Cómo pedirle a alguien que se ponga la mascarilla aunque te dé reparo

Cómo pedirle a alguien que se ponga la mascarilla aunque te dé reparo

“Debemos ser realistas y asumir que no podemos controlar la conducta de los demás”.

OSCAR WONG VIA GETTY IMAGES

Desde el día 26 de junio, las mascarillas no son obligatorias en exteriores cuando se pueda mantener el metro y medio de separación, pero siguen siendo obligatorias en espacios cerrados y también en exteriores si no se puede mantener esa distancia. Las instrucciones son sencillas, pero su cumplimiento deja mucho que desear.

Mucha gente sigue celebrando el cambio, mientras que otras personas no lo ven tan claro y siguen llevando mascarilla por la calle, sobre todo aquellos que son más vulnerables al coronavirus, las embarazadas, las personas que aún no tienen la pauta completa de vacunación y quienes temen a la variante Delta.

Al inicio de la pandemia, el mensaje era que la mascarilla era nuestra principal herramienta para proteger a las personas de nuestro alrededor, de modo que es comprensible que ahora tengas miedo por dejar tu salud en manos de los demás, sobre todo si no cumplen las normas.

Entonces, ¿qué puedes hacer si llegas a un recinto cerrado y tienes que compartir espacio con una persona que ha decidido saltarse las normas y no llevar mascarilla? Las recientes noticias sobre el enfermero que fue agredido en el metro por pedirle a un joven que se pusiera la mascarilla no son el mejor aliciente, pero hay formas de intentarlo.

Lo primero que debes recordar es que hay personas exentas de la obligación de llevar mascarilla por edad o problemas de salud. En segundo lugar, recuerda que solo estás legitimado para pedirlo, no para obligar a nadie. 

“Debemos ser realistas y asumir que no podemos controlar la conducta de los demás”, señala Tara Quinn-Cirillo, doctora en psicología. “Tú también puedes actuar con autonomía en estas circunstancias y alejarte lo máximo posible”.

Quinn-Cirillo recomienda informar a los trabajadores del establecimiento de lo que está sucediendo para que sean ellos quienes actúen, ya sea obligando a acatar la norma o expulsando a quienes la estén incumpliendo.

Si aun así prefieres tomar cartas en el asunto tú mismo, ten en cuenta que no te va a servir de nada intentar avergonzar a la otra persona y que, de hecho, eso solo facilitará que el conflicto pase a mayores. Por eso es tan importante utilizar un lenguaje no amenazante ni impositivo.

“Es aconsejable empezar la petición validando su postura diciendo algo como: ‘Ya sé que es un aburrimiento tener que ponernos la mascarilla cada vez que entramos a un establecimiento, pero...’”, recomienda Quinn-Cirillo.

La clave está en centrar la petición en ti y no en la otra persona, añade la psicoterapeuta Lucy Fuller.

Recuerda que solo estás legitimado para pedirlo, no para obligar a nadie

“Al decirle que tienes miedo y estás incómodo por estar junto a una persona sin mascarilla, estás pidiéndole que se la ponga, no obligándole ni diciéndole lo que debería hacer”, apunta.

“La gente no suele reaccionar bien cuando se siente atacada, de modo que una petición educada basada en tu sensación de vulnerabilidad siempre va a tener más probabilidades de funcionar”, sostiene.

Quizás te surja un problema similar con tus familiares, amigos o conocidos con los que no formas una burbuja. Si sabes que te vas a reunir con alguien en un espacio cerrado y quieres que lleve la mascarilla, la experta en etiqueta y protocolo Jo Bryant recomienda hacer la petición o el recordatorio con antelación.

Ella aconseja utilizar frases como: “Aunque ya no sea obligatoria en la calle, yo he decidido seguir llevando la mascarilla. ¿Te importaría llevarla tú también mientras estamos juntos? Me sentiría más cómodo”.

Si tienes alguna vulnerabilidad médica o tienes contacto cercano con alguien vulnerable, menciónalo también.

Bryant sugiere decir algo como: “Mi madre/abuela no tiene buena salud y estamos teniendo mucho cuidado para protegerla. ¿Te importaría llevar la mascarilla cuando nos juntemos? Sé que es una molestia, pero tengo que tener mucho cuidado”.

Al igual que Quinn-Cirillo, Bryant subraya la importancia de saber que no puedes obligar a nadie a llevar mascarilla y recomienda “proceder con cautela y saber elegir tus batallas”.

“Si te provoca mucha ansiedad estar con gente que no lleva la mascarilla, primero tienes que decidir con sensatez a qué sitios vas. No puedes entrar en un bar y pedirle a todo el mundo que se suba la mascarilla”.

“Al final, se trata más de gestionar tus propias expectativas que de intentar que los demás hagan lo que tú quieras”, concluye.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.

Comentar:
comentar / ver comentarios