Collboni: "Barcelona está en un momento muy delicado en términos históricos"
Entrevista al exteniente de alcalde socialista: "Colau ha supeditado la ciudad a los intereses de su partido".
Han sido unos meses muy duros para Barcelona y para Jaume Collboni. Lo confiesa el propio exteniente de alcalde de Barcelona, que ya no forma parte del equipo de gobierno tras romper Ada Colau el pacto con el PSC por el apoyo de los socialistas a la aplicación del 155.
Collboni (Barcelona, 1969) dice que la capital catalana es una ciudad "en cierto estado de shock" y que vive uno los momentos más delicados históricamente. Una urbe marcada por el atentado de agosto y las consecuencias del procés, que ha hecho que las empresas huyan y baje el número de turistas. Y lamenta que en este contexto Colau haya antepuesto los intereses de su partido a los de los vecinos.
No obstante, Collboni cree en la fortaleza y las potencialidades de la ciudad para sobreponese a la actual situación. Y, además, el líder municipal del PSC mira al 21-D apoyando a Miquel Iceta. Por cierto, cree que terminará bailando en la campaña y que cantarán juntos We are the champions, de Queen
¿Cómo lleva la salida del equipo de gobierno del Ayuntamiento? ¿Qué reflexiones hace estos días?
Salimos con la satisfacción y el orgullo de haber hecho un trabajo muy positivo. En poco tiempo pusimos en marcha proyectos en los ámbitos económico y cultural que van a tener recorrido en la ciudad. Y lo hicimos en coherencia con el cambio de izquierdas que votó la ciudad. La parte negativa es la decepción porque la alcaldesa no ha antepuesto los intereses de la ciudad a los de su partido al haber convocado una consulta y dinamitar las bases de un pacto de izquierdas que estaba funcionando.
¿Qué opinión le merece a día de hoy Colau?
Mi reflexión es que un alcalde lo es siempre, a todas horas y por encima de todo. Vengo de esa cultura política, en el PSOE lo tenemos muy claro. No he entendido cómo ha podido romper un pacto por un tema que estaba excluido del mismo y haber debilitado tanto el gobierno en un momento muy delicado para la ciudad de Barcelona, el más delicado desde los Juegos Olímpicos, sin una hoja de ruta alternativa. Puede ser legítimo cambiar de socios o de política, pero eso hay que explicarlo con transparencia y decir con quién lo vas a hacer.
¿Ha utilizado Colau el Ayuntamiento con fines electorales para el 21-D?
Como mínimo ha supeditado la ciudad a los intereses electorales de su formación y lo ha hecho de la mano, parece ser, de los que le pueden dar la mayoría, que son el PDeCAT y el señor Trias. La gente en Barcelona votó cambio y lo que ha hecho la señora Colau es ir cambiando pero de socios. Primero en solitario, luego con los socialistas y ahora vamos a ver si acaba de hacer un sorprendente giro a la derecha con los presupuestos.
Lo que se ve en las encuestas es que los comunes pueden tener la llave tras el 21-D en la Generalitat. ¿Cree que están más cerca de ERC y de Oriol Junqueras que del PSC y de Miquel Iceta?
Las encuestas dan el dato de que la izquierda no independentista la va a liderar el PSC e Iceta y doblamos en número de votos y diputados a los comunes. Sin que lo hayan explicado con transparencia, todo puede apuntar a que sean claves para darle la Presidencia a Junqueras.
¿Cómo está Barcelona tras el 1-O, la DUI y la aplicación del 155?
Nos tenemos que remontar más atrás, al atentado de agosto. La ciudad está en un cierto estado de shock, en un momento muy delicado en términos históricos. Diría de los más delicados de los últimos 25 años en términos de reputación internacional y fortaleza económica. Todos los indicadores de consumo e inversión han bajado, esperemos que temporalmente. Con el conjunto del país en una situación de estrés político muy fuerte, se exige un liderazgo fuerte con las ideas claras que se sepa sobreponer al momento político. La ciudad tiene, sobre todo, una sociedad civil y un tejido asociativo potente que puede ser cómplice y aliado para salir de esta situación tan delicada.
Uno de los momentos de mayor decepción estas semanas para Barcelona ha sido no conseguir la Agencia Europea del Medicamento. ¿Ha sido por culpa del procés?
Evidentemente el contexto político no ha ayudado en absoluto. Era una gran oportunidad que tenía la ciudad para relanzarse desde del punto de vista científico y del conocimiento. Era una candidatura muy competitiva y estaba muy bien planteada pero la situación política se fue degradando a pasos agigantados. Hasta el punto, con una imagen, del señor Puigdemont haciendo proclamas antieuropeas dos semanas antes de la votación o de la propia ruptura del pacto de gobierno.
Hemos conocido también los últimos datos negativos sobre el turismo en Cataluña. Es una de las principales fuentes de financiación de la ciudad. ¿Va a ir todo a peor en este sector?
Defiendo que la ciudad tiene una marca muy potente, y muy criticada por los sectores de la izquierda radical. Es una fuente de riqueza y de atracción de inversiones, visitantes y de ingresos para la ciudad. Creo que la marca es suficientemente resiliente para sobreponerse. Hay que cambiar cosas en la gestión del turismo, el modelo turístico hay que gobernarlo y ponerlo al servicio de la ciudad, pero ahora se empiezan a ver las consecuencias de la bajada brusca del turismo en la economía de la ciudad. Nos podemos encontrar con que dentro de dos meses hay que volver a hacer promoción turística, sería una paradoja.
En este mundo globalizado, hay una carrera entre las grandes ciudades. Vemos cómo se están marchando empresas de Barcelona, ¿teme que la ciudad pueda quedarse atrás respecto a otras urbes como Madrid?
Espero que no, porque seguimos teniendo todas las fortalezas y las potencialidades de una ciudad global como la marca, una conectividad excelente, un entorno creativo y académico de primer nivel y una calidad de vida envidiable. Pero eso va a exigir liderazgo e ideas claras. Habrá que ir a la caza de oportunidades para la ciudad.
Ha estado en la sala de máquinas municipal. ¿qué problema le hubiera gustado solucionar? ¿Cuál es el principal que hay que atajar en Barcelona?
Básicamente el del empleo, que ha quedado muy tapado por todo el procés y la dialéctica en torno a la independencia.
Hemos escuchado a Iceta decir que tendría un estilo diferente si llega a la Presidencia y contaría con un 'conseller en cap' para gestionar el día a día. ¿Se ve en ese puesto?
Ni me veo ni creo que el señor Iceta esté pensando en mí. Tengo vocación por la política barcelonesa y dejé el Parlament voluntariamente para presentarme a las primarias. Mi vocación es Barcelona, no me planteó otra cosa en política.
Hablando de plantearse, ¿será el candidato en 2019 al Ayuntamiento?
Estoy en esa reflexión, que primero es personal y no he acabado, y una reflexión colectiva que debemos hacer en el partido.
En relación al tablero tras el 21-D, ¿haría presidenta a Arrimadas?
No. El PSC no va a hacer presidente ni a un independentista ni a uno de derechas, por muy blanqueado que esté. Lo que nos planteamos es tener la Presidencia nosotros, habrá que hacerlo con diálogo y acuerdos transversales.
¿Cómo ha vivido personalmente momentos como el 1-O?
Han sido unos meses muy duros, para todos los barceloneses, seamos de la ideología que sea. Hemos visto cómo el famoso procés chocaba contra la realidad, de la economía, de la convivencia e internacional. Aún viendo que se ha confirmado lo que decíamos que iba a pasar, pues ha sido duro desde el punto de vista personal. Yo critiqué las cargas policiales desproporcionadas, he sido crítico con la prisión preventiva como medida cautelar, he tenido discrepancias también sobre cómo se ha ido gestionando por parte del Gobierno del PP desde hace años y el gran error de judicializar un conflicto político. Incluso algunos hemos tenido que cambiar nuestros hábitos y adaptarnos a un contexto muy complicado.
¿Cuál ha sido el mejor y el peor momento que ha vivido hasta ahora en el Ayuntamiento?
El peor, sin duda, el atentado. La imagen de La Rambla vacía el día después no se me borrará nunca. El silencio, la densidad del ambiente... Mejores días, he tenido muchos, cada vez que dibujábamos un proyecto para la ciudad, como la Casa de las Letras, el cubrimiento de la Ronda de Dalt o nuevas bibliotecas.
¿Qué cree que debería aprender Barcelona de Madrid? ¿Y Madrid de Barcelona?
Evidentemente hay una parte de competencia sana, pero creo mucho en la complementariedad y en la colaboración. Barcelona tiene que aprender a volver a ser atractiva para las grandes sedes corporativas, hemos sufrido las consecuencias del procés. Ahí tenemos que aprender de Madrid y su capacidad de atracción. Y quizás nosotros podemos explicar a Madrid cómo ser una ciudad atractiva para el talento y la creatividad de una forma muy natural.
Barcelona era una ciudad gobernada históricamente por alcaldes socialistas. Luego llegaron Xavier Trias (CiU) y Ada Colau (Barcelona En Comú). ¿Qué hace de autocrítica?
El PSC como partido es obvio que desde las crisis del Estatut y económica ha sufrido electoralmente las consecuencias. El gran reto de los socialistas es ofrecer un horizonte de esperanza y un proyecto de futuro, que durante demasiado tiempo dejamos de hacer.
Han fichado a Ramon Espadaler (exconseller de Mas) para sus listas del 21-D, han firmado un acuerdo con Units, han apoyado el 155... Sus rivales políticos les acusan de derechizarse políticamente. ¿Ha pasado eso?
No sé, que se lo pregunten al señor Villarejo, que era eurodiputado de Podemos y apoya la candidatura de Iceta. Eso forma parte de cuando uno no tiene proyecto o la única propuesta que tiene es exactamente la de los independentistas, hacer un referéndum divisivo y para romper. Nosotros hemos hecho una apuesta por la transversalidad en un momento excepcional incluyendo a personas de otras siglas.
Por cierto, le han prohibido a Iceta bailar en la campaña. ¿Usted lo quiere ver bailar?
Creo que por mucho que se lo prohíban acabará bailando. Lo conozco mucho y sé que cuando esté en el fregado acabará bailando. Ya verá.
¿Y qué canción le recomienda?
Diría que cambiara de canción de Queen... y que cantara ahora We are the champions.