El grito desesperado de Colombia pidiendo ayuda al mundo: "¡Nos están matando!"
Las claves para entender la crisis en la que está sumida Colombia y que ha dejado ya varias decenas de muertos.
“Ayudénnos, ¡nos están matando!”. Un chaval lanza este grito desesperado mientras graba uno de los brutales vídeos que llegan desde distintos puntos de Colombia estos días a través redes sociales. En otras imágenes, una mujer levanta una sábana que cubre un cadáver y reconoce a alguien de su entorno. Otro vídeo muestra a un estudiante ensangrentado tirado en el suelo mientras alguien pregunta si está vivo. La represión de las Fuerzas de Seguridad ha sido duramente criticada ya por instituciones internacionales como la ONU. El hashtag #SOSColombia lleva días difundiéndose en Twitter y hasta la organización de hackers Anonymous ha iniciado una batalla de denuncia contra el Gobierno del país.
Las cifras de muertos y heridos durante las protestas iniciadas por la reforma fiscal del presidente Iván Duque son confusas. Este miércoles, la Fiscalía General reconocía al menos 24 muertes en sólo una semana, once de ellas, responsabilidad de la Policía. Según datos de la Defensoría del Pueblo, hay al menos 800 heridos y un número indeterminado de desaparecidos.
Entre los muertos a manos de la Policía hay muchos jóvenes. Andrés Murillo, de 19 años, recibió un disparo en el pecho en la ciudad de Ibagué el sábado. Los gritos de su madre llorándole en plena manifestación han sacudido al país. El momento en el que le comunican la muerte de su único hijo en el hospital fue captado por las cámaras y es impublicable.
Marcelo Agredo, de 17 años, recibió varios disparos a quemarropa de un policía al que agredió con una patada en la espalda en Cali, capital del departamento del Valle del Cauca (suroeste). “Mi niño falleció a consecuencia de un tiro de un agente de policía. Le quitó la vida sabiendo que todas las normas dicen que una persona con un arma de fuego no debe disparar ante alguien indefenso”, ha alegado su padre.
Cali es una de las zonas donde se están registrando más actos violentos. Allí también murió Nicolás Guerrero, de 21 años, presuntamente a manos de un agente. Su fallecimiento fue recogido por la cámara de otro manifestante y miles de personas lo presenciaron en vivo.
No sólo la reforma tributaria
Miles de colombianos han salido durante la última semana por todo el país para rechazar una reforma fiscal propuesta por el Gobierno de Iván Duque. La propuesta pretendía subir los impuestos para incrementar los ingresos del Estado. La clase media y los más pobres sintieron que el proyecto apretaba sus bolsillos en momentos de asfixia económica.
Ante la presión popular en las calles, Duque retiró la reforma. Pero las protestas sse mantienen en un país donde habita el descontento entre la población. Emilia Márquez, directiva de la ONG Temblores, que trabaja en la protección de los Derechos Humanos en Colombia, explica a El HuffPost que la reforma tributaria fue la gota que colmó el vaso, pero el malestar de la población ha ido creciendo durante los últimos años.
“Aunque el primer paro se convocó alrededor de la reforma tributaria, es fruto también de un gran descontento de la población civil con el presidente”, asegura. Entre las causas de esta desafección nombra “el alto número de asesinatos de líderes sociales, el incumplimiento de muchos de los aspectos de los acuerdos de paz con las FARC o unos intereses políticos en el Gobierno muy cercanos a la ultraderecha”. Casi todas estos problemas están agravados por la desigualdad intrínseca que devora al país. Colombia es, de hecho, el país más injusto de América Latina, algo que se ha acrecentado por la crisis del covid.
La protesta estudiantil, criminalizada
En primera línea de las protestas se encuentran los más jóvenes. Colectivos estudiantiles que se organizan desde la universidad. Muchos de ellos retransmiten en directo las protestas o graban con sus móviles vídeos para después subirlos a las redes sociales. Estos colectivos están “muy criminalizados” en Colombia, explica Márquez. “El movimiento estudiantil siempre está al frente de las protestas y los estudiantes están estigmatizados. Nos hemos encontrado con judicializaciones falsas, estudiantes con cargos de terrorismo cuando no era así…”.
Por eso, dentro de este colectivo, una de las grandes preocupaciones es la violencia sexual que sufren las estudiantes. “La violencia sexual ha sido un arma de guerra durante muchísimo tiempo. Hacia los hombres la ejercen en la calle, pero a las mujeres se les lleva a un vehículo, comisarías o lugares cerrados”, cuenta.
El Gobierno “deslegitima” la protesta y Anonymous entra en juego
Márquez coincide con lo que dicen muchos colombianos en redes sociales: “El Gobierno está criminalizando las protestas”. Cree que, aunque Duque haya ofrecido a los líderes de los manifestantes sentarse a negociar, “si la gente sigue saliendo y sigue habiendo esta violencia por parte de las fuerzas armadas no se soluciona nada”.
Mientras en algunos lugares de Colombia los manifestantes criticaban la censura de sus directos en redes sociales, la conocida organización de hackers Anonymous pirateaba la web de las fuerzas armadas y publicaba datos confidenciales del Gobierno, señalando a Iván Duque y al expresidente Álvaro Uribe y posicionándose a favor de los Derechos Humanos.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo de Colombia ha habilitado 60 corredores humanitarios en 17 de los 32 departamentos del país con el fin de permitir el paso alimentos y medicinas, al igual que el transporte para movilizar médicos y personas heridas durante las protestas contra el Gobierno.
Un grito de ayuda a la comunidad internacional
Márquez y los suyos tienen la esperanza de que “el Gobierno controle de la violencia policial”. Pero además, lanzan un grito de ayuda a la comunidad internacional. Este miércoles se reunieron con la Misión de Verificación de las Naciones Unidas y solicitaron medidas para aplacar la violencia policial y un seguimiento en tiempo real de la misma.
La ONG Temblores recoge, hasta este miércoles, 1.708 casos de violencia por parte de la Fuerza Pública, dentro de los cuales identificaron 222 víctimas de violencia física, 37 víctimas de violencia homicida, 831 detenciones arbitrarias en contra de manifestantes, 312 intervenciones violentas en el marco de protestas pacíficas, 22 víctimas de agresiones oculares, 110 casos de disparos de arma de fuego y 10 víctimas de violencia sexual.