abocados a la búsqueda y el apoyo de soluciones innovadoras a esta problemática, ya que la adecuada gestión del agua impacta directamente en el desarrollo de la región, influyendo en el cumplimiento de la mayoría de Objetivos de Desarrollo Sostenibles 2030, como son los asociados al avance económico y social, la salud, la producción de alimentos, el acceso a una vivienda digna, la seguridad energética, entre otros.
Atendiendo nuestro compromiso de servir de puente para canalizar las múltiples complementariedades que existen entre Europa, y en específico España, y Latinoamérica, el próximo 2 de octubre celebraremos en la Casa de América de Madrid la quinta edición de Los “Diálogos del Agua”, que reunirá a importantes personalidades políticas y expertos del agua a nivel global, junto con representantes de las instituciones rectoras de los recursos hídricos de América Latina y España, organismos internacionales, centros de pensamiento y sector privado. Una oportunidad más para intercambiar experiencias y buenas prácticas sobre los efectos del cambio climático en la gestión del agua.