Claves para entender las elecciones en Francia
Esta vez los franceses tienen una hora más para votar, lo que retrasará el momento de saber quién ha ganado.
Siempre nos quedará París. O no. Las elecciones presidenciales de este domingo pueden suponer un cambio radical no sólo para Francia, sino para el mundo entero. Y la expectación es máxima, porque en esta ocasión el resultado es absolutamente imprevisible. A tres días de que los franceses voten, parece que sólo hay algo claro: la gran batalla se dará entre cinco de los 11 candidatos que se presentan. A partir de ahí, nadie es capaz de predecir lo que va a pasar dado el alto grado de incertidumbre que muestran las encuestas.
Esto es todo lo que tienes que saber sobre estas elecciones, en las que todo puede pasar.
Hay once candidatos: dos mujeres y nueve hombres [Puedes ver todos sus perfiles aquí]. En las listas hay un dato inaudito: el actual presidente de Francia, el socialista François Hollande, se ha convertido en el primer jefe de Estado francés que no opta a ser reelegido desde la instauración de la V República en 1958.
Así, en lugar de Hollande, y tras las primarias del partido, el candidato de los socialistas es Benoît Hamon. A él se enfrentan los otros cuatro que más opciones parecen tener: la de extrema derecha Marine Le Pen, el de la derecha francesa, François Fillon; el independiente Emmanuel Macron, y el de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon.
Los otros seis candidatos son Philippe Poutoude —de la extrema izquierda—, Nathalie Arthaud —del partido de extrema izquierda Lucha Obrera—, François Asselineau —que se describe como el "candidato de la liberación nacional"—, Jacques Cheminade —candidato independiente—, Nicolas Dupont-Aignan —Presidente del movimiento soberanista De pie Francia— y Jean Lassalle —diputado centrista—.
Nadie. Si bien Macron y Le Pen han encabezado con consistencia la intención de voto en todos los sondeos desde hace meses, a pocos días de la cita los sondeos reflejaban una diferencia entre los dos primeros y Fillon y Mélenchon de unos tres o cuatro puntos.
Prueba de esta situación es una encuesta de Le Monde publicada este miércoles. En ella se apuntaba cómo Macron y Le Pen han perdido fuerza. La candidata de la extrema derecha, que ha insistido en la última semana en su mensaje principal sobre poner un freno a la inmigración, ha caído en 2,5 puntos porcentuales en intención de voto desde principios de abril hasta el 22,5%, mientras que Macron ha perdido 2 puntos porcentuales hasta el 23% en la primera ronda. Los que suben son Mélenchon y Fillon, que cuentan con el 19% y el 19,5% de intención de voto respectivamente.
Especialmente llamativos son los casos de los ascensos de Mélenchon y Fillon. La dinámica ascendente del candidato izquierdista ha añadido incertidumbre a la carrera al abrir la posibilidad de una segunda vuelta con Le Pen que espanta al "establishment" y a los mercados. Fillon, imputado por los escándalos sobre la financiación de su mujer e hijos, se mantiene inmune y de hecho ha conseguido remontar en la recta final de la campaña.
Hay, por lo tanto, un empate técnico a cuatro. Algo inédito en la historia de Francia.
Y a todo esto hay que sumarle dos datos: la incertidumbre y la abstención. Hasta el 40% de los votantes aún no tiene claro a su candidato, según las estimaciones recogidas por la edición francesa de ElHuffPost. Por otro lado, sólo el 68% inscritos en el censo electoral tiene seguro que acudirá a votar, cuando esta cifra por norma suele ser del 80%.
Se trata, por tanto, de una situación inédita, que no prefigura ningún favorito claro y que abre la puerta a sorpresas. Según los cálculos de la agencia Reuters basados en anteriores comicios, cuanto menor es la participación, mayores son las posibilidades de los candidatos que concurren desde los márgenes del sistema, como La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon.
Este año hay novedades. Los colegios electorales abren a las 8 de la mañana, pero se podrá votar hasta las 19 horas, no hasta las 18 horas, como en ocasiones anteriores.
Este cambio de horarios ha provocado que no se pueda saber con precisión cuándo se conocerán las primeras estimaciones de voto. Habitualmente esto se sabía a partir de las 20 horas, pero esta vez no será así. De hecho, los expertos alertan: cualquier dato que se ofrezca entre las 19.15 y las 19.20 directamente tiene que considerarse poco fiable.
No hay que olvidar, eso sí, que este domingo se celebra la primera vuelta. Los dos candidatos más votados serán los que pasen a la segunda, que se celebrará el domingo 7 de mayo. Será entonces cuando se sepa el nombre del nuevo presidente de Francia.
De Europa a las instituciones, pasando por la inmigración, los programas de cada uno son bastante diferentes, si bien hay puntos en los que algunos coinciden.
La dirigente de ultraderecha Marine Le Pen y el líder de izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, que critican a Bruselas por haber impuesto la austeridad presupuestaria, defienden la salida de la Unión Europea si unas eventuales negociaciones no propician una transformación de fondo. Le Pen incluso quiere restablecer la antigua moneda nacional, el franco. Los otros candidatos quieren transformar la UE sin dejarla. El socialista Benoît Hamon quiere una pausa en el rigor presupuestario. Como el centrista Emmanuel Macron, Hamon propone un Parlamento de la zona euro e inversiones europeas masivas. El candidato de la derecha, François Fillon, renegociaría los acuerdos de Schengen para controlar más las fronteras de la UE.
François Fillon y Marine Le Pen preconizan una política restrictiva sobre la inmigración, con medidas que restrinjan el reagrupamiento familiar, las prestaciones sociales para los inmigrantes y la concesión de la nacionalidad francesa. A la izquierda, Benoît Hamon y Jean-Luc Mélenchon no hacen de la inmigración o del asilo un tema dominante, pero el primero propone un visado humanitario para los refugiados y ambos acordarían el derecho a voto a los extranjeros en las elecciones locales. Una medida que en el centro, Emmanuel Macron no tomaría. Pero coincide con Hamon en una 'discriminación positiva' a la hora de contratar a jóvenes de las periferias de las ciudades.
Sobre la economía, si bien tradicionalmente las cuestiones económicas y sociales confrontaban a la derecha y a la izquierda, la estrategia dirigida a las clases populares de Le Pen ha hecho saltar por los aires todos los paradigmas. Esto ha provocado que quede ubicada, en algunos temas, menos a la derecha que François Fillon, que ha abrazado una línea económica ultraliberal. La edad de jubilación sería progresivamente aumentada hasta los 65 años para Fillon, mantenida en los 62 (excepto en algunos casos) para Hamon y Macron y restablecida en 60 años para Le Pen y Mélenchon. Fillon aboliría la jornada laboral de 35 horas semanales. Macron y Le Pen la mantendrían, con modulaciones, salvedades y horas extra. Hamon y Mélenchon quieren reducir el tiempo de trabajo.
Por otro lado, Fillon suprimiría el impuesto sobre las grandes fortunas (ISF), Macron lo suavizaría, Le Pen lo mantendría, Hamon lo fusionaría con el impuesto sobre el patrimonio y Mélenchon lo reforzaría.
Fillon suprimiría 500.000 puestos del cuerpo de funcionarios y Macron, 120.000; mientras que Mélenchon crearía 200.000.
Mélenchon y Hamon abandonarían progresivamente la energía nuclear, que Fillon y Le Pen defienden y a la que Macron quiere restar importancia.