¿Qué pasa en Reino Unido? La oleada de huelgas por bajos salarios que paralizan el país
La prensa habla de un "calendario del caos" con los transportistas, carteros, enfermeros o ambulancias paradas para no perder más poder adquisitivo ante la alta inflación.
De aquí a que acabe el año, no habrá día sin algún sector de actividad en huelga en Reino Unido. La elevadísima inflación, la entrada en práctica recesión y la incapacidad de los ciudadanos para hacerles frente ante su pérdida de poder adquisitivo ha levantado a los trabajadores, que piden más esfuerzos al Gobierno de Rishi Sunak.
Los precios han subido por encima del 10%, esos dos dígitos que no sólo son contundentes de por sí, sino que asustan a los mercados. Es el dato más alto en 41 años y de los peores que registra Occidente. Sin embargo, los sueldos o han subido a la par, como mucho un 3% en la mejor de las negociaciones, por lo que el desfase es inasumible para los bolsillos de un consumidor medio, sobre todo a la hora de hacer frente al gasto energético del invierno. Así, desde septiembre, las movilizaciones laborales se han ido encadenando, tras algunas semanas de aviso en verano, cuando aún mandaba Boris Johnson. Y ahora se han sumado unas sobre otras, afectando justo estos días a sectores claves del país.
Hablamos de conductores de ambulancias, trabajadores ferroviarios, carteros, agentes de fronteras, portadores de maletas y agentes de seguridad del tren Eurostar, entre otros sectores profesionales, que ya estaban en movilización desde meses atrás, exigiendo subida salariales, y que afectaron en parte a las vacaciones de verano y, ahora, vuelven a la carga. Desde Downing Street reconocen que el malestar puede durar meses.
En este momento, hay huelgas abiertas en el sistema sanitario (enfermeros y personal de ambulancias), en el transporte y en la enseñanza. Han parado o van a parar los trenes, el servicio postal y las aduanas. La BBC lo ha colocado todo en un calendario de pesadilla.
La mayor preocupación ahora son las ambulancia. Unos 10.000 trabajadores de vehículos de Inglaterra y Gales estarán en huelga hoy y el 28 de diciembre. Convocados por los tres principales sindicatos de ambulancias, estos empleados exigen un mejor salario. Sus paros afectan sólo a las llamadas que no pongan en riesgo la vida de los pacientes pero, pese a todo, se han reportado ya casos de personas mal atendidas, cuya vida ha estado en juego.
Para sustituir al personal de ambulancias, más los trabajadores de aduanas y fronteras, que son los que coinciden en los paros, el Ejecutivo ha decidido activar a alrededor de 1.200 militares y 1.000 funcionarios para que las cosas funcionen. La idea es cubrir las carencias de personal y mantener el funcionamiento los servicios básicos. Pero ¿y su formación? ¿Valen lo mismo para una emergencia sanitaria que para un trámite burocrático?
Los sindicatos también se quejan no sólo de este parche, sino de la falta de diálogo. Las enfermeras, por ejemplo, proponen una subida de sus nóminas de hasta el 19% -que es la suma de la inflación actual más el poder adquisitivo que han perdido en diez años-, pero el Gobierno asegura que los aumentos salariales para el personal de ambulancias y enfermería han sido decididos por organismos independientes y que éstos han recomendado subidas en torno al 4,75%. Que es lo que hay. Ahora mismo, es el foco más caliente de las protestas.
No cede
Sunak defendió ayer los actuales mecanismos para fijar los salarios de empleados del sector público en el Reino Unido, a pesar de las huelgas. Los consejos independientes para fijar los salarios “existen porque el sueldo es algo obviamente difícil de decidir y ellos tienen en consideración los diversos intereses en juego”, argumentó el primer ministro conservador ante el Comité de Enlace de la Cámara de los Comunes.
“El Gobierno ha aceptado sus recomendaciones por completo, en todos los sectores, no solo en el sanitario. En muchos casos los aumentos estaban por encima de lo que inicialmente el Gobierno pensaba que era posible, más elevados en muchos casos de lo que se ofrece en el sector privado”, agregó.
Cuestionado por los diputados sobre su mensaje para los trabajadores sanitarios que hacen huelga esta semana, el jefe del Ejecutivo afirmó: “Siempre he expresado con claridad mi agradecimiento y admiración por nuestros trabajadores de la sanidad pública”. “Admito que es un situación difícil. Es difícil para todo el mundo, porque la inflación está donde está, y el mejor modo de ayudarles a ellos y a todos los demás en este país es tratar de reducir la inflación tan rápido como sea posible”, agregó. Pero sin dar más esperanzas.
Su ministro de Sanidad, Steve Barclay, ha llegado a pedir este miércoles a la población ejercer “sentido común” a la hora de hacer actividades para evitar situaciones de riesgo por la huelga. Menos peligro, menos llamadas a ambulancias. Las autoridades han pedido a la población que, en caso de asistencia urgente, que primero lo haga a través del servicio de emergencia por internet y evite hacer la llamada telefónica, y también evite viajes en coche que no sean necesarios y algunas actividades deportivas.
El gabinete conservador, lejos de ceder, está informando de un refuerzo en las leyes que obligan a servicios mínimos o suplen a los huelguistas. Lo llaman marco de resistencia. Quieren aplicarlo a todos los sectores para que “no cierren por completo”. En Francia, la entrada en liza del Gobierno ante la crisis de las gasolinas provocó fuertes protestas.