La colada de lava desborda el cono principal y arrasa un supermercado y el campo de fútbol en el barrio de La Laguna
El núcleo perteneciente a Los Llanos de Aridane ha sido evacuado completamente.
La lava sigue sin control y este jueves por la tarde ha desbordado el cono principal del volcán Cumbre Vieja. Las coladas, más abajo, han llegado al barrio de La Laguna, ya evacuado por completo, y han arrasado con un supermercado y el campo de fútbol de este núcleo perteneciente a Los Llanos de Aridane.
Tras llevarse por delante buena parte de La Laguna, esta colada, la más activa, se ha ralentizado algo, pese a lo cual se ha decretado a la evacuación preventiva de las personas que aún no habían sido desalojadas, y que según el censo son unas 400. El martes fueron evacuadas otras 800, como ha apuntado el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende.
Morcuende ha detallado que los dos apéndices de esta nueva colada, situada por encima de la primigenia, tuvieron anoche “alta intensidad y bastante recorrido”, pero, precisamente por toparse en su camino con un supermercado y con un campo de fútbol han “perdido fuerza” y capacidad para seguir avanzando.
La que sepultó el supermercado de La Laguna “ha englobado mucho material procedente de edificaciones”, ha perdido mucha fluidez y ha ganado en viscosidad. “Sigue bien alimentada desde atrás, pero le cuesta más moverse”, ha dicho Morcuende. A la otra, situada más al norte, le está pasando “exactamente lo mismo”, ha subrayado Morcuende.
El director del Pevolca ha insistido en que se trata de evacuaciones preventivas realizadas con tiempo suficiente “para que nadie se sienta agobiado”, una decisión adoptada tras analizar los mapas de trazabilidad, pero es difícil anticipar el lugar por donde puede discurrir la lava o si los vecinos podrán regresar si se ralentiza o detiene el avance.
Sin grandes novedades en el volcán
En la monitorización del volcán no se han registrado grandes novedades en las últimas horas, según expuso la portavoz científica del Pevolca, María José Blanco, salvo una deformación en el terreno de cinco centímetros en un movimiento vertical detectada en una sola de las estaciones.
Esta deformación, cuya fuente empuja desde el norte hacia el sur, registrada en una zona ya evacuada, ha sorprendido a los científicos porque se ha medido solamente en una sola de las estaciones, la más cercana al centro eruptivo, pero no en las demás.
El Pevolca ha avisado a las personas que están en el lugar, la zona de Jedey y Las Manchas, básicamente científicos trabajando sobre el terreno y servicios de emergencia y fuerzas de seguridad dedicadas a la limpieza de ceniza de azoteas, de que estén atentas ante posibles fenómenos observables, como pinos que arden desde la base o emisiones de gases desde el suelo.
La sismicidad continúa localizada ligeramente más al sur del enjambre inicial previo a la erupción, con un número de seísmos algo menor pero con magnitud algo más elevada, la máxima de 4,5, un terremoto situado a gran profundidad y sentido en toda la isla.
Las emisiones de dióxido de azufre en el volcán siguen altas, con valores de 15.995 toneladas diarias, y la altura de la columna de cenizas y gases llega a los 2.600 metros.
El aire mantiene buena calidad
La calidad del aire en las últimas horas se mantiene buena o razonablemente buena, con algunas mediciones puntuales más elevadas de dióxido de azufre o partículas que siguen aconsejando usar mascarillas en el valle de Aridane, pero por primera vez en este episodio se ha registrado una medición elevada en el centro de investigacion atmosferica de Izaña, en Tenerife.
Según expuso María José Blanco, en la madrugada del 12 de octubre hubo valores muy altos de dióxido de azufre en Izaña que llegaron a superar los umbrales de saturación de los equipos, 7.500 microgramos por metro cúbico, aunque enseguida remitió el episodio.
El viento en La Palma sopla desde en noroeste, de modo que los gases y cenizas se dispersan hacia el suroeste, lo cual es bueno para la operatividad del aeropuerto.
A partir del viernes se espera una llegada de aire sahariano que no afectará al tráfico aéreo, aunque el descenso en el nivel de inversión térmica puede empeorar la calidad del aire.
Los últimos datos del desastre
Ya hay 674,5 hectáreas afectadas, 34,23 más que la víspera, y el ancho máximo de la colada se mantiene en 1.770 metros.
Las edificaciones destruidas, según el cotejo con el catastro, son 992, de las que 908 son de uso residencial, 95 agrícola, 47 industrial, 22 de ocio y hostelería, 8 de uso público y 11 de otros usos. Según las informaciones procedentes de los satélites de monitorización terrestre de Copernicus, de la ESA, las construcciones afectadas son 1.600, de las cuales 1.548 están destruidas y 86 afectadas.
La lava ha destruido también 179,3 hectáreas de cultivo, de las cuales 92,97 hectáreas son plataneras, 50,17 viñedos y 12,21 aguacateros.